La destacada actuación de Howard fue lo más comentado en las redes sociales, además su interesante historia personal ha sido destacada en los medios deportivos de todo el mundo.
Timothy Howard, que actualmente milita en el Everton inglés, fue diagnosticado a los once años del síndrome de Tourette, un extraño síndrome que provoca tics motores y vocales.
En ese momento fue muy importante el apoyo de su abuela. “No tenía mucha paz”, recuerda Tim, “pero en medio de tanto caos en mi cabeza yo sabía que siempre podía contar con al menos una persona para proporcionarme calma y estabilidad: mi abuela”.
Esa “sensación de paz de mi abuela era tan poderosa porque provenía de su fe en el Señor”, explica el portero. “A través de ella, Dios reveló su amor por mí también. No pasó mucho tiempo antes de que yo también siguiera sus pasos. Yo quería tener la misma clase de fe y la paz que ella tenía, y eso es exactamente lo que Dios me dio”
Desde entonces, reconoce que vivir con el síndrome de Tourette “no es fácil. Pero Dios me ha bendecido con el don de ser un buen atleta también”, de forma que ha visto cómo ha podido ayudar a otras personas que padecen ese mismo síndrome a superar dificultades. “Lo veo como dos regalos que he podido utilizar para animar a otros”, dice.
“Como deportista de élite sé que tengo la bendición de estar viviendo un sueño. Y, sin embargo, si todo desapareciera mañana, sé que todavía tendría paz. Seguro que sueno como un loco para la mayoría de la gente, pero esa es la clase de paz que Cristo da. Tiene sus raíces en su amor, y sobrepasa todo entendimiento”, explica Howard.
“Lo más importante en mi vida”, dice Tim, “es Cristo. Es más importante para mí que ganar o perder, o si estoy jugando o no. Todo lo demás es sólo un extra”.
Fuera del campo, Howard ha estado involucrado en grupos de estudio bíblico y es voluntario regular de organizaciones cristianas como el L8r Club, un grupo de jóvenes en Bramhall Baptist Church en el Reino Unido. Los martes juega al fútbol con los adolescentes antes y después de las lecciones de la Biblia.
“El mejor momento para mí”, dijo Howard, “es cuando veo un gran avance en [la juventud.] Cuando veo que comprenden lo que significan realmente Dios y Cristo”.