La "plandemia" actual está sirviendo como instrumento para regular y controlar a la humanidad en casi todos los aspectos de la vida. Cuando tal parecía que el virus de alguna forma estaba siendo controlado, y las personas poco a poco comenzaban a volver a lo que era su "normalidad", de repente se descubrió una nueva cepa.
Una, que según las propias palabras de los "expertos" es mucho más contagiosa y mortal que la anterior, y que incluso aquellos que ya recibieron las dosis de las vacunas, tendrán que volver a vacunarse con sueros aún más potentes que no han sido probados a fondo en los laboratorios, para que se les pueda considerar de alguna forma como "seguros".
Les llamamos "sueros", porque la palabra "vacuna" implica una medida curativa o preventiva, y hasta este mismo momento no se ha producido nada que evite que alguien se infecte.
Antes de continuar, permítannos decirles que sí, que sí creemos que realmente hay un virus, y también que el llamado COVID-19 es algo totalmente creado por el hombre. Lo que sí no creemos, es que de ninguna manera ha estado aquí por un poco más de un año, ya que hay estudios sobre una "plandemia" de este tipo que se remontan a más de una década. Todos esos que están presionando para que se imponga nuevamente el uso obligatorio de las mascarillas y la aplicación imperativa de las nuevas inyecciones, lo que quieren realmente es controlarnos por completo.
Hoy se utiliza muchísimo la frase "El Gran Reinicio", pero la palabra "reinicio" no implica que vayamos a volver a la normalidad, sino que es obvio para aquellos que somos parte del rebaño de Jesús, para todos los creyentes verdaderos, que este "reinicio" es el preludio de la implementación del Nuevo Orden Mundial.
Ya es cosa común el llamado por un gobierno mundial, y finalmente aparecerá su líder. Lo que está ocurriendo hoy a nuestro alrededor es la preparación para la llegada de este gobernante maligno, también conocido como el Anticristo Final.
Antes de que esto se complete, Dios sacará fuera de este mundo a todos los que verdaderamente hayan aceptado a Jesús como su Señor y Salvador, y quienes recibieron junto con esto, la promesa de la vida eterna con Él. Su Palabra promete que ellos serán guardados de la ira de la tribulación, y dice "Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira" (Rom. 5:9). "Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera" (1 Tes. 1:10). "Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él" (1 Tes. 5:9–10).
Debido a las restricciones para viajar a ciertas áreas, la familia y los amigos a veces se separan y posiblemente nunca volverán a verse en esta tierra, no así los creyentes verdaderos quienes tenemos una esperanza que el resto del mundo no posee.
Es posible que nunca volvamos a encontrarnos en este mundo, pero hay otro lugar de reunión en el cielo, en donde ya nunca más habrá separaciones. Y si no volvemos a congregarnos aquí, lo haremos en esa otra hermosa orilla.
También existe la posibilidad, que nunca más podamos estar juntos con nuestros seres queridos en esta tierra antes de exhalar nuestro último aliento, o antes de ascender y partir con Jesús en el Rapto. Sin embargo, los salvos en Cristo, nunca se dirán un adiós definitivo. Con el tiempo, volveremos a estar juntos, y esta vez para siempre. Las únicas separaciones finales son para los incrédulos quienes pasarán la eternidad en el infierno. En ese terrible lugar oscuro no habrá reuniones alegres, ya que cada persona estará en su propio tormento personal para siempre.
Por eso les suplicamos: Si aún no han conocido a Jesucristo como su Señor y Salvador, ¿por qué no se detienen por un minuto y se aseguran de su propia eternidad personal maravillosa y feliz? La Biblia es muy específica en cuanto a nuestro único camino hacia el Padre, y es a través de Jesús, Su Hijo, tal como dice así su Palabra: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hec. 4:12). Estos son solo dos de los muchos versículos que expresan el mismo pensamiento.
Además, Romanos 10: 9-13 nos da estos pasos sencillos para obtener nuestra salvación. "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo". Muchas personas consideran esto demasiado fácil y buscan otras formas que requieran "obras o dinero” para ganar o comprar su liberación.
Los anteriores versículos son el simple ABC de la salvación. No intente agregarles nada ni cambiarlos de ninguna manera. Esa advertencia está explícitamente dada en Apocalipsis 22: 18-19: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro".
Una vez que haya recibido y aceptado el regalo gratuito del Salvador, habrá hecho una reservación en el Cielo que nadie le puede quitar. Jesús será Su eterno Buen Pastor y usted parte de su precioso rebaño. "Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos" (Juan 10:7–9).
La Biblia es la palabra infalible de Dios, y Jesús es Dios. En Juan 10:30 declaró en términos inequívocos: "Yo y el Padre uno somos". Entonces, cuando dio todas las señales acerca del fin de esta era, y dijo que cuando esas cosas comenzaran a suceder estuviésemos atentos, sabía exactamente lo que nos estaba prometiendo.
El comienzo real del fin de esta era fue el 14 de mayo de 1948, cuando Israel como "la higuera" de la profecía, se convirtió una vez más en una nación soberana después de estar desolada durante unos dos mil años. Jesús dijo en Mateo 24: 32-34: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca" (Mat. 24:32–34).
Permítannos a continuación citarles algunas de las profecías que se cumplieron ya con respecto a Israel:
- La nación de Israel nacería en un día. "¿Quién oyó cosa semejante?¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos" (Isa. 66:8). El 14 de mayo de 1948, Israel se convirtió en una nación.
- Los judíos regresarían a su patria ancestral. "Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra" (Isa. 11:11,12). Lea también Ezequiel 37:21,22; 38:8.
Casi cinco millones de judíos han regresado a Israel en los últimos años. Nunca ningún pueblo que estuviera disperso por casi dos milenios ha retornado a la patria de sus mayores desde los cuatro puntos cardinales. Sin embargo, nosotros hemos visto el cumplimiento de esta profecía de Isaías 43:5 y 6 ante nuestros propios ojos. De manera asombrosa cerca de un millón de judíos han emigrado desde Rusia, al norte. Más de 90.000 judíos etíopes desde el sur. A partir de 1948 los judíos están llegando desde Europa, Asia, las Américas, ¡de todas partes!
- "Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto" (Isaías 27:6). El territorio de Israel que en un tiempo estuvo desolado, en los últimos días ha florecido como un vergel, e Israel exporta sus productos al mundo entero. El aumento del porcentaje de lluvia en Israel, además de la tecnología desarrollada por sus científicos para la irrigación, han hecho florecer el desierto.
- Israel prosperaría económicamente, tal como indica Ezequiel 38:12 y 13, al enumerar las riquezas de un "... pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora en la parte central de la tierra... [que cuenta con] botín... plata y oro... ganados y posesiones... grandes despojos".
- La restauración del idioma hebreo - Dice la Escritura "En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento" (Sof. 3:9). En 1982, bajo el liderazgo de Eliezer Ben Yehuda, se decidió que el hebreo debía ser el idioma oficial del retorno. Como los judíos llegaron hablando lenguajes y dialectos diferentes, tuvieron que asistir a la escuela para aprender hebreo. Hoy, incluso los judíos etíopes y los judíos que han regresado de Rusia, están asistiendo al colegio para aprender hebreo.
- La restauración del siclo: "Y el siclo será de veinte geras... Esta será la ofrenda que ofreceréis... Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta ofrenda para el príncipe de Israel" (Eze. 45:12a,13,16). El siclo como la unidad monetaria de intercambio tenía que ser restaurado para que los israelitas puedan darle la ofrenda apropiada al Mesías en el templo, durante el milenio. En 1980, el Knesset - el parlamento de Israel, restauró el siclo como la moneda oficial de intercambio en Israel.
- El conflicto por Jerusalén - Dijo Dios por medio de Zacarías: "He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén" (Zac. 12:2). Desde 1967, la Jerusalén bíblica en donde está localizado el templo, ha sido un tema de controversia para todos los miembros de la Organización de las Naciones Unidas. Jerusalén es una ciudad pequeña, sin recursos naturales, puerto, ni industrias significativas. Sin embargo, 476 resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas reiteraron que el reclamo de Israel por la posesión de Jerusalén carece de validez. Los árabes la codician y El Vaticano la considera su propiedad y desea internacionalizarla. Tal como profetizara Zacarías, Jerusalén es un problema para todas las naciones.
El Señor Jesucristo nos dijo: "También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo" (Juan 16:22).
Nuestras almas duelen y anhelan al mismo tiempo un pronto encuentro con el Señor. El vacío en nuestros corazones en forma de Dios, sólo lo satisface Jesús, "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación" (Col. 1:15). "El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas" (Heb. 1:3).
Para todos los que nos unimos a Jesús por fe, Él ya abrió el camino hacia la plenitud del gozo, y ha puesto gloriosas gotas de miel en nuestra lengua, porque hay una gran fiesta por venir. La totalidad de la alegría aún no la experimentamos aquí, porque los mejores sabores de esta vida pronto serán absorbidos por un maravilloso gozo y placer más allá de lo que podamos siquiera imaginar.
Advertencia: No existe vacunación contra la muerte. Si no ha resuelto el tema de la salvación eterna, necesita ser salvo por la fe antes de que sea demasiado tarde, y entonces puede confiar en que Cristo mantendrá su vida en Sus manos. Las personas mayores en particular deben estar dispuestas a morir por algo. Al final del día, algo se "abrirá paso" y lo atrapará, y ni Pfizer o Johnson & Johnson pueden salvarlo. ¡Busquen a Jesucristo!