Había una misionera cristiana que servía en el Oriente-Medio y trabajaba con niños. Estaba conduciendo un jeep en el cual tenía dos o tres cosas que pertenecían a los infantes. Un día conduciendo por un camino el vehículo se quedó sin gasolina, entonces pensó "Tengo que ir a conseguir gasolina en alguna parte". El problema era que no tenía una lata para poner el combustible. Entonces miró en la parte de atrás del jeep y lo único que pudo encontrar fue un orinal. Lo cogió y caminó hasta la gasolinera más cercana, lo llenó con gasolina y volvió al coche. En aquel momento cuando estaba echando la gasolina en el coche pasó una limusina con dos jeques dentro. La limusina se detuvo y uno de los jeques bajó la ventanilla eléctrica, miró hacia afuera y vio a esta mujer vertiendo el contenido del orinal en el coche. Dijo, "perdone señora, m.i arnigo y yo no compartirnos su creencia pero la admiramos imensamente por su fe". Si hubiera estado haciendo lo que ellos creían que estaba haciendo, eso hubiera sido fe ciega (no hay razón para creer que un coche pueda funcionar con orina). Pero la fe que tenemos en Jesucristo no es fe ciega. Es una fe basada en la verdad. Es una fe basada en Jesucristo, que es la Verdad. (Historia sacada del libro Questions of Life de Nicky Gumbel).