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Génesis - Capítulos 9:12 - 10:32

Publicado en Genesis

Continuamos hoy, nuestra consideración del capítulo 9 del libro de Génesis. Nos detuvimos en nuestro programa anterior en el versículo 11, donde Dios dijo:

11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.  (Gén. 9:11)

Dijimos que había aquí una promesa de Dios y notamos también la determinación, la decisión de Dios de no destruir más la tierra con diluvio. Dijimos que el próximo juicio de la tierra, sería un juicio por fuego y que así lo encontramos confirmado en el capítulo 3 de la segunda carta del Apóstol Pedro. Para nuestro estudio de hoy, comenzaremos leyendo los versículos 12 al 17 de este capítulo 9 de Génesis.

12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.  (Gén. 9:12-17)

Vemos aquí el cuadro del pacto, y creemos que tiene un verdadero significado espiritual.  Es un tipo de sacramento pudiéramos decir.  Un sacramento se compone de una señal visible a la cual se adjuntan las promesas de Dios, y esto es precisamente lo que tenemos aquí.  El arco iris llega a ser una señal del pacto, y así es más o menos un sacramento.

Fíjese usted que Dios dice: “Y lo veré, y me acordaré”. Dios no dijo que usted lo vería. Dijo que Él lo vería. Dijo que lo miraría y serviría como pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay en la tierra. Y debe servir de consuelo para nosotros cuando veamos un arco iris. Este es el pacto de Dios, no sólo con Noé, sino también con todo ser que existe en la tierra.

Por tanto, lo que tenemos aquí casi llega a ser un sacramento. Como ya hemos dicho, un sacramento es una señal visible a la cual se adjuntan ciertas promesas. La Pascua, por ejemplo, fue tal señal. La serpiente de bronce y el vellón de Gedeón fueron señales. Hoy día tenemos el bautismo y la cena del Señor, como señales.

El Dr. John Peter Lange declara: “El ojo de la gracia divina, y nuestro ojo de la fe se encuentran en el sacramento”. Eso es lo que sucede aquí cuando el hombre mira al arco iris. La fe agarra las promesas que se adjuntan a la señal. El mérito está en Aquel del cual habla la señal. Porque la palabra y la señal andan juntos. Dios hace la promesa y adjunta una señal. El arco iris es la respuesta de Dios al arca de Noé. Dios dice:  “Lo veré, y me acordaré”.

Encontraremos algo que defrauda la esperanza al continuar leyendo el capítulo. Cuando el hombre salió del arca después del diluvio, y todos los pecadores habían muerto, quizá así ¿habría terminado el pecado en la tierra? Vamos a ver. Los versículos 18 y 19 de este capítulo 9 de Génesis, nos dicen:

18Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. 19Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra. (Gén. 9:18-19)

¿Por qué es que el Espíritu de Dios nos cuenta esto aquí mismo? Hace mención de que Cam es el padre de Canaán, y el pueblo de Dios viajará a la tierra de Canaán. Los versículos 20 al 23 de este capítulo 9, dicen:

20Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; 21y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. 22Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.  (Gén. 9:20-23)

Lo que encontramos aquí, amigo oyente, es el pecado de Noé. El hecho es que Noé se embriagó, y esto es pecado.  No se le puede disculpar aunque muchos intentan hacerlo.

Alguien dirá que Noé estaba ignorante del efecto del vino ya que nadie se había embriagado antes. Pero usted se fijará que antes del diluvio, la embriaguez no era mencionada como uno de los pecados. Hay también quienes sostienen la teoría de la cúpula en cuanto al diluvio. Hay muchas cosas de las cuales no hemos tenido tiempo hablar. La teoría de la cúpula es la que dice que hubo una capa de hielo alrededor de la tierra por la cual se infiltraba el sol. Se cree que es posible que las uvas no se fermentaran antes del diluvio, y que fue algo nuevo en la experiencia de este hombre, Noé. Bueno, todo lo que podemos decir es que este es un mundo nuevo, y un nuevo principio, pero que todavía existe el viejo pecado, y este incidente nos lo revela.

Ahora, la gran pregunta es: “Por qué nos cuenta Dios este incidente? ¿Cuál es Su motivo? Nos lo dice porque la conducta de los tres hijos condujo a la maldición y la bendición de estos hijos.  Los versículos 24 al 27, dicen:

24Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos. 26Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo. 27Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.  (Gén. 9:24-27)

Fíjese usted que a Canaán le cae la maldición, y no a Cam. Es importante notar esto. También quisiéramos dar respuesta a la pregunta que siempre se hace: ¿Cae la maldición de Cam sobre la raza negra? La respuesta es que no. ¡No es verdad! Eso es absolutamente absurdo, y la Escritura no lo enseña. La coloración de la piel, el pigmento que está en la epidermis de la familia humana, está allí por razón de la luz del sol afuera, y no por el pecado que está por dentro.

Los hijos de Sem van a Canaán, y esa es la razón por la cual se menciona la maldición aquí. Canaán será un siervo de sus hermanos. Y debemos recordar que las primeras dos grandes civilizaciones, de los egipcios y de los babilonios, fueron civilizaciones camitas. Las dos fueron camitas.

Ahora, si el hombre hubiera sido quien escribió este libro, y nos hubiera contado del pecado de Noé, habría hecho una de estas dos cosas: O lo habría encubierto y habría hecho de Noé un héroe, o lo habría contado de una manera mucho más sórdida que lo que encontramos escrito. El hecho es que se relata por el Espíritu de Dios con un motivo. Se relata para dejarnos saber que Dios estaba animando al pueblo de Israel que entrara en la tierra de Canaán. Ellos sabían que se había pronunciado una maldición sobre Canaán, y que había un juicio sobre ellos. Esto se descubre al leer lo demás de la Escritura, y especialmente el Antiguo Testamento y la historia secular.  La mayor parte de los hijos de Canaán han desaparecido.

Luego, estas cosas están escritas para nuestro conocimiento, según la Escritura. Sirven para dejarnos saber algo de la debilidad de la carne. El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. (Mat. 26:41). El Señor Jesús dijo que lo que es nacido de la carne, carne es, (Jn. 3:6); y el Apóstol Pablo expresó con toda claridad; escribiendo a los Gálatas en el capítulo 2 y versículo 16, dice: por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gál. 2:16) Por tanto, tenemos aquí la historia de un hombre que cayó, y es la historia de la debilidad de la carne.

Hemos mencionado cómo hay los que tratan de disculpar este pecado de Noé. Francamente, vemos que el hecho es que Noé se embriagó. Ahora, es muy posible que usted como cristiano, no se embriague.  Pero, amigo oyente, es posible que usted y yo vivamos en la carne a tal punto que lleguemos a degradarnos como lo hizo Noé. Creemos tener una mala concepción de la vida en este universo en el cual vivimos. Por ejemplo, los hombres han gastado billones de dólares para ir a la luna, y después de todo, parece que no es un lugar tan bueno para vivir. Pero gastamos relativamente poco en cómo vivir en esta tierra. Pero, amigo oyente, esto es lo que le importa a Dios, es decir, prepararnos para vivir en esta tierra.

No nos equivoquemos como otros en la consideración de este incidente. Es menester que entendamos que Noé no perdió su salvación; fue una cosa terrible lo que hizo y no se le puede disculpar de ninguna manera. Fue la debilidad de la carne, pero todavía  continuó  salvo. Además, notamos el hecho de que la maldición no cayó sobre Cam, sino sobre su hijo Canaán. No sabemos hasta qué punto estaba Canaán metido en este incidente, pero sabemos que su nombre se menciona por algún motivo aunque no se nos revela la razón. Esto no tiene nada que ver con la maldición del color que se ha puesto sobre alguna parte de la raza humana. Es una verdadera tragedia que haya quienes digan que esto significa una maldición sobre la raza negra. No es justo de ningún modo para la raza negra, y ciertamente no es justo para con Dios. Dios nunca dijo eso.

Y esto nos trae al final de nuestro estudio del capítulo 9 del libro de Génesis. Y nos hallamos ahora ante los umbrales del capítulo diez. Este es un capítulo de genealogías. Trata de las familias, y da el origen de las naciones del mundo. Este capítulo tiene mucha más importancia que la que se indica por la atención que le prestamos hoy. Sentimos mucho que no podemos darle más atención, pero debemos economizar el tiempo en algunas partes. Hablando francamente, este es un capítulo que tiene interés únicamente para las pocas personas que se interesan en la etnología, la antropología, y la historia del hombre sobre la tierra.

H. S. Miller, quien graduó de maestro en etnología, ha diseñado un diagrama que indica de dónde se han originado todas las razas y las naciones del mundo. Podemos encontrar allí, de dónde procedimos cada uno de nosotros.

Una cosa es muy clara. Los hijos de Jafet nunca formaron parte de la tribu perdida de Israel. Hay una división triple en la familia humana hoy en día. Son tres divisiones mayores en la etnología.  Se revelan en estos tres hijos de Noé: Cam, Sem y Jafet.

Este capítulo diez, nos da la genealogía de estos tres hijos: los hijos de Jafet, en los versículos 1 al 5; los hijos de Cam, en los versículos 6 al 20; y los hijos de Sem, en los versículos 21 al 32.

Jafet y Cam fueron los hijos que sobresalieron al principio. Y encontramos aquí una vez más, el mismo ejemplo que hemos encontrado hasta ahora y que continuará a través de la Biblia. Es decir, que Dios da primero la línea rechazada, y da una palabra con respecto a ella, y luego pone fin al asunto y no lo trae de nuevo a discusión. Luego, da la línea aceptada, la línea que conduce a Cristo, y continúa refiriéndose a aquella línea. Los versículos 1 y 2 de Génesis 10, dicen:

1Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. 2Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.  (Gén. 10:1-2)

Según el diagrama que mencionamos hace un momento de H. S. Miller, el etnólogo, los escitas, los eslavos, los rusos, los búlgaros, los bohemios, los polacos, los eslovacos y los croatas, procedieron de Magog. Las razas indias e iranias, los medos, los persas, los afganos, y los curdos, todos procedieron de Madai. De Javán procedieron los griegos, los romanos, y las naciones romances, tales como Francia, España, Portugal, Italia, etcétera. Procediendo de Tiras están los tracios, los teutones, los germanos, y luego de aquellos, proceden los germanos orientales, y los europeos; los germanos del norte o los escandinavos; los germanos del oeste de quienes proceden los alto germanos y los bajo germanos; y luego los anglos, y los sajones, la raza anglosajona y los ingleses.

Bueno, no podemos discutir el diagrama total, pero es un estudio interesante. Podemos ver que la mayoría de nosotros acá en las Américas descendemos de estas líneas. Veamos ahora, los hijos de Cam.  El versículo 6 de Génesis 10, dice: 6Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. (Gén. 10:6)

Esto nos hace ver que había otros hijos de Cam, pero que la maldición de Noé recayó solamente sobre Canaán. No sabemos por que no cayó también sobre los otros. De Cus descendieron los etíopes. De Canaán procedieron los fenicios, los hititas, los amorreos, los jebuseos y los gergeseos. De Mizraim descendieron los egipcios y los libios. Todas estas razas son camitas.  Ahora, los versículos 8 al 10, nos dicen:

8Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. 9Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. 10Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.  (Gén. 10:8-10)

 Se nos dice que Nimrod fue poderoso.  Realmente, lo que deseaba este hombre era llegar a ser el soberano de un gran imperio mundial.  Deseaba llegar a ser un gran soberano, y notamos que intentó lograr precisamente eso.   Fue un gran cazador delante del Señor.   Ahora, esto no quiere decir que fue un cazador de animales salvajes.  A veces le regalamos un juego de arco y flechas a un niño, y sale y dispara a los pajarillos y cuando regresa le decimos: “Mira pues, eres un pequeño Nimrod”.  Pero, Nimrod, amigo oyente, no fue cazador de animales ni de aves; fue cazador de almas de los hombres.  Ese es el sentido que tenemos aquí. Y el comienzo de su reino fue Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. Él fue el fundador de esas grandes ciudades.

Podemos obtener mucho de la historia de Nimrod al leer la historia secular. Alexander Hislop, en su libro “Las Dos Babilonias” nos da los antecedentes en los cuales no vamos a entrar hoy, pero es una historia fascinante de cómo la torre de Babel, sin duda, tiene su origen en Nimrod. Fue él quien procuró juntar a la raza humana después del diluvio en un esfuerzo por unirla en una nación sobre la cual él pudiera llegar a ser el gran soberano mundial. Fue rebelde, fundador de Babel, y cazador de las almas de los hombres. Fue desobediente, y es una sombra o tipo del último soberano mundial, el anticristo, que ha de venir todavía. También será un hombre de pecado, y será un duplicado de Nimrod. Este, es pues, el hombre que está delante de nosotros aquí en estos versículos.

La primera gran civilización procedió de los hijos de Cam. Debemos reconocer eso. Es demasiado fácil hoy en día adherirnos a las viejas normas que nos enseñaron en la escuela. La raza negra, por su parte, desea que haya un estudio adicional de su raza, y con razón. No le han dado una oportunidad durante los cien años pasados. La historia del principio de la raza negra es que encabezó las dos grandes civilizaciones que aparecieron en esta tierra. Descendieron de los hijos de Cam. Nimrod fue hijo de Cam.

No intentamos desarrollar más esta línea, porque estamos siguiendo el modelo que nos ha dado el Espíritu Santo. Da primero la línea rechazada, y luego le pone fin. Volvamos ahora a la línea que nos conducirá a Abraham, y luego a la nación de Israel, para luego hablarnos de la venida de Cristo al mundo. Esta es la línea que es importante seguir. Dios está despidiéndose de lo demás de la humanidad por el momento. Pero, vuelve a ella más adelante.

Quisiéramos ahora mencionar una de las declaraciones más notables con respecto al capítulo 10 de Génesis, expresada por Saifer en su libro; dice él: “El capítulo diez del Génesis es muy notable. Antes de que Dios deje que las naciones caminen por su propia cuenta, y comiencen a tratar con Israel, Su pueblo escogido desde los descendientes que datan de Abraham, se despide bondadosamente de las naciones de la tierra como si estuviera diciendo: ‘Les estoy dejando por un tiempo, pero las amo. Las he creado. He ordenado todo su futuro, y es posible trazar las diferentes genealogías’ ”.  Eso es lo que se encuentra aquí en este capítulo.

Ahora, ¿por qué ha sido tan destacado en nuestros días la raza blanca? Bueno, creemos que la razón se basa en este capítulo. En el principio, fueron las razas negras las que fueron destacadas. Luego, vino la distinción de los hijos de Sem. Durante el tiempo de David, hicieron un impacto tremendo sobre este mundo. Debemos recordar que de Sem descendieron los sirios y los libios, y los armenios. Fíjese usted que no son los asirios, sino los sirios. Los árabes procedieron de Joctán. Por tanto, notamos que grandes razas y naciones aparecieron en la escena de la historia. Descendieron de Sem. Ahora, por lo visto, estamos en ese período cuando la raza blanca es la que sobresale. Creemos que todos los grupos, no importa si proceden de la línea de Cam, Sem o Jafet, demuestran que son incapaces de gobernar al mundo.  Creemos que esto es lo que Dios nos pone de manifiesto, y es una lección muy tremenda que debemos tomar muy en cuenta para nuestra instrucción.

Consideremos ahora a los hijos de Sem. Entre los hijos de Sem hay uno al cual se le hace énfasis y mención especial.  Leamos desde el versículo 21 al 25 de este capítulo 10 de Génesis:

21También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet. 22Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. 24Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. 25Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. (Gén. 10:21, 25)

Hay muchos que han emitido toda clase de interpretaciones fantásticas acerca de lo que significa que la tierra fue repartida. Por lo visto, hubo una división física aquí en la tierra. Sucedió en la tierra una tremenda catástrofe física. Creemos que Moisés anticipa el próximo capítulo cuando todos fueron divididos en la torre de Babel, y está diciendo aquí que fue durante el tiempo de Peleg y Joctán. Y nos parece que esta es una explicación sencilla. En los cinco versículos siguientes, encontramos los nombres de los hijos de Joctán y también la tierra en donde habitaron; dice:

26Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera, 27Adoram, Uzal, Dicla, 28Obal, Abimael, Seba, 29Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. 30Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.  (Gén. 10:26-30)

Los dos últimos versículos resumen que todos éstos fueron los hijos de Sem. Y dice en los versículos 31 y 32:

31Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 32Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.  (Gén. 10:26-32)

Amigo oyente, este es uno de los grandes capítulos de la Biblia, pero no hemos tenido mucho tiempo para estudiarlo en todos sus detalles. Como usted puede notar, es un estudio rico para cualquier persona que esté realmente interesada en una evaluación justa de toda la familia humana y muchos han utilizado este capítulo notable con ese fin. Pero nosotros tenemos que detenernos aquí por esta ocasión y concluir así nuestro estudio del capítulo diez de este libro de Génesis. En nuestro próximo programa estudiaremos el capítulo 11, donde nos esperan algunas cosas muy interesantes como la construcción de la torre de Babel. También la confusión de las lenguas en Babel, es decir, el comienzo de los diversos idiomas y notaremos también la línea desde Sem hasta Abraham, porque es una línea que seguirá a través de todo el Antiguo Testamento. Así es que, esperamos contar con su atención para nuestro próximo programa. Gracias por ahora y ¡quiera el Señor bendecirle abundantemente!

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