En caso de superarse todo el proceso, este movimiento pondría en manos de las congregaciones parroquiales la decisión de tener o no un sacerdote que mantenga una unión civil con una pareja del mismo sexo.
El voto de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, de tradición presbiteriana y conocida como el Kirk, siguió a la publicación el pasado abril de un informe, encargado a la comisión teológica de la Iglesia escocesa en 2011, que presentaba argumentos tanto para el voto a favor como en contra.
La ordenación de hombres y mujeres homosexuales ha provocado tradicionalmente fricciones dentro de la Iglesia Anglicana, dominante en el Reino Unido.
Así ocurrió en el seno de la Iglesia de Escocia en mayo de 2009, cuando la misma asamblea apoyó por 326 votos a favor frente a 267 en contra mantener el nombramiento para una parroquia de Aberdeen de un reverendo homosexual, Scott Rennie, pese a las protestas de algunos feligreses.