Henry Gregory Adams
Qué gran alivio y paz celestial vino a mi alma cuando Cristo me halló, siendo un pecador perdido. Esta es mi historia:
Salvación por medio del monasterio
Nací de padres católicos romanos en Wolseley, Saskatchewan, Canadá y fui criado estrictamente en la fe católica romana. Desde mi temprana juventud intentaba ser bueno, pero caía cada vez más en pecado. Con el resto de la multitud, me encaminaba a la perdición. Se me dijo que convirtiéndome en monje y sacerdote, podría evitar el pecado y tener mayor seguridad de mi salvación. Como buscaba sinceramente la salvación, entré a la Orden de Monjes Bacillines, recibí la sotana negra y adopté el nombre monástico de "San Hilario el Grande" e hice mis votos. Como estudiante de monje me llamaban "Hermano Hilario" y después de mi ordenación "Padre Hilario".
Anthony Pezzotta
Cuando estudiaba teología en Inglaterra comencé a tener serias dudas acerca de algunas doctrinas de mi iglesia, las que encontraba difícil reconciliar con las Escrituras. Estas dudas siguieron preocupándome aún después de mi ordenación, pero luchaba por suavizarlas sumergiéndome en mis estudios y enseñando algunas asignaturas. Mi agenda era tan apretada que quedaba poco tiempo para la investigación o la oración.
Tratar de negar por parte de alguien, diferente a los católicos, que María es la reina del cielo, sería bastante ignorante. De hecho, así lo declara la teología romanista:
El autor del siguiente tratado, fue un gran amante de la verdad, alguien altamente distinguido por la Iglesia de Roma, pero que pudo ser dispensado de ser un hijo provechoso del pecado, de la mentira y de la equivocación.