Los documentos del Nuevo Testamento ofrecen una imagen muy clara de Jesús: él es el Hijo de Dios resucitado, que redimió a la humanidad a través de su muerte expiatoria en la cruz.
Una iglesia verdaderamente cristiana no tiene nada que esconder, ni nada que adivinar. Es necesario que todos aquellos que pertenecen a determinada iglesia sepan bien qué creen y por qué lo creen. No es necesario que la cuestión doctrina sea algo confuso, difícil de entender, complicado y expresado en términos tan técnicos que la mayoría realmente, no puede repetir las creencias de su propia iglesia, en términos que usa diariamente. Así que trataremos de ir en el orden que corresponda, por ejemplo…