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Génesis - Capítulos 13:1 - 14:20

Publicado en Genesis

En nuestro recorrido bíblico llegamos hoy al capítulo 13 de Génesis.
En este capítulo vemos el regreso de Abram de la tierra de Egipto. Lot le acompaña a la tierra prometida. Luego Lot se separa de Abram y va a Sodoma. Dios se aparece a Abram por tercera vez. Mientras que Abram esté en la tierra de Egipto y mientras esté con Lot, Dios no se le aparece; pero al regresar a la tierra prometida, y cuando se separa de Lot, entonces, Dios sí se le aparece. En Génesis capítulo 13, versículos 1 al 4 leemos:

 1Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. 3Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, 4al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.  (Gén. 13:1-4)

Abram fue el Rockefeller de aquel día. Era un hombre muy rico en ese entonces. Le vemos ahora, viajando al norte hacia Bet-el desde Jerusalén. Llega al sur por Hebrón, hasta el lugar donde estaba antes y allí invoca el nombre de Jehová. Usted puede ver, amigo oyente, que aunque este hombre tropiece y caiga, vuelve a Dios. ¡Qué maravilloso es tener un Dios a quién volver!

Luego podemos ver que Abram y Lot se separan por contienda entre los pastores del ganado.
Leemos en los versículos 5 al 7:

5También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. (Gén. 13:5-7)

Usted puede ver, amigo oyente, que a Lot le fue muy bien en la tierra de Egipto y que él también era rico. La Palabra de Dios es una Palabra maravillosa, si sólo dejamos que nos hable. Notaremos que Abram adquirió dos cosas allá en la tierra de Egipto, y ellas le van a causar un dolor indecible. Una de las cosas que adquirió fue las riquezas. La otra fue una criada egipcia que se llamaba Agar, y luego leeremos más acerca de ella.

Aquí, las riquezas son las que le causan dificultad. Abram y Lot tienen que separarse porque hay contienda entre los pastores del ganado. ¿Notó usted que el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra? Los pastores de Abram y Lot se peleaban, y ellos no lo aprueban. Pues, el cananeo le susurra al ferezeo: “Míralos, de nuevo se pelean. Entraron en la tierra y edificaron un altar al Dios vivo y verdadero. Por cierto que cuando primero llegaron aquí, estimábamos a Abram y creíamos que era honesto y que hablaba la verdad. Pero, véanlos ahora.   Mira la contienda que tienen entre ellos mismos”.     No creemos que ahora, el cananeo y el ferezeo quedaran con una buena impresión acerca de Lot y Abram.

Amigo oyente, vamos a decir algo que a alguien le puede caer mal. No conocemos el lugar donde usted vive, pero si es como otros tantos lugares incluyendo el mío también, podemos decir que los metodistas, los bautistas, y los presbiterianos no se llevan muy bien. Hay contienda. A veces en algunas iglesias hay pleitos internos. Los que no son creyentes afuera saben todo acerca de ellos. A lo mejor esas personas pensarán: “Bueno, si el evangelio es así, prefiero no tener nada que ver con el Evangelio. Bien puedo fácilmente estar metido en pleitos fuera de la iglesia. No me hace falta ser miembro de la iglesia para buscarlos”. En Juan, capítulo 13, versículo 35, leemos: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Esto es lo que dijo nuestro Señor Jesús. No dijo que los hombres sabrían que somos Sus discípulos si somos fundamentalistas y organizamos una iglesia. ¡Por supuesto que no! Si tuviereis amor los unos con los otros. El ferezeo y el cananeo, ellos sí saben cuando hay pleitos en las iglesias, amigo oyente.

Hay muchísimas personas que hoy no son ganadas para Cristo, por causa de los pleitos que hay en las iglesias. El ferezeo y el cananeo estaban viviendo en la tierra, y todavía viven en la tierra, y están muy cerquita de la iglesia suya. Leamos ahora los versículos 8 y 9 de este capítulo 13 de Génesis que estamos estudiando:

8Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. (Gén. 13:8-9)

Es Abram quien enfrenta el problema y hace la separación. Decimos que él es un gran hombre porque se requiere una nobleza de carácter para decir lo que le dijo a Lot. Abram le pide a Lot que escoja lo que quiera, y él está dispuesto a quedarse con lo que sobre. En los siguientes versículos, comenzando con el 10 hasta el 13 leemos:

10Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.  (Gén. 13:10-13)

 Lot escogió un lugar bello. Es interesante pensar que Lot vivía con Abram en la tierra. Sin duda que Lot al llegar la noche subiría el faldón de la tienda donde dormía, y echaría un vistazo diciéndole a su señora: “Mi amor, ¿no es una vista muy bella lo que vemos allá abajo? Por la mañana se levantaría y diría: “Pues, parece ser tan atractivo por allá. La hierba siempre se ve más verde en aquel pasto”.  Y cuando llegó el día en que Lot tuvo que hacer la decisión de a

dónde ir, sabemos la dirección que escogió. Ningún hombre cae de repente. Siempre ocurre durante un período. Sube el faldón de la tienda y comienza a ponerla hasta Sodoma, y ese es el principio. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura. . . y va hacia aquella dirección. Ese fue el más grande error que Lot cometió en su vida. Veremos más adelante lo que le sucedió a él, a su esposa, y a su familia, en la ciudad perversa de Sodoma.  Leamos ahora el versículo 14:

14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. (Gén. 13:14)

Esta es la tercera vez que Dios se aparece a Abram. De nuevo le describe la tierra que va a darle. Al continuar Dios apareciéndosele a Abram, y más tarde también a los otros patriarcas, Dios puso límites por todos lados de la tierra. En otras palabras, les puso una frontera y les señaló exactamente los límites de aquella tierra. Dios fue muy específico en cuanto a esto.

Aquí mismo nos gustaría insertar este pensamiento: Los hombres deben deshacerse de los himnos que expresan que el cielo está en un lugar indefinido. Permítanos decirle, amigo oyente, que el cielo es un lugar verdadero. No es, como expresan unos himnos, una isla hermosa en alguna parte del más allá. Es un lugar muy definido.  La Palabra de Dios es muy específica, y en el libro de Apocalipsis, Dios lo declara muy específicamente. Le pone un límite a su alrededor, y podemos saber algo de él. Dios no trata con algo que es teórico, sino con lo que es real y verdadero.  Leemos en el capítulo 13 del 15 al 18:

15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová. (Gén. 13:15-18)

Usted puede ver, amigo oyente, lo que hace Dios por este hombre. Ahora, le señala la tierra y le dice lo que está en ella. También le confirma el hecho de que va tener una descendencia grande. Sabemos qué fue lo que hizo Abram. Es muy interesante que en el rollo del mar Muerto se describe esta porción particular del libro de Génesis. Nos da un relato directo de Abram al caminar por la tierra a lo largo y a lo ancho de ella. Era una tierra maravillosa en aquel día.

Vemos que Abram se mudó de nuevo, pero dondequiera que iba, edificaba un altar. Siempre se podía saber dónde había estado Abram. Él dejaba su testimonio. Los hombres han dejado una huella en la luna. Dejaron una bandera allá con este pequeño lema: “Hemos venido en paz”. No dejaron una Biblia, la Palabra de Dios. Bueno, no hubiera hecho ningún bien de todos modos, pero sí revela la diferencia en la edad y en el pensamiento del período en que vivimos. Lo importante para Abran era un altar al Señor, y es exactamente lo que edificaba dondequiera que iba.

Ahora, Mamre significa “riquezas”, Y Hebrón significa “comunión”. Ese es un lugar maravilloso para vivir. Al parecer, fue el hogar de Abram y allí está enterrado. Es el lugar donde deseaba estar. Es un buen lugar para estar en medio de las riquezas, y en el sitio de comunión con Dios.  Ese es un lugar maravilloso para vivir y edificar un altar al Señor.

Vamos a comenzar ahora el estudio del capítulo 14, y aquí en este capítulo se nos presenta la primera guerra de toda la historia, en la cual Abram liberta a Lot. También se nos presenta al primer sacerdote, Melquisedec, el cual bendice a Abram. Es un capítulo notable. Sin embargo, no parece caer bien aquí en esta historia. Uno siente que si se hubiera omitido, todavía habría continuidad. A pesar de esto, es uno de los capítulos más importantes en el libro de Génesis. Leamos los versículos 1 y 2 del capítulo 14:

1Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim, 2que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.  (Gén. 14:1-2)

 Estos versículos parecen servir de buen ejercicio para la pronunciación, ¿no le parece? Tenemos aquí un documento histórico. Los reyes del oriente derrotan a los reyes de Sodoma y Gomorra.  Ese es el informe de los primeros once versículos.

Por algunos años, los eruditos críticos y radicales rechazaban esta narración. Decían que estos hombres no aparecen en la historia de ninguna manera, y puesto que no aparecieron en la historia secular, ésta era una historia ridícula. ¿Sabe usted, amigo oyente, que los nombres de estos hombres han sido hallados inscritos en monumentos y en lápidas? Por eso sabemos que sí existieron. En efecto, el nombre Amrafel que se menciona en este capítulo, se lo conoce ahora con el de “Hammurabi” en una historia secular.

Un hecho muy significativo que encontramos aquí es que hubo una guerra, y esta es la primera guerra que se menciona en la Biblia. Por tanto, vemos que los hombres comenzaron desde temprano a guerrear.  En Génesis capítulo 14, versículos 3 y 4 leemos:

3Todos éstos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado. 4Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el decimotercero se rebelaron.  (Gén. 14:3-4)

Es sólo una narración histórica la que tenemos aquí y no intentamos leer este capítulo versículo por versículo. Los reyes del oriente llegaron y vencieron a los reyes que se habían juntado alrededor de la parte baja del mar Muerto. Están listos para llevarlos cautivos. Si usted tiene un mapa en la parte de atrás de su Biblia, favor de buscarlo y encontrará que a ellos casi les toca pasar por la tienda de Abram para dejar el mar Muerto. Viajarían cruzando el fértil camino con la forma de un arco, y luego volverían a la tierra de donde vinieron desde el oriente.

Esto es interesante y sirve de relato histórico, y nos informa sobre la primera guerra. No vamos a entrar en todos los detalles. Al parecer, los reyes del oriente habían luchado allí antes, y tuvieron sujetos a los reyes de Sodoma y Gomorra, pero ellos se rebelaron. Esto causó que los reyes del oriente hicieran guerra de nuevo. Pero no creemos que la narración histórica sea el propósito principal del escritor al relatarnos esto. Lo significativo es que Lot estaba envuelto en esto, y Lot es sobrino de Abram. Usted puede notar que Lot vivía en Sodoma y fue llevado cautivo.

Como ya hemos sugerido, cuando los reyes del oriente salieron de la región de Sodoma y Gomorra, viajaron hacia el norte por la orilla oeste del mar Muerto. Francamente, eso no queda demasiado lejos de Hebrón y Mamre donde moraba Abram. Usted puede pararse donde Abram se paró en aquel día, y puede ver cualquier movimiento que tenga lugar por allá, en dirección al mar Muerto. De modo que cuando le trajeron la noticia a Abram, él salió enseguida a perseguir al enemigo.

A continuación vamos a ver que Abram vence a los reyes del oriente, libera a Lot, y recobra los bienes.  Leamos ahora los versículos 12 y 13 del capítulo 14 de Génesis:

12Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron. 13Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.  (Gén. 14:12-13)

Vemos aquí que Abram está acompañado de un grupo de hombres. Realmente tuvieron que aliarse en aquel día por causa de la persecución del enemigo, o de la llegada de un enemigo, y entre muchos habría seguridad. Si no permanecían juntos, se ahorcarían solos. Leamos ahora el versículo 14 del capítulo 14 de Génesis:

14Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan.  (Gén. 14:14)

Lo que nos sobrecoge aquí es la revelación de la grandeza de las posesiones de Abram. En su propia casa le fue posible armar a 318 hombres. Esto es sin contar las mujeres, ni los niños, ni los ancianos. Además, Abram está ocupándose de un negocio bastante regular en esa región con grandes grupos de ganado, los cuales él criaba. Lleva, pues, a sus hombres y persiguen al enemigo hasta Dan que queda en el norte. Leemos en Génesis, capítulo 14, versículo 15, lo siguiente:

15Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. (Gén. 14:15)

Aquí se nos dice que los siguieron hasta Damasco. Usted puede ver en su mapa que este es un territorio grande.  Al parecer, lo que hizo Abram fue dividir a sus criados.  Un grupo atacaría

por detrás al perseguirlos. El otro grupo seguiría por los alrededores, y luego los atacaría al volverse los enemigos a luchar contra el primer grupo. Como resultado de esta estrategia, le fue posible a Abram obtener la victoria. Por lo menos, le fue posible esparcirlos y huyeron por el desierto, y dejaron a los que habían capturado junto con sus bienes. Leamos ahora el versículo 16, que dice:

16Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente. (Gén. 14:16)

Es evidente que estaban llevándose a los hombres para que sirvieran de esclavos. Abram ha libertado a estas personas. Por supuesto que lo hizo porque su sobrino Lot y su familia estaban entre ellos. Esa es la razón por la cual todo esto se describe aquí. Veremos otra razón al seguir nuestro estudio. Pero no hay ningún capítulo que se excluya. Cada uno tiene un propósito. Este capítulo cae bien con la vida de Abram, y es importante que lo sepamos. Leamos ahora los versículos 17 hasta el 20:

17Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 18Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios  Altísimo, sacó pan y vino; 19y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; (Gén. 14:17-20)

El rey de Sodoma salió a recibirlo.  Alguien más salió a recibir a Abram y es buena cosa que saliera.  Veremos que el rey de Sodoma va a poner en peligro a Abram al ofrecerle una tentación.

Estamos seguros que aquí todos tenemos algunas preguntas. En primer lugar, ¿de dónde vino este hombre Melquisedec? Simplemente llega a las páginas de la Escritura y saca pan y vino, trae una bendición para Abram, y luego, sale de la página de la Escritura. Eso es. Surge entonces la pregunta: ¿De dónde vino y a dónde va, y cuál es su negocio? Todo lo que sabemos es que él es el rey de Salem y también sacerdote del Dios Altísimo.

Ahora, ¿cómo se enteró él del Dios Altísimo? Pues, lo supo de alguna manera, de alguna información que recibió de alguna parte. Supo de “El Elión”, el Dios Altísimo, el Creador de los cielos y la tierra. En otras palabras, conoció al Dios vivo, al Dios de Génesis 1, al Dios de Noé, al Dios de Enoc. Este es el Dios único. No es simplemente una deidad local.

Lupole, en su libro sobre Génesis dice que esta es una concepción estrictamente monoteísta. En su libro “El Origen de la Religión”, el Dr. Zwamer dice que esto revela que existía el monoteísmo antes que el politeísmo. En otras palabras, todos los hombres tenían un conocimiento del Dios verdadero y del Dios vivo. El Apóstol Pablo en su carta a los Romanos, capítulo 1, versículo 21, dice: Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

Pablo dice que por esta causa comenzaron a adorar a las criaturas antes que al Creador. Sin embargo, nos encontramos aquí con un hombre quien es sumo sacerdote. Es sumo sacerdote para el mundo de aquellos días. Tenía un conocimiento del Dios vivo y verdadero, y era sacerdote del Dios vivo y verdadero. Llega y le trae pan y vino a Abram. Aquellos son los elementos de la Cena del Señor. Y nos preguntamos: ¿en qué pensaba, y cuánto sabía Melquisedec?

Se hace mención de Melquisedec tres veces en la Escritura. Aquí se presenta históricamente. Luego, se le menciona en el Salmo 110, y allí se le presenta proféticamente. Dice el versículo 4 del Salmo 110: Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Se le menciona también algunas veces en la epístola a los Hebreos, y al llegar allí en nuestro estudio, hablaremos mucho en cuanto a Melquisedec. Hebreos, capítulo 7, versículo 3, dice: Sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Ahora entendemos por qué no se dice nada en cuanto a su origen. No se dice nada en cuanto al padre, ni a la madre, y parece muy extraño porque el libro de Génesis es un libro que habla sobre las familias. Se interesa mucho en contar los principios de las familias, y cada vez que se hace mención de un hombre importante, se describe su línea con todo interés. Es el hijo de Fulano de Tal, o estas son las generaciones de Fulano de Tal; son frases conocidas que encontramos en el libro de Génesis. Pero no se nos cuenta nada en cuanto a la familia de Melquisedec. La Epístola a los Hebreos deja muy en claro que no se hace mención de ella, porque el sacerdocio de Cristo, desde su comienzo, es según el orden de Melquisedec. El orden del servicio del sacerdocio de Cristo sigue el orden de Aarón en el cual nuestro Señor Jesucristo fue un sacrificio y entró en el lugar Santísimo para sacrificarse Él mismo. Sin embargo, en su persona, nuestro Señor Jesucristo no tuvo principio ni fin de días, por tanto es según el orden de Melquisedec. Continuaremos hablando sobre este asunto en nuestro próximo programa, Dios mediante.  Mientras tanto, es nuestra oración ¡que Dios le bendiga abundantemente!

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