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El destino de una nación - Cómo trata Dios con una nación rebelde (P 4)

Tomando como modelo esta historia de Judá, podemos sacar algunas conclusiones sobre la forma cómo Dios trata con una nación rebelde a la que ha bendecido en forma tan abundante.

1.  Levanta voces proféticas para llamar a la nación al arrepentimiento. Y, si no hay respuesta...
2. Le aplica juicios correctivos...
3. Si la nación se arrepiente, Él perdona y los bendice.  Pero si no hay arrepentimiento y persiste en su rebelión...
4. Dios destruye a la nación cuando llega a un punto de no retorno.

Y se llega a este punto, cuando “la herida se vuelve incurable”. Nahum declaró que Nínive tenía “una herida incurable” y Jeremías usó la misma terminología con referencia a Judá.

Incluso Dios le ordenó a Jeremías que dejara de orar por Judá  “Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré” (Jeremías 7:16).  También le dijo lo mismo a Ezequiel aunque en términos más fuertes, ya que la nación había llegado a un punto de no retorno y sería destruida. “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas...  dice Jehová el Señor... Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y bestias?” (Ezequiel 1:12-14,21).

Todo esto nos recuerda las palabras en Nahum 1:2-3: “Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.  Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable.  Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies”.

¿Cómo aplican estos principios a Estados Unidos?

Como ya dijéramos anteriormente, creemos que Dios levantó a Estados Unidos con el propósito de usar sus grandes recursos naturales e ingenio técnico para difundir el Evangelio en todo el mundo.  Mientras esta nación cumplía con ese propósito, Dios derramó bendiciones sobre ellos, tales como libertad y prosperidad sin paralelo, gran poder, influencia mundial y la mayor bendición de todas: compartir el Evangelio con el resto del mundo.  Incluso les otorgó la bendición de servir como la nación clave en el renacimiento y restablecimiento de Israel.

Pero los norteamericanos se apasionaron por su riqueza y poder, y comenzaron a darle la espalda a Dios: El Todopoderoso Dólar se convirtió en su dios; la avaricia en su motivador; el juego en el pasatiempo nacional; el sexo en la obsesión de sus habitantes; se tornaron en los mayores consumidores mundiales de drogas ilegales; expulsaron a Dios de sus escuelas; legalizaron el aborto; apoyaron todo tipo de perversiones; se convirtieron en el contaminador moral del planeta tierra a través de las películas y programas de televisión violentos, inmorales y blasfemos.

Mientras esa nación se revolcaba en la revolución sexual de la década de 1960, Dios comenzó a levantar voces proféticas grandes predicadores que comenzaron a llamar a esta nación al arrepentimiento.  A partir de entonces estos hombres de Dios comenzaron a instar a los norteamericanos a que se volvieran a al Señor, pero rehusaron arrepentirse. Al hacerlo, el Todopoderoso empezó a enviar juicios correctivos, pero la nación cerró sus oídos.  Algunos de estos juicios han sido:

La guerra de Vietnam - La que avanzó parejo con la revolución sexual de los años 1960.  Luego tuvieron lugar los ataques ocurridos el 11 de septiembre del año 2001.  Dios permitió que los terroristas destruyeran dos símbolos del orgullo norteamericano.  Al centro de comercio mundial en las Torres Gemelas, emblema de su riqueza y al Pentágono en Washington DC, de su poder.

El huracán Katrina en el año 2005 - Grandes estudiosos de las profecías en Estados Unidos están convencidos que el huracán Katrina que causó tanta devastación, muertes y pérdidas materiales, fue la respuesta de Dios a la inmoralidad de esta nación y por obligar a Israel a abandonar la Franja de Gaza en el año 2005.  La tormenta surgió de súbito en la costa del golfo de Estados Unidos, un día después del retiro de Israel de la franja de Gaza, e impactó a New Orleans en el momento en que se preparaba para celebrar su festival anual de los homosexuales.

La crisis financiera del 2008 - Las repercusiones de esta crisis financiera comenzaron a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiando primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, teniendo como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes bursátiles, como la crisis bursátil de enero de 2008 y la crisis bursátil mundial en septiembre de 2008.  Esto, una vez más, esto fue una respuesta a la presión de esta nación por forzar a Israel a que entregara parte de su territorio.  Esto último ocurrió en la víspera de Rosh Hashana, el Año Nuevo judío, cuando el mercado de valores tuvo una caída de 777 puntos, indicando con esto la firma de Dios.

La clase de líderes que merece esa nación - No es accidente que el presidente Barack Obama, el líder más aclamado por los norteamericanos, fuera el que más haya apoyado el aborto, a los homosexuales, que legalizara la marihuana, que estuviera en contra del capitalismo y quien más demostrara abiertamente su odio en contra de Israel en toda la historia de esta nación. El hombre que le prometió esperanza al pueblo norteamericano, destruyó esta esperanza con su miríada de programas y acciones impías.

Los paralelos

Ahora consideremos una vez más los paralelos entre Judá y Estados Unidos: el antiguo Judá fue bendecido con grandes líderes, libertad, prosperidad y bendiciones espirituales.   El pueblo norteamericano asimismo ha disfrutado de todas estas cosas.

Pero, como Judá se desviaron dejándose arrastrar por el orgullo y la rebelión. Y como en el tiempo del antiguo Judá, Dios ha respondido con advertencias proféticas y juicios correctivos.  Ahora sólo queda pendiente la destrucción.

Esto nos lleva a una pregunta muy importante: Si Judá que fue una nación escogida fue destruida por su rebelión, ¿por qué Estados Unidos va a ser tratado de manera diferente?  La respuesta, por supuesto, es que Dios no va a tratarlos de forma distinta.  Él ha levantado voces proféticas para llamarlos al arrepentimiento, y ha enviado juicios correctivos, y la única respuesta hasta ahora ha sido patriotismo,  cuando la respuesta necesaria es arrepentimiento.

Los ataques ocurridos el 11 de septiembre del 2001, fueron un llamado de atención para esta nación.  Pero en lugar de despertarse de su letargo espiritual a la necesidad del arrepentimiento, reaccionaron como el hombre medio dormido que presiona el botón en su reloj despertador, se da la vuelta y se vuelve a dormir. Y así, su sociedad ha continuado su camino descendente hacia Sodoma y Gomorra

Permítannos un momento para enfatizarles cuán seria se ha vuelto la decadencia en esta sociedad.  Tal como dijera el fundador de este ministerio el Pastor José Holowaty en uno de sus mensajes: “Solo una persona de mi edad puede apreciar cuán radical y cuán rápidamente se ha desintegrado esta sociedad. Yo he sido testigo de su decadencia exponencial con mis propios ojos.  Nací en 1934 y en ese tiempo: Los abortistas eran enviados a la cárcel; el embarazo fuera del vínculo matrimonial era algo escandaloso; la homosexualidad se consideraba antinatural e inmoral; la pornografía era despreciada como una perversión; el matrimonio era sagrado; la convivencia fuera del matrimonio era un tabú; el divorcio una vergüenza; el realizar las labores del hogar era algo honorable; el cuidado de los niños era proporcionado por las madres en sus hogares; el abuso infantil era algo inaudito; las señoras no decían malas palabras ni fumaban; la palabra ‘maldito’ era considerada una vulgaridad en una película, pero en los filmes hoy se pronuncian tantas palabras obscenas que es imposible contarlas”.

Es cierto que en su gracia y misericordia, Dios le ha otorgado a esta nación un respiro temporal: una ventana de gracia a través de la elección milagrosa del actual presidente Trump en el 2016.  Creemos que el factor crucial para producir ese milagro fueron las voces de grandes predicadores en esa nación que se elevaron a Dios clamando misericordia.   Por ejemplo, el Pastor Franklin Graham en cada una de sus predicaciones llevadas a cabo por toda la nación comenzaba con estas palabras:  “No tengo esperanzas en el partido demócrata, ni tampoco tengo en el partido republicano: cero esperanza. ¡Nuestra única esperanza es Dios!”. Y procedía a instar a esta nación a la oración y el arrepentimiento.

Es muy interesante recordar que allá para los años 1980, cuando eligieron a Ronald Reagan, Francis Shaeffer, una de las grandes voces proféticas para Estados Unidos, también se refirió a la elección del señor Reagan como una “ventana de gracia otorgada por Dios”, y así fue.   Pero tan pronto como concluyó su mandato en 1989, la sociedad norteamericana retomó al camino que había dejado, al rechazar los valores judeocristianos y comenzó a avanzar en un espiral descendente en el pozo secular y pagano del humanismo.

El señor Trump está haciendo muchas cosas buenas, no todas porque continúa proclamando a voz en cuello “¡Qué él va a hacer a Estados Unidos nuevamente grande!”.  Pero no cuenten con eso, porque ningún dirigente puede hacer una nación grande mientras en forma arrogante se atribuya un crédito que sólo le corresponde a Dios, y los habitantes de la nación continúen en su rebelión abierta en contra del Creador y su Palabra.

El doctor David Reagan del ministerio El León y el Cordero cree, que esta nación, como Judá, ha ido demasiado lejos en su rechazo en contra de Dios.  Que  ha llegado al punto en que su herida se ha vuelto incurable.  Cree asimismo que la elección del señor Trump no es un presagio de su futuro.  Y asegura que puede demostrarlo con tres hechos brutales.

Dice: “1 - Después de ocho años de la administración más impía en la historia de Estados Unidos: El presidente Obama dejó la oficina presidencial con una calificación de aprobación del 60%.  2 - Su sucesora designada, la señora Hillary Clinton, recibió tres millones de votos más que Trump.  3 - Pero la generación de los ‘Milenials’ los jóvenes entre 18 a 29 años, apoyaron a un socialista declarado y cuando no logró la nominación, votaron abrumadoramente por la señora Clinton”.

Pero más importante que estos tres hechos, es la ignorancia por la Palabra de Dios que ha llegado a caracterizar a quienes profesan ser cristianos en esa nación. Esta ignorancia se refleja en las últimas encuestas realizadas por El Grupo Barna una agencia de investigación cristiana, las que demuestran que solo el 9% de los estadounidenses pudieron responder estas preguntas correctamente y entre los que profesaron ser cristianos que creen en la Biblia, sólo el 17%.

¿Pero... ¿qué se usó para determinar cuál es el cristiano que cree en la Biblia? Las respuestas a estas seis preguntas:

1) ¿Existe la verdad moral absoluta?
2) ¿Es la Biblia totalmente precisa en todos los principios que enseña?
3) ¿Es Satanás un ser real y no simplemente una fuerza simbólica?
4) ¿Pueden las personas ganar su camino al cielo haciendo buenas obras?
5) ¿Vivió Jesús una vida sin pecado?
6) ¿Es Dios el creador omnisapiente y todopoderoso del mundo quien todavía gobierna el universo hoy?

Además de todo lo antes dicho...
- El 77% de los estadounidenses cree que el divorcio es aceptable.
- El 71% considera normal las relaciones íntimas entre adultos solteros.
- 69% estima que tener un bebé fuera del matrimonio es aceptable.
- 58% creen que ver pornografía no tiene nada de malo.
- 70% está convencido que es estimulante que las parejas casadas practiquen todo tipo de aberraciones a fin de mejorar sus relaciones íntimas.

Consideremos también que las encuestas de opinión pública, sobre la aceptación por la abominación del matrimonio entre personas del mismo sexo, aumentó del 37% en el año 2007 al 62% en el 2018. Mientras que entre los evangélicos blancos aumentó del 14% en 2007, al 35% en el 2018.

Las encuestas llevadas a cabo en este 2018 indicaron, que Alabama es el único estado de la Unión en donde la mayoría de personas se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo.  Esta nación y el mundo entero, necesitan despertar y reconocer el hecho de que legalizar una abominación no la hace moral, porque la legalidad no es igual a la moralidad.

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