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El peligro de los cristos falsos

Entre las muchas cosas que separan al Cristianismo bíblico de todos los otros  sistemas de creencia religiosa, hay dos verdades que se destacan a mi parecer como muy significativas. La primera es que nuestro Dios y Creador infinito se ha comunicado directamente con nosotros, sus creados seres finitos, a través de Su palabra — la Biblia.

La segunda es que se nos dice a través de Sus Escrituras, que no sólo podemos saber de Él, sino que también podemos tener una relación personal, íntima con Él. Cada Cristiano nacido de nuevo sabe que esto es verdad, porque Dios lo dijo y porque ha sido su propia experiencia como creyente en Cristo Jesús.

El concepto mismo de las verdades bíblicas es asombroso para las personas que siguen diversas religiones del mundo. ¿Por qué? Por un lado, los seguidores no reciben suficiente información acerca de los dioses a quienes ellos adoran, y por lo tanto no pueden desarrollar una relación personal con ellos. Algunos enseñan que tales dioses no se pueden conocer, sino solamente se pueden experimentar de una manera totalmente subjetiva. Esto elimina cualquier medio objetivo de discernir si lo que se enseña acerca de sus dioses es verdad o no. Por otra parte, la información espiritual es producida y recibida a través de medios completamente subjetivos, como las experiencias, la intuición, las corazonadas, los estados alterados de conciencia, inspiración, conjeturas, especulaciones, sentimientos, etcétera.

Pensemos en las relaciones personales que tenemos con nuestros cónyuges, y padres o hijos. Estas relaciones se basan en qué tan bien conocemos a las personas implicadas y el tipo de experiencias que tenemos con ellas, es decir, si son buenas o malas. Si tenemos poco contacto con ellos, probablemente no tendremos mucha relación. No importa cuán débil o fuerte sean nuestras relaciones, sin embargo, deben ser definidas por la verdad — en otras palabras, ¿estamos seguros de que nuestro conocimiento de tal persona es correcto?

En relación con el Señor, todas estas cuestiones son respondidas por el Dios de la Biblia. Desde el Génesis al Apocalipsis leemos de nuestro Dios, nuestro Creador, comunicándonos y estando en comunión con Su creación. Juan 14 describe la relación personal que un creyente tiene con la divinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo): "el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros …El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él …El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él … lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (Juan 14:17, 21,23; 1 Juan 1:3).Comparemos esto con todos los sistemas de creencias religiosas que existe en el mundo.  ¡Allí uno no encontrará ninguna relación verdadera y tampoco una hermandad con otros creyentes!  

Jesús, quien es Dios manifestado en la carne, ha revelado a nosotros un conocimiento superior acerca del Padre a través de Su Palabra: "El que me ha visto ha visto al Padre" (Juan 14:9). Ese conocimiento se encuentra en página tras página en las Escrituras. Y su revelación es absolutamente verídica, como declaró Jesús en Su oración a su Padre: "Santifícalos por tu verdad: tu palabra es verdad" (Juan 17:17). Juan el Apóstol destacó la importancia de la verdad revelada en la palabra de Dios cuando declaró: "Y él (Juan) que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis” (Juan 19:35).

Aunque la Biblia nos dice que todo aquel que pone su fe en Jesucristo comienza una relación personal con Él, esa relación pueda estar sujeta a muchos obstáculos. Abstenerse de la lectura continua de Su palabra inhibe una relación creciente con Jesús entre aquellos que profesan ser Cristianos y eso es un gran problema hoy en día. Para desarrollar una relación íntima con Jesús tenemos que leer las Escrituras, en las cuales Él es revelado en profundidad. Es en esos detalles que podemos discernir, si verdaderamente estamos siguiendo al Jesús de la Biblia.

La triste verdad es que aunque gran parte del mundo y sus religiones rinden homenaje a Jesús, no lo hacen al Jesús de la Biblia. Muchos quienes profesan ser Cristianos, como también aquellos quienes son verdaderamente creyentes nacidos de nuevo, están siguiendo inconscientemente a un Jesucristo falso.    Aquellos que nunca han llegado a conocer a Jesús a través de un renacimiento espiritual, no pueden conocerlo, “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. (1 Corintios: 2:14), pero ¿qué pasa con aquellos quienes en un momento de sus vidas entraron en una relación con Él? El escritor de Hebreos (2:1) advirtió a los creyentes en esa epístola que deben ser cuidadosos para que no pierdan el conocimiento de Jesús que ya habían adquirido. Jesús amonestó a los creyentes en la iglesia de Éfeso por haberse apartado de Él, es decir, por haber abandonado a su “primer amor” (Apocalipsis 2:4).    

Las consecuencias de apartarse de nuestro amor por Jesús, no importa lo leve, no sólo resultará en una decreciente relación con Él, ya que Jesús mismo advirtió que a menos que uno restaurare esa relación de amor, inevitablemente el candelero o la luz que se ha obtenido a través de las Escrituras, ya sea individualmente o colectivamente como iglesia, cesará (Apocalipsis 2:5). 

En Mateo 24, Jesús advirtió que en el momento de Su regreso, habrá gran engaño, que va a involucrar “Cristos falsos” quienes “engañarán a muchos”

(4-5, 22). Mientras consideramos este “gran engaño” y observamos los tiempos en que vivimos, ¿sería posible que ya nos estemos acercando a tal día, especialmente en lo que se refiere a los “Cristos falsos”?  

Empecemos con el medio más influyente en el mundo hoy en día: las películas. Cada una de las producciones teatrales que tratan de representar el carácter de Jesús, realmente presenta a un Jesús falsificado. Aunque hemos tratado de advertir nuestras preocupaciones sobre este asunto en numerosos materiales bíblicos teles como películas,  presentamos aquí  ciertos puntos críticos que debemos tener en consideración: 

1) ¿Cómo puede una representación visual hecha por el hombre de "Dios manifestado en la carne" representar con precisión al Jesús de la Biblia?  

 2) ¿Cómo puede un actor representar precisamente a Jesús, quien declaró, "El que me ha visto ha visto al Padre" (Juan 14:9)? 

3) La Biblia dice que el hombre no debe añadir ni substraer nada de las Escrituras (Deuteronomio 4:2), pero eso es algo que se hace continuamente  para poder crear la traducción visual en una película bíblica. Otras adicciones que por necesidad tienen que ser incluidas en cada película vienen a ser el guionista, director, camarógrafo, actores, etc. 

4) Cualquier imagen visual de Jesús que haya sido producida por el hombre,  indudablemente va a resultar en “otro Jesús” (2 Corintios 5:16; 11:4), es decir, un Jesucristo falsificado.

Trágicamente, numerosas personas dentro del Cristianismo, incluyendo a algunos de sus líderes altamente influyentes, han apoyado películas que intentaron traducir la Biblia visualmente. Esto no sólo presenta al mundo una Biblia que ha sido interpretada erróneamente por un guionista y un "Jesús" creado por Hollywood (es decir, un falso Cristo), sino que también continúan distorsionando la verdad,  incluso entre aquellos quienes consideran a Jesús como su primer amor.

Yo una vez estaba desayunando con algunos creyentes, uno de los cuales había invitado a un amigo musulmán. Durante nuestra conversación con este hombre, quien era muy amable, nos dio un hermoso testimonio de su amor por Jesús que rara vez he escuchado entre los Cristianos. Estábamos todos encantados con sus declaraciones emocionales. Pero a medida que la conversación continuaba, me impulsó a saber más acerca de este Jesús a quien él amaba, así que le pedí que nos dijera más acerca de Él. Mi pregunta inicial era si fue o no su relación con Jesucristo, quien es el hijo de Dios. Su respuesta fue simplemente, "No, Alá (Dios) no tiene ningún hijo". Él simplemente reflejaba lo que el Corán enseña acerca de Isa, o "Jesús". Lamentablemente, la relación de este estimado hombre no fue con el Jesús de la Biblia.

Entre las muchas tácticas de Satanás están sus intentos de influir al mundo a odiar a Jesús (Juan 15:25). Al mismo tiempo, promueve a un Jesús falso que al mundo le agrada. Estos "Cristos" reflejan la cultura actual o sea que el Jesús que ellos promueven es el Jesús que es “amigable”, el Jesús que es “acaudalado” y que se identifica con los falsos maestros, quienes predican el evangelio basado en la prosperidad y el  "Jesús” predicado por  Joel Osteen", que trata de hacer que la gente se sienta bien consigo mismos.  La estrategia del adversario es también socavar la Deidad de Cristo, haciéndole igual que nosotros — o sino elevar la humanidad al nivel de la divinidad, al igual que Jesús, la mentira que fomentará el Anticristo.

Cristos falsos también se encuentran en todo el Cristianismo.  Más de un billón de Católicos Romanos adora a un Jesús falso. Un símbolo de lo que se encuentra en casi cada iglesia Católica es un crucifijo, que es una cruz con un cuerpo colgando en él. El cuerpo todavía es mostrado como algo permanente en la Cruz, porque el "Jesús" Católico no paga el precio completo por los pecados de la humanidad. Los Católicos deben completar la expiación de sus pecados a través de sufrimientos temporales aquí en la tierra y más tarde en el Purgatorio, antes de que puedan entrar al cielo. Además, ese acto sacrificial de Cristo es continuado en los altares Católicos en todo el mundo, donde el pan y el vino se transubstancian en el cuerpo y sangre, alma y divinidad de Jesús y luego le inmolan (sacrificialmente asesinado). Este Jesús no puede salvar a nadie.

Todos los cultos tienen un Jesús falsificado. Sin embargo, algunas denominaciones que no son consideradas por muchos como sectas, todavía creen en otro Jesús. La iglesia Pentecostal tiene un Jesús que es Dios, pero rechaza su posición en la pluralidad de la Trinidad. El Adventismo del Séptimo Día (ASD) tiene un Jesús que también es el Arcángel Miguel y que está en el cielo continuando la obra de la redención, a través de lo que la iglesia ASD llama "juicio investigativo”.  La denominación llamada Iglesia de Cristo rechaza salvación por la fe en la obra acabada de Cristo, ya que requieren el bautismo para ser salvos. Eso no es la enseñanza del Jesús de la Biblia, quien declaró al ladrón en la Cruz (que no había tenido ninguna oportunidad de ser bautizado): "hoy día estarás conmigo en el paraíso".

Numerosas otras iglesias que tienen sus raíces en la Reforma han conservado algunos de los dogmas de la Iglesia Ortodoxa y Católica y enseñan la regeneración bautismal, es decir, la necesidad del bautismo para ser salvos. Sigue siendo una creencia fundamental en el Luteranismo, Anglicanismo, Episcopalismo y Metodismo (aunque hay algunas iglesias locales dentro de estas denominaciones que no se adhieren a la regeneración bautismal). 

¿Qué se puede decir entonces de una persona que tiene las doctrinas bíblicas esenciales para la salvación, pero añade a su creencia la regeneración bautismal? Si esa persona realmente cree que él no tiene esperanza de ir al cielo  sin ser bautizado, entonces se puede decir que esta persona ha rechazado tanto la obra terminada de Cristo y de Jesús mismo. Una relación con Jesús de la Biblia bajo esas circunstancias es una relación con un Cristo falso. Para otros, que tal vez permanecen dentro de una denominación que sostiene  la regeneración bautismal, aunque ellos mismos no lo hacen, su relación con Jesús puede ser cuestionable por lo menos, pero no su salvación.

Las Escrituras nos advierten que "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán (la iglesia) la sana doctrina” (2 Timoteo 4:3). Esto indica que a medida que nos acercamos al regreso de Cristo por Su esposa, menos y menos creyentes sabrán y menos serán fieles a las Escrituras. Sin duda esto también afectará su conocimiento y su relación con Jesús. Si no estoy claro describiendo el carácter y las características del Jesús de la Biblia, que se presentan como absolutamente verdaderas, soy potencialmente susceptible a aceptar a otro "Jesús". Una falsa relación con Jesús podría muy bien resultar en escuchar Sus palabras, "Nunca os conocí" (Mateo 7:23).

Una preocupante y muy agresiva enseñanza, dentro del Cristianismo es el Calvinismo, y mi preocupación en particular tiene que ver con la relación de un Calvinista con Jesucristo. Estoy convencido de que la mayoría de las personas que se identifican de forma informal como Calvinistas, no estarían de acuerdo con las definiciones de las siglas TULIP o DEEGP (Depravación Total, Elección Incondicional,  Expiación Limitada, Gracia Irresistible y Perseverancia de los Santos) que es sostenida y predicada por algunos Calvinistas bien informados y muy comprometidos a la teología Calvinista. La mayoría de estos Cristianos se consideran Calvinistas porque creen en la seguridad eterna, que, de hecho y en práctica, el Calvinismo no afirma. 

Ese mal entendido de la doctrina Calvinista puede ser para el beneficio de aquellos que se llaman Calvinistas.  ¿Cómo así? Pues bien, en relación al carácter de Jesús y Su pago por el pecado en la Cruz, ¿fue su expiación limitada  sólo para los elegidos? Una respuesta sí o no refleja lo que uno cree acerca de Jesús y por lo tanto su relación con Él. Los Calvinistas, quienes creen que Jesús no murió por todos, cuando en realidad sí lo hizo, no siguen al Jesús de la Biblia. Si aquellos Calvinistas que creen que los seres humanos son tan totalmente depravados que no tienen la capacidad ni voluntad de aceptar a Cristo para obtener Su regalo gratis de vida eterna, entonces estos individuos siguen a otro Jesús. ¿Si el Jesús con el cual uno profesa tener una relación predestinó a ciertos individuos a tener vida eterna con Él, mientras que otros, que no fueron predestinados a la salvación, serán destinados a sufrir en el lago de fuego por la eternidad? Queremos hacer hincapié aquí que una ignorancia a lo que el Calvinismo autoritativamente enseña acerca de TULIP puede mantener a aquellos que se consideran Calvinistas alejados de las distorsiones del Jesús del Calvinismo.  

Aquellos que conocen realmente a Jesús a través de su renacimiento espiritual, desde el principio entraron en una relación personal bendecida con Él. Esa relación es única entre las todas las creencias religiosas de este mundo y es sumamente maravillosa. El dejar que esa relación pierda valor de alguna manera es similar a dejar que nuestro gozo en el Señor se pierda.

Jesús amonesta a la iglesia de Éfeso en Apocalipsis 2, por haber dejado su "primer amor”, un hecho que había afectado su relación con Él. ¿Hasta qué punto fue afectado?, no se nos dice, aunque ellos son advertidos colectivamente en regresar a Él.  Esa amonestación es para todo creyente nacido de nuevo. Tenemos que evaluar donde estamos en nuestra relación con nuestro Señor. Para empezar,  necesitamos crecer en esta relación siendo diligentes en la lectura diaria de Su Palabra y agradándole, al hacer lo que la Palabra nos dice.   

"Y ahora, hijitos, permaneced en él; que, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados” (1 Juan 2:28). 

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