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Tercer retrato: (P2) El caso de Jesús el Mesías

-Los judíos  son el pueblo elegido por Dios -dijo para empezar-. Pero resulta  importante comprender que cuando Dios eligió a Abraham y a sus descendientes, había un propósito divino en ello. No se trataba simplemente de tener un pueblo separado que fuera leal a él, sino que era para que a través de Israel todo el mundo fuera bendecido y llegara a conocer al único Dios verdadero. Precisamos mantener esto en mente a medida que avancemos.

 Asentí con la cabeza.
-Hay promesas específicas dadas a la tribu de Judá y a David, que era hijo de Isaí, de la tribu de Judá -continuó  diciendo Brown-. Génesis 49:10 dice: «El cetro no se apartará de Judá», e lsaías 11:1 señala: «Del tronco de lsaí brotará un retoño; un vástago nacerá de sus raíces». El término «vástago» frecuente se utiliza para referirse al Mesías. Fue dicho que a través de David se daría un reinado duradero. El Señor declara en Jeremías 23:5 que de la simiente de David hará «surgir un vástago justo;  él reinará con sabiduría...».

Hasta ahora, nada controversial.
- Cuando vamos a lsaías, vemos que se hacen referencias al siervo del Señor. En algunas antiguas tradiciones judías también se reconoce que una cantidad de esos versículos se refieren al Mesías. Isaías 42 dice que él no vacilará ni se desanimará  hasta  implantar la justicia en la tierra. (Ver Isaías 42:4) Isaías 49 señala que el siervo tiene la misión de volver a reunir a las tribus de Israel para traerlas de regreso a Dios. El siervo siente como si hubiera fallado en su misión, pero Dios declara que el fin no solo es volver a reunir a Israel. En Isaías 49:6 le dice: «Yo te pongo ahora como luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación has­ ta los confines de la tierra».

Luego Brown hizo  referencia  al pasaje mesiánico más famoso de todos:  lsaías 52:13-53:12.
- Estos versículos dicen que el Mesías será muy exaltado, pero que primero sufrirá tremendamente. En realidad, quedará desfigurado por sus sufrimientos  -explicó Brown-. Y la narración dice que el pueblo de Israel no lo percibirá. Que pensará que él sufre por sus propios pecados y maldad; que no se darán cuenta de que él ha cargado sus pecados, sufriendo a su favor, y que por sus llagas habrá sanidad para ellos. Esto nos habla de su muerte y de que su vida continuará luego de ella.

-Ahora limitemos las cosas  aun  más. En 2 Crónicas 7, Dios dice que si el pecado de Israel llega a un cierto nivel, él va a destruir el templo, exiliar al pueblo y dejarlos bajo un estado de juicio. (Ver 2 Crónicas 7:19-22) Por supuesto, esto aconteció. El profeta Daniel pide en oración en Daniel 9 que Dios tenga misericordia. Dios le da una revelación con respecto a que el templo será reconstruido. Y se le dice a Daniel que antes de que este nuevo templo sea destruido, sucederán varias cosas, incluyendo una expiación de alcance eterno: el tratamiento final del pecado. (Ver Daniel 9:24)

-El profeta Hageo vivió para ver este segundo templo construido, pero no fue para nada como el primero. El primero, el de Salomón, no solo constituía una estructura física impresionante, mucho más imponente que la del segundo templo, sino que contuvo la gloria de Dios. Cuando se ofrecieron los sacrificios, bajó fuego y los consumió. El segundo templo no contó con la presencia de Dios ni del fuego divino.

-Sin embargo, Hageo dijo que la gloria del segundo templo sería mayor que la gloria del primer templo. Dios iba a llenar el segundo templo con su gloria. (Ver Hageo 2:6-9) La palabra hebrea que significa gloria a veces se refiere a una gran riqueza y abundancia, pero cuando Dios dice que él va a llenar el templo con gloria, eso solo puede aplicarse a su presencia. Luego el profeta Malaquías, que vivió tiempo después, señala que el Señor vendrá a su templo, purificará a algunos dentro del pueblo y traerá juicio sobre otros. (Ver Malaquías 3:1-5) Él usa un término hebreo que siempre hace referencia al mismo Dios: elSeñor; él vendrá a ese templo.

-Tengamos en cuenta que el segundo templo fue destruido en el año 70 d.C. La expiación por el pecado tenía que realizarse y la visitación divina tenía que tener lugar antes de que el segundo templo fuera destruido. Aún hay tradiciones rabínicas que colocan la llegada del Mesías alrededor de dos mil años atrás, precisamente en el tiempo en el que Jesús vino. (Para obtener una descripción del cálculo de los tiempos, ver el libro de Michael L. Brown, Answering Jewish Objections to Jesus, volumen 1: General and Historical Objections, Baker, Grand Rapids, 2000, pp. 70-71.)

-Así que no es una cuestión de que tal vez haya otro que sea el Mesías. Si no es Yeshua, que es el nombre judío de Jesús, entonces arrojemos a la basura la Biblia, ya que nadie sino él cumplió con lo que debía hacerse antes del año 70 d.C. ¿Qué visitación divina se produjosino la de Yeshua? ¿En qué segunda ocasión visitó el segundo templo de manera personal? ¿Quien más expió los pecados? ¿En qué sentido fue la gloria del segundo templo mayor que la del primero? O el Mesías vino dos mil años atrás, o los profetas estaban equivocados y nosotros bien podríamos deshacernos de la Biblia. Pero ellos no estaban equivocados. Yeshua es el Mesías; o nadie lo es.

Hizo una pausa para permitir que las implicaciones de esto penetraran.
-Sigamos adelante -continuó diciendo Brown-. El Talmud pregunta si el Mesías vendrá «entre las nubes del cielo», tal como lo indica Daniel 7:13, o «humilde... montado en un asno», como lo señala Zacarías 9:9. (Ver el Talmud de Babilonia, Sanedrin 98a) Los rabinos decían que si nosotros fuéramos dignos, él vendría entre las nubes del cielo, lo que significa rápida y poderosamente; si no fuéramos dignos, él vendría humilde y modesto. Ellos creían que se trataba de lo uno o de lo otro. En realidad son las dos cosas. Ambas son verdaderas, y se refieren a la misma persona.

-Poco antes de morir, Jesús llegó montado en un asno a Jerusalén, mientras las multitudes lo aclamaban como el Mesías. Pero luego la gente se dio vuelta. ¿Era posible que el viniera «humilde... montado en un asno» porque nosotros no éramos dignos de su venida, y que en el futuro, cuando lo reconociéramos como el Mesías, él volviera entre las nubes del cielo, como lo había dicho específicamente delante del sumo sacerdote durante su juicio?

Brown siguió adelante sin esperar la respuesta.
- Ahora pensemos en los roles del Mesías -continuó diciendo-. Además de ser rey, sería una figura sacerdotal.
-¿Cómo lo sabe? -le interrumpí.
- Bueno, David es un prototipo del Mesías, y David llevó a cabo ciertas funciones sacerdotales -señaló Brown-. Segundo Samuel 24:25 dice: «Allí construyó un altar al SEÑOR y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión».

Eso es lo que hace un sacerdote. De acuerdo con 2 Samuel 8:18, los hijos de David eran sacerdotes.

-Consideremos entonces el Salmo 110:4. Afirma: «El SEÑOR ha jurado y no cambiará de parecer: Tú eres sacerdote para  siempre,  según el orden de Melquisedec». Aquí tenemos al Señor haciendo  un juramento  enfático  acerca de que el rey de Jerusalén sería sacerdote para siempre según el antiguo orden del rey sacerdote de esa  ciudad. O esta profecía se refiere directamente al Mesías  o  se  refiere  a  David. Si se refiere  a David, entonces  él es el prototipo del Mesías, y sigue queriendo decir que el Mesías  será tanto  sacerdotal  como real.

-En Zacarías 3 nos encontramos con Josué, el sumo sacerdote. De paso, Josué es otra for­ ma del nombre Jesús. Se dice que Josué constituye un signo y un símbolo del «Renuevo». Recordemos que Jeremías 23 y otros pasajes nos dicen que el Renuevo es el Mesías, porque él es el vástago que sale del árbol, la raíz de lsaí. En Zacarías 6:11-13, Josué está sentado en un trono. Le colocan una corona en la cabeza. Consideremos esto: en el pasaje de la Biblia en el que más manifiestamente se identifica de forma explícita a un ser humano con una figura mesiánica, tenemos a un sumo sacerdote sentado en un trono.

-Brown hizo una pausa para darle más énfasis.

-¡Un rey sacerdotal! -reafirmó-. No es típico que los sacerdotes se sienten en tronos ni que tengan coronas.
- ¿Por qué es importante eso?-le pregunté.
- Porque los sacerdotes son los que tratan con el pecado. Los sacerdotes llevan sobre sus hombros las iniquidades del pueblo. Son intercesores. De hecho, según Números 35, la muerte del sumo sacerdote podía servir como expiación de ciertos pecados para los que no había otra expiación terrenal.

-Consideremos entonces el Salmo 22. Esto no es una profecía; se trata de la oración de un justo que sufre, que está en las fauces de la muerte y es librado milagrosamente. Sin embargo, Jesús dice que todo lo que fue escrito antes de su vida en la tierra encuentra su completo significado y expresión en él. Aún aplica el Salmo 22 a su muerte en la cruz. (Mateo 27:46 y Marcos 15:34 registran a Jesús diciendo en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Esta es la primera línea del Salmo 22. En los tiempos de Jesús los Salmos no estaban numerados; la gente hacía referencia a ellos a través de su primera línea) Y en el Salmo 22, como resultado de que el justo sufriente es liberado de la muerte, todos los confines de la tierra alaban a Dios. (Ver Salmo 22:27-31.) ¡Se trata de una liberación de la muerte muy significativa!

-Así que reunamos todos estos elementos. La intención de Dios no ha sido mantener a Israel como una nación aislada, sino que a través de Israel el mundo entero llegara a conocer al único Dios verdadero. Eso siempre ha estado en su corazón. Vemos en las Escrituras que esta figura mesiánica es tanto real como sacerdotal: tratará con el pecado y al mismo tiempo reinará y gobernará. Sufrirá antes de ser levantado y exaltado; llegará montado en un asno, humilde y modesto, y también vendrá en nubes de gloria.

Primero será rechazado por su gente y será luz a las naciones. Sufrirá terriblemente por nuestros pecados, por ser un substituto justo en nuestro lugar. Lo poderoso de su liberación de la muerte hará que los confines de la tierra adoren al único Dios verdadero. También notamos que la redención tendría que venir y que debería haber una visitación divina antes de que el segundo templo fuera destruido en el año 70 d.C.

Brown extendió sus manos hacia mi, como pidiendo una  respuesta.

-¿Quién podría ser este? -preguntó-.
¿Existe algún posible candidato? No hace falta ser un genio para señalar que, o bien la Biblia es falsa, o bien esta figura tiene que ser Yeshua.

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