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Escándalos y riquezas en el Vaticano

El Vaticano, que alberga la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia Católica, y que le da soporte temporal y soberano para su actividad, es uno de los Estados con mayores riquezas en el mundo, pero también sobre sí pesan denuncias de corrupción, abusos e intrigas que han hecho temblar sus paredes en los últimos años.

A principios de 2012, una cadena de televisión italiana publicó varias cartas enviadas en 2011 por el exsecretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), Carlo María Viganó, al papa benemérito Benedicto XVI en las que denunciaba la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.

Luego de que Viganó informara a Benedicto XVI de la corrupción en el Vaticano, fue removido de su cargo para ser nombrado embajador de la Santa Sede en Washington, Estados Unidos.

“Santo Padre, mi transferencia justo ahora provocaría mucha desorientación y desaliento en aquellos que han creído que era posible limpiar tantas situaciones de corrupción y abuso de poder que han estado enraizadas en la administración de tantos departamentos, escribió Viganó a Benedicto XVI, quien renunció al Pontificado en febrero pasado por “falta de fuerzas”.

La cadena de televisión también divulgó varios documentos confidenciales sobre escándalos bautizados como “VatiLeaks”, que confirmaron la lucha interna por el cumplimiento de las normas sobre la transparencia de este Estado.

Tras esta situación, Benedicto XVI creó una comisión formada por tres cardenales, Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Giorgi, para investigar la fuga de documentos internos.

Según los periódicos italianos II Messaggero y Corriere Della Sera, Paolo Gabriele, entonces mayordomo del papa benemérito había sido arrestado por presuntamente filtrar documentos del Vaticano, actuando junto con un cardenal y una mujer no identificados. Poco tiempo después recibió un perdón papal.

Benedicto XVI había criticado la cobertura de la prensa italiana sobre el escándalo de la filtración de documentos secretos. Dijo que el trato mediático de los hechos da una imagen de la Iglesia Católica que "no corresponde a la realidad".

Para algunos analistas internacionales, el papa benemérito tomó la histórica decisión de retirarse por su “incapacidad” de encarar las luchas internas y casos de corrupción en la Santa Sede.

La filtración de los documentos también llegó a las manos del periodista italiano Gian Luigi Nuzzi, quien los hizo públicos en el libro "Sua Santita". El ejemplar contiene un número sin precedente de escritos confidenciales sobre numerosos debates internos del Vaticano, como la situación fiscal de la Iglesia y los escándalos de pederastia dentro del movimiento de los Legionarios de Cristo.

En estos documentos "emergen los enfrentamientos secretos y las trampas a todo nivel" que cunden en los palacios apostólicos, dijo el escritor.

Despido por guerra interna

Estos hechos, que representan la mayor crisis que enfrenta desde hace más de un año la Iglesia Católica, ocurrieron días después de la destitución del presidente del Banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), Ettore Gotti Tedeschi.

El despido de Gotti Tedeschi fue decidido al término de una guerra interna por la aplicación de las normas internacionales para la transparencia en el Vaticano y contra el lavado de dinero.

La Policía italiana había encontrado documentos confidenciales en la casa y oficina de Gotti Tedeschi, ubicadas en la ciudad de Milán (noroeste), dirigidos a sus "amigos de más confianza" a los que habría advertido: "Si me asesinan, buscad en estas cartas" información sobre importantes personajes de la Santa Sede.

Entre los personajes que menciona en sus misivas está: el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y el entonces secretario particular de Benedicto XVI, Georg Gänswein, con los que el antiguo dirigente de la entidad financiera habría hablado sobre el escándalo del bloqueo de capitales en el Banco del Vaticano.

Gotti Tedeschi y el director general del IOR, Paolo Cipriani, eran investigados desde el 2010 por no poder explicar el origen de 23 millones de euros (28 millones 904 mil dólares) que el Banco del Vaticano transfirió a cuentas que tenía en otras dos entidades.

El IOR no respondió a las reglas internacionales de “antirreciclaje”, al aparato de seguridad y control –tanto a nivel italiano como en la Unión Europea (UE)- establecido para evitar casos de lavado de dinero.

Según el expresidente del Banco del Vaticano, su salida del IOR fue un "castigo" por intentar mejorar la "transparencia" en la entidad financiera y hacer "cumplir" reglas internacionales anti-lavado de dinero. Estas acusaciones fueron negadas por la Santa Sede.

Riqueza versus pobreza

Si bien el fin de la Iglesia Católica es "espiritual", basado en la "salvación de las almas," la sede que la alberga cuenta con riquezas materiales cuyas estimaciones se sitúan en unos 12 mil millones de euros (15 mil 582 millones de dólares).

La gran mayoría de estas riquezas son invaluables obras de arte protegidas en grandes muros de piedra y lujosos museos. Este ha sido un tema polémico en un mundo en el que existe inacción frente a los 850 millones de personas que a diario sufren de hambre y desnutrición.

Nadie conoce con exactitud cuánto dinero y propiedades posee el Estado más pequeño y poderoso del mundo, sin embargo una investigación del diario británico The Guardian reveló que el Vaticano podría haber adquirido en Reino Unido, Francia y Suiza, con el dinero recibido de Benito Mussolini, un militar que gobernó a Italia desde 1922 hasta 1943, varios edificios por un valor total de 800 millones de dólares.

El diario, que examinó los archivos del servicio de inteligencia británico, indicó que el Vaticano a través de una red de empresas fantasmas posee edificios en Londres (capital de Inglaterra), entre ellos la tienda de Bulgari en la calle New Bond o el del banco Capital Altium en la plaza de Saint-James.

Según The Guardian, el dinero fue recibido por la Santa Sede en 1929 de manos de Mussolini a cambio del reconocimiento papal del gobierno fascista italiano.

La opulencia del Vaticano se basa en la generosidad de Benito Mussolini quien gracias a la firma del tratado de Letran entre su gobierno y la Santa Sede, otorgó a la Iglesia Católica una serie de garantías y medidas de protección, reseñó el director de radio boliviano Fides, el sacerdote Eduardo Pérez, en un artículo.

"La 'Santa Sede' consiguió que la reconocieran como un Estado soberano, se benefició de la exención impositiva de sus bienes como en beneficio de sus ciudadanos, tampoco tenían que pagar derechos arancelarios por lo que importaban del extranjero", explicó Pérez.

En 1933, el Vaticano volvió a demostrar su habilidad al entablar lucrativos negocios con los gobiernos fascistas. Al concordato de 1929, firmado con Mussolini, le siguió otro entre la Santa Sede y el tercer Reich de Adolfo Hitler (presidente de Alemania entre 1933 y 1945).

El Papa Pio XII siempre se negó a excomulgar a Hitler y a Mussolini, su pontificado se caracterizó por adoptar una falsa pose de neutralidad. “Cuando los Nazis invadieron Polonia, Pio XII se negó a condenar la invasión. Una de las mayores ventajas que obtendría el Vaticano del muy lucrativo acuerdo que mantenía con Hitler era la confirmación del Kirchensteuer, osea, un impuesto eclesiástico", subrayó el sacerdote.

Este es un impuesto estatal que aún hoy día deben pagar los creyentes alemanes, y que sólo pueden eludir si renuncian a su religión. En la práctica, son muy pocos los que renuncian a ella. Esta paga representa entre el 8 y el 10 por ciento del total impositivo que recauda el Gobierno alemán.

Más propiedades

Hoy en día, el Vaticano es el consorcio económico-religioso más grande del mundo y está sólidamente comprometido en innumerables empresas inmobiliarias, plástico, electrónica, acero, cemento, textiles, química, alimentos y construcción.

En Italia el pequeño Estado es dueño de 700 propiedades, principalmente en Roma (capital). Algunas de ellas son alquiladas a personas y compañías como tiendas o departamentos.

La firma Italgas, perteneciente al Vaticano, tiene sucursales en 36 ciudades italianas. Este Estado también participa en negocios de alquitrán, hierro, destilerías, agua potable, hornos a gas e industriales.

De los aproximadamente 180 institutos financieros italianos, por lo menos un tercio dispone de dinero del Vaticano.

Además, es dueño de muchos de los bancos más influyentes de Roma y participa en Europa, Norte y Suramérica, de una abrumadora cantidad de poderosas empresas, algunas de las cuales pertenecen mayoritariamente al Vaticano, como Alitalia y Fiat.

En España, el Vaticano firmó el 3 de enero de 1979 un acuerdo sobre asuntos económicos de la Iglesia Católica española que contiene su financiación y su extensión de impuestos.

Solamente, a cargo directo de los presupuestos generales del Estado, la Iglesia Católica española recibió en 2005 141 millones 469 mil 680 euros (183 millones 705 mil dólares).

Una gran tentación

El director del periódico Religión Digital, José Manuel Vidal, expresó en exclusiva para teleSUR que “mientras no se limpie la curia romana (conjunto de órganos de gobierno de la Santa Sede) la Iglesia va a tener un cáncer continuo”.

“El Banco del Vaticano ha incrustado gente que tiene toda una vida para dedicarse al banco (...) Cuando un eclesiástico busca el poder tiene 24 horas del día para hacerlo, no tiene familia, no tiene otra cosa para distraerse” y por lo tanto la corrupción “es una gran tentación”.

La curia romana, compuesta por un grupo de instituciones bajo la dirección del papa, que ejerce funciones legislativas, ejecutivas y judiciales es “la peor burocracia del mundo”, manifestó en entrevista a teleSUR, Miguel D’Escoto, expresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y sacerdote católico.

Consideró que el principal obstáculo para la propagación del mensaje de Jesús es la figura del papa, que es “prisionero de la curia romana”.

"Es el obstáculo más grande en la Iglesia para la propagación efectiva del mensaje de Jesús, que es el mensaje de una sociedad equitativa, justa, de amor, de solidaridad, fraternidad, ese mensaje, el obstáculo principal que tiene es el Vaticano, que tiene una teología imperial”, enfatizó D’Escoto.

El actual papa Francisco, elegido el pasado 13 de marzo tras la dimisión de Benedicto XVI, tendrá que enfrentar a la “teología imperial” para acabar con los casos de corrupción que han hecho temblar las paredes del Vaticano.

Tras su llegada al pontificado, Francisco ha manifestado su rechazo y condena a la corrupción y a los crímenes contra la vida humana, la sed del dinero y el poder.

El sumo pontífice ha recordado que Jesús tomó sobre sí el mal, la suciedad y el pecado del mundo, “también el nuestro lo lavó con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios”.

El sucesor de Pedro destacó que Jesús en la cruz siente todo el peso del mal “y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección (...) Con Cristo todos podemos vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo”.

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