La menor, quien fue la última en confesarse, también ayudaba al padre como monaguillo de la Parróquia São Benedito, de la cual él era el responsable. Antes de salir de la sala, ella habría sido violada por el religioso.
El caso sucedió en mayo, cuando la madre de la niña denunció al cura ante la policía, pero solo ahora salió a la luz con la divulgación de la prisión preventiva decretada por la Justicia en este mes. El sacerdote está preso en la Penitenciaria de Andradina, São Paulo, desde el día 15.
El obispo de la Diócesis de Catanduva, d. Otacílio Luziano da Silva, afirmó que la prisión es injusta. Sin embargo, para el Ministério Público, la investigación revela la práctica de estupro de vulnerable y por eso el cura debía ser arrestado. Según el juez Renato Soares de Melo Filho, de la Comarca de Urupês, en donde se tramita el caso, el pedido de prisión llegó atrasado, pero la gravedad de las declaraciones de la niña y el hecho de que el padre trabaje con otros niños, justifican la prisión preventiva, concedida por él.
A causa del encubrimiento de los obispos católicos que defienden ciegamente a sus curas y ocultan sus crímenes, es que aún existen muchos de estos degenerados que no han sido penalizados y siguen violando niños impunemente.