Entendemos que un cristiano no es alguien que vive en el seno de una familia cristiana. Alguien dijo muy acertadamente que Dios no tiene nietos, sólo tiene hijos. Tampoco es alguien que vive en una sociedad o un país cristiano. No es alguien que viene de una tradición cristiana. Tampoco es alguien que se identifica con cierta creencia religiosa... Un cristiano es un seguidor de Cristo. Un cristiano, tal y como la Biblia lo define, es alguien en el cual Cristo mora por Su Espíritu. En la Epístola a los Romanos, el apóstol San Pablo dice: "Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu , de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de El" (Romanos 8: 9). Pero, ¿cómo estar seguro del camino a recorrer para ser un buen cristiano? ¿cuál ha de ser la enseñanza a seguir? y antes de eso, ¿cuál es la evidencia para creer en Jesucristo? Vayamos a la evidencia histórica. Existe la evidencia de los historiadores romanos. Tácito se refiere directamente a Jesucristo; Suetorio indirectamente. Hay entonces historiadores romanos que vivieron en el tiempo de Jesús y que lo mencionaron. También se le encuentra en el trabajo de un historiador judío llamado Josefo. El no era cristiano pero escribió esto: "Había durante este período un hombre llamado Jesús, un hombre sabio, si se le puede llamar un hombre, porque hacía trabajos maravillosos; un maestro de aquellos que querían recibir la verdad, atrajo hacia él a muchos de los judíos y gentiles. Era el Cristo y cuando Pilatos, ante la sugerencia de los honibres importantes entre nosotros, Le había condenado a la cruz, aquellos que le habían amado desde el principio no le traicionaron, ya que el apareció ante ellos vivo al tercer día, com.o los profetas divinos habían profetizado. Esta y otras diez mil cosas maravillosas acerca de él y de la tribu de los cristianos, tomando en cuenta que su nombre no se ha extinguido en el tiempo presente, son verdad".
Hay más evidencia cristiana fuera del Nuevo Testamento, pero también hay evidencia cristiana dentro del Nuevo Testamento la cual no podemos ignorar. Algunas personas dicen "Ah, los evangelios ¿cómo sabemos lo que originalmente escribieron? ¡Eso fue hace 2.000 años! Después de aquel tiempo seguramente las cosas han cambiado". ¿Cómo sabemos que los evangelios que vemos hoy son realmente lo que Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron? La respuesta es que hay una ciencia llamada Crítica Textual. Esto quiere decir que cuanto más evidencia manuscrita hay acerca de un documento histórico original, tanto mas podemos averiguar lo que el escritor original escribió. No tenemos el original de cualquier manuscrito antiguo. No tenemos el original de "Las Guerras de las Galias" de Julio César por ejemplo, pero tenemos manuscritos que son copias de copias de copias de copias. Cuantas más copias tenemos, más fácil saber como era el original y estamos más cerca de averiguar lo que la gente originalmente escribió. Así que vamos a comparar con otros manuscritos antiguos. Tomemos ''Las Guerras de las Galias" de Julio César, por ejemplo. Fueron escritas entre el 58 y 50 antes de Cristo. La copia tnás reciente que tenemos es del año 900 después de Cristo. Así que hay un período de 950 años entre el original y su copia. En total, tenemos 9 o 10 copias.
La historia romana de Tito Livio fue escrita entre el año 59 a.c. y el 17 d.C. Nuestra copia más reciente es del año 900 d.C. Hay un intervalo de 900 años y tenemos 20 copias. Tácito escribió alrededor del año 100 d.C. La copia más reciente es del año 1.100 d.C. Hay un intervalo de 1.000 años y tenemos 20 copias.
Tucídides escribió en el año 400 a.c. La copia más reciente es del año 900 d.C. Hay un intervalo de 1.300 años y tenemos 8 copias. Herodoto se escribió en el año 450 a.c. La
copia más reciente es del año 900 d.C. Hay un intervalo de 1.300 años y tenemos 8 copias.
E. F. Bruce, un teólogo y comentarista bíblico, escribió: "Ningún estudioso de los clásicos escucharía la opinión de alguien que dudara de la autenticidad de Herodoto o Tucídides, aunque las copias de los manuscritos que podemos disponer de su trabajo actualmente, tienen 1.300 años más que el original". Cuando vamos al Nuevo Testamento vemos que fue escrito entre los años 40 y 100 d.C. La copia más antigua que tenemos (encontrada recientemente), es parte del evangelio de Juan, escrito en el año 130 d.C. Tenemos manuscritos completos del año 350 d.C. No sólo uno, más de uno. Recuerde que, con los otros clásicos había entre 10 y 20 manuscritos, y a veces sólo 8, sin embargo, en total, en el Nuevo Testa1nento tenemos 5.000 manuscritos griegos, 10.000 manuscritos latinos, 9.300 manuscritos de otros y hay 36.000 citas en los manuscritos de los padres apostólicos. De modo que el gran estudioso y critico textual, F. J. A. Hort dijo esto:"En la variedad y complejidad de la evidencia en la cual descansa el texto del Nuevo Testamento, destaca absolutamente como el único entre los escritos antiguos de prosa".
Sabemos con certeza lo que escribieron los apóstoles. Hay buena evidencia fuera y dentro del Nuevo Testamento de Jesucristo. Con todo ello podemos descansar en el hecho de que las palabras de Jesús de Nazaret, no sólo no se han perdido (Mt. 24: 35) sino que tienen poder para cambiar vidas aun hoy en día (l Corintios 4:20). Así pues, la enseñanza a seguir es la Palabra de Dios, la cual es inmutable. Para ser ese seguidor de Cristo que un cristiano debe ser, sólo en la Biblia se encontrará la guía correcta e inconfundible. ¿Por qué sólo en la Biblia? Porque la Biblia es la Palabra de Dios, y por lo tanto, posee toda la autoridad de Dios en sí misma. Dios desea que los que le buscan, lleguen a saber lo que les conviene, que encuentren la verdad; por eso El nos ha dado Su Palabra. Jesús de Nazaret dijo a sus discípulos: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Mateo 7: 7, 8). Es el deseo de Dios que le busquemos de todo corazón. No es el deseo de Dios que nos conformemos con cualquier cosa. El desea tener una relación muy personal con cada uno de los Suyos. A veces, existen impedimentos para que esto sea así. Diferentes temores, conformismo, tradición, rutina... tantas cosas que hacen de filtro oscuro para que no podamos ver a Dios y esperar de EL... ¡Pero El siempre está ahí esperando que nos volvamos a El de todo corazón!
¿Temor a lo desconocido?
El apóstol San Pablo dijo una vez: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5: 21). Este consejo bíblico destruye todo prejuicio, temor e ignorancia. Dios quiere que tengamos seguridad en lo que creemos. No es ningún pecado ni traición escudriñar y poner a prueba lo que siempre hemos tenido por verdad, porque así se nos haya legado. Sólo hay una auténtica verdad, y Dios ya la ha manifestado. Esta verdad es Su Hijo Jesús, y este libro que tiene usted en sus manos está para ayudarle a ver a Jesús, quitando todo velo que no deja ver bien, todo prejuicio que atemoriza y bloquea, todo miedo a lo desconocido; pero mejor que en este libro, le puedo asegurar que es en la Biblia donde usteencontrará la mejor de las ayudas, sin lugar a dudas. Jesucristo dijo: "Si me amáis, guardar mis mandamientos" (Juan 14: 15). Entonces se trata de poner por obra todo lo que la Palabra de Dios dice; por todo ello, nos será imprescindible conocerla. El ejemplo para nosotros lo tenemos en el mismo Jesús, en su dependencia total del Padre, y en el conocimiento que El tenía de la Escritura. Así quiere Dios que nosotros vivamos, en dependencia total de El y de Su Palabra.
Viviendo la vida cristiana según Cristo
Si queremos saber de verdad como vivir una vida cristiana de plenitud, tal y como se vivía en el entorno de la Iglesia primitiva, la fundada por el Señor Jesús, no podremos hacer ninguna concesión a los principios enseñados en la Biblia, ni interpretarlos fuera del contexto de su enseñanza. Mientras la Iglesia Universal está por todo el mundo esperando su redención y al Amado, es esencial que aquellos que desean ser cristianos, lo sean como debe ser, es decir, basados en la enseñanza espiritual y práctica de la Biblia, sin aditivos ni mermas de ninguna clase. La. Biblia es la revelación completa y suficiente de Dios al hombre individual.
¿Biblia... o tradición?
Ninguna tradición religiosa, u otra fuente, por bien intencionada que fuere, podrá sernos útil si contradijere la Biblia. Para aquellos que dudan porque su tradición religiosa les impone algo opuesto a la revelación bíblica, es menester decirles que sólo las Sagradas Escrituras merecen absoluta preeminencia. Dijo el apóstol Pablo en el libro de Gálatas: "Si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si
alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas 1:8, 9). Cualquier declaración religiosa, sea dogmática o no, del tipo que sea, por muy enraizada que esté en la sociedad; fruto o consecuencia de alguna antigua tradición y aceptada, pero que contradiga la Palabra y el Espíritu de la Biblia, no será acepta ante Dios, y por
lo tanto, debe ser rechazada por todos los verdaderos creyentes. Cualquier intento de modificar lo declarado en la Biblia a causa de la llamada tradición por Roma; declaraciones ex cátedra de los diversos romanos pontífices: Los dogmas; concilios ecuménicos, etc. que añadan, quiten o minimicen lo revelado en la Palabra de Dios, no viene de Dios, por lo tanto, no tienen ninguna validez ante El. Estaremos mostrando a lo largo de este libro la falta de apoyo escritura! y ético de esos dogmas y de los que los establecieron.
Si alguien se siente seguro de su fe en lo establecido por Roma apoyándose en el hecho de que teóricamente ninguno de sus dogmas ha sido jamás abolido, es menester hacerle saber que aunque esto fuera así, que no lo es de hecho, no garantiza en modo alguno que esos dogmas o parte de ellos constituyan la verdad de Dios. Alguien dijo una vez que si una mentira se repite una y otra vez, al final se acaba creyéndola como verdad. Sólo hay una manera de saber si algo es verdad o no, confrontándolo con la Biblia, la Palabra de Dios.
Roma dice que la Iglesia romana siempre ha creído los mismos dogmas desde los tiempos bíblicos. Por eso, E. Schillebeeckx, teólogo romano, sostendría que ya los primeros discípulos creían que el papa de Roma era infalible cuando hablaba ex cátedra. Esto en sí reviste un problema de base, sobre todo porque el título de "papa" era algo totalmente desconocido en el Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva. Los mismos teólogos de Roma tienen problemas insalvables a la hora de intentar demostrar que ciertos dogmas, por ejemplo, el de la Asunción Corporal de María a los Cielos, era algo sabido, creído y enseñado por los apóstoles del Nuevo Testamento, sencillamente porque éstos nunca dijeron nada al respecto. Existe otra razón de más peso, sencillamente porque estos dogmas contradicen la verdad revelada por Dios en Su Palabra. Estaremos viendo todo ello.
¿Temor a la Palabra de Dios?
No hay que tener temor de no comprender o de comprender mal la Biblia, porque si uno se acerca a Dios a través de Su Palabra sin ideas preconcebidas y con un espíritu sencillo de aprendiz, de buscar a Dios, Dios, a través del Espíritu Santo le guiará con plena seguridad. Así se construye el verdadero cristianismo en la vida del individuo.
La Biblia es el único libro en el mundo que se ha de leer junto con su Autor.
Por eso mismo, la Biblia se interpreta a sí misma, porque es Palabra viva. La Biblia es la misma autoridad de Dios. No debemos ignorar por qué algunos han interpretando mal la Escritura o incluso la han torcido, como sería el caso de los llamados "testigos" de Jehová entre otros. El fundador de los "testigos'', Charles T. Russell, partió a la hora de basarse en la Biblia para definir sus doctrinas, en prejuicios religiosos y conclusiones personalistas preestablecidas, que le marcaron e influenciaron totalmente. Por ejemplo, para el
estudio de la Biblia, él partió de la no aceptación personal de la Deidad de Cristo. También partió del error de considerar al Espíritu Santo como una simple "fuerza activa". Con todos esos planeamientos subjetivistas es obvio que interpretara mal la Biblia, cuando esta declara claramente que: 1) Cristo es Dios, 2) El Espíritu Santo es Persona. A tal punto llegó la obcecación de los "testigos", que se atrevieron a cambiar en su versión pervertida de las escrituras (NM), los textos bíblicos donde se menciona la Deidad de Cristo. De la misma manera ha ocurrido con todos aquellos que se han desviado de la verdad, aun diciendo que se basaban en la Biblia.
Podemos descansar sabiendo que hay un Dios en el universo y que Este ha dado al hombre a conocer Su Palabra, la cual es inmutable, conio EL es inmutable.
Ireneo (130-200) una vez dijo: "Las Sagradas Escrituras son perfectas". Creemos en un Dios que es Todopoderoso, y así, capaz de salvaguardar Su Palabra a través de los siglos; no importa los vaivenes de la historia, el error de los hombres, ni las asechanzas del diablo y sus huestes. ¡Dios siempre tiene el control!
"TODA LA ESCRITURA ES INSPIRADA POR DIOS, UTIL PARA ENSEÑAR. PARA REDARGUIR, PARA CORREGIR, PARA INSTRUIR EN JUSTICIA, A FIN DE QUE EL HOMBRE DE DIOS SEA PERFECTO, ENTERAMENTE PREPARADO PARA TODA BUENA OBRA'' (2ª Timoteo 3:16, 17).
La Biblia es la base inamovible del cristianismo. Si el cristianismo existe, es porque la Biblia existe. Si la dejamos de lado, mucho, o en parte, o la contradecimos, ya no tendremos cristianismo, sólo llegaremos a tener un falso sucedáneo. Todo lo que Dios ha revelado al hombre para su bien, está escrito en ese Libro que consta a su vez de sesenta y seis libros y resume los Dos Pactos que Dios ha hecho con la humanidad, que son el Antiguo y Nuevo Testamento. Dios es el Autor de Su Palabra, que llega a nosotros escrita por diversos siervos Suyos inspirados por el Espíritu Santo, empezando con Moisés, el autor del Pentateuco o la Ley (Toráh), y son los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, hasta Juan, el autor del Apocalipsis.