Para comenzar pongamos este tópico en perspectiva, citando dos pasajes de la Escritura. El primero es Salmo 33:12 que dice: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí”. El segundo Proverbios 14:34, que declara: “La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones”.