Otro hecho al que tenemos que hacerle frente es que hemos perdido la guerra cultural, y que el humanismo ha triunfado. Estados Unidos ahora es una nación que debe estar implorándole a Dios que los libere del juicio destructor. Si el señor Trump es sucedido por otra persona de ideología liberal como Obama, apoyado por un congreso liberal, el giro será rápido e impresionante.
Para comenzar pongamos este tópico en perspectiva, citando dos pasajes de la Escritura. El primero es Salmo 33:12 que dice: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí”. El segundo Proverbios 14:34, que declara: “La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones”.