Dice Thomas Keating en las páginas 18, 21 y 23 de su libro Mente abierta, corazón abierto: «Las disciplinas espirituales, tanto oriental como occidental, se basan en la hipótesis de que hay algo que podemos hacer para iniciar la jornada hacia la unión divina, una vez hemos sido tocados al reconocer que tal estado existe. La oración centrada es una disciplina designada a reducir los obstáculos... escoger una palabra sagrada (para repetir)... Veinte a treinta minutos es el mínimo de tiempo necesario para que la mayoría de personas puedan establecer silencio en su interior».