Esta es una profecía asombrosa que decía que Jerusalén, la cual estaba en ruinas, iba a ser una carga, una inquietud para todo el mundo, pero no sólo eso, sino que todos los vecinos de Israel se unirían en contra de ésta nación judía. Las naciones vecinas de Israel que en el pasado han estado en guerra entre ellas mismas, ahora, por primera vez en la historia, están unidas por el Islamismo para destruir a Israel. Por más de 50 años, las naciones vecinas de Israel han lanzado ataques sorpresivos en contra de Israel pero ésta nación ha probado ser demasiada fuerte militarmente aunque eran abrumados por la superioridad numérica del enemigo. Dios dijo: “En aquel día convertiré a los jefes de Judá en un brasero ardiente dentro de un bosque, en una antorcha encendida entre las gavillas. A diestra y siniestra devorarán a todos los pueblos vecinos, pero Jerusalén misma volverá a ser habitada” (Zacarías 12:6) Derrotados contundentemente una y otra vez, las naciones vecinas musulmanes fingen ahora un deseo por paz, esperando engañar y ganar tiempo y al final destruir a Israel. Esta fue una estrategia establecida por Mahoma.
La verdadera batalla no está entre judíos y árabes sino entre Alá y Jehová. El resultado final de ésta batalla no está en duda, pero va a costar bastante a ambos lados: Israel será castigado por su rebelión y sus enemigos serán destruidos.
Exactamente como fue profetizado, Jerusalén es una carga para todo el mundo. Más de 60.000 votos individuales se han hecho en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en contra de Israel. Esta nación tan pequeña, con un mínimo número de habitantes, ocupa un tercio del tiempo de la ONU ¡una gran carga indudablemente! Escépticos acusan a cristianos de colocar los tiempos actuales en la Biblia alegando que nadie reconocía muchas profecías hasta que Israel fue formado como nación en 1948. Esto indudablemente no es correcto, ya que a través de los siglos los cristianos evangélicos han predicado, basándose en la Biblia, el retorno de los judíos a su tierra prometida. Aún el líder calvinista, Juan Owen escribió en el siglo 17: ”Los judíos serán reunidos en su propia tierra” esta también era la opinión del poeta Juan Milton, de Juan Bunyou, Roger Williams, Oliver Cromwell y de muchos otros.
Martín Lutero escribió: “Si los judíos son los descendientes de Abraham, entonces ellos deberían regresar a su propia tierra con su nación propia. Pero ahora ellos están esparcidos y son despreciados". Martín Lutero por lo tanto descalificó a los judíos como gente escogida por Dios y se convirtió en enemigo de ellos persiguiéndolos y matándolos. Pero hoy en día los judíos están de regreso en su tierra, en su nación, después de haber estado esparcidos por todo el mundo por 2,500 años, hablando en hebreo así como lo hizo el rey David hace 3.000 años. Ninguna otra gente ha establecido nuevamente su propia nación y su propio idioma después de haber sido desplazado de su tierra por tanto tiempo. Algunas profecías que se pueden aplicar solamente a nuestros tiempos presentes son aterrorizantes, diciéndonos sobre el juicio de Dios. El lenguaje es bastante gráfico: “Cuando afile mi espada reluciente y en el día del juicio la tome en mis manos, me vengaré de mis adversarios; ¡les daré su merecido a todos los que me odian! Mis flechas se embriagarán de sangre, y mi espada se hartará de carne; sangre de heridos y de cautivos, cabezas de caudillos enemigos” (Deuteronomio 32:41, 42) “¡Ya viene el Señor con fuego!.. Con fuego y con espada juzgará el Señor a todo mortal” (Isaías 66:15, 16). “En aquel día las víctimas del Señor quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol” (Jeremías 25:33).
La pregunta que a menudo se hace es que si los Estados Unidos (o Canadá, Australia, etc.) está en las profecías bíblicas. ¡Por supuesto que está! Las Escrituras declaran que todas las naciones en el mundo se unirán para invadir a Israel en los últimos días y serán destruidas en la batalla de Armagedón: “En aquel día me dispondré a destruir a todas las naciones (seguro que ‘todas’ incluye los Estados Unidos) que ataquen a Israel” (Zacarías 12:9) “Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando pelea en el día de batalla” (Zacarías 14:3) Pero algunos preguntan, ¿no será los Estados Unidos perdonado por haber sido el amigo de Israel? En realidad, el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha estado en contra de Israel en varias ocasiones. Esto fue verdad durante la guerra de Yom Kippur. Esto fue un ataque sorpresivo (Octubre 1973) en el cual 80,000 Egipcios abrumaron, arrollaron, aplastaron a 500 defensores Israelitas a lo largo del Canal del Suez y 1.400 tanques Sirios barrieron a lo largo de la región de Golan con sólo un tanque Israelita en contra de ellos. Israel fue tomado por sorpresa. La mayoría de sus fuerzas armadas estaban celebrando la fiesta religiosa de Yom Kippur. El éxito inicial de los atacantes electrizó al mundo árabe y nueve otras naciones árabes se apresuraron para participar en la masacre.
El historiador David A. Raush escribe: “El Rey Hussein de Jordania mandó dos de sus mejores Brigadas Acorazadas a Siria. Arabia Saudita y Kuwait financiaron el gran costo de enviar miles de tropas para combatir a los israelitas. Kuwait le prestó sus aviones supersónicos hechos en Inglaterra a Egipto. El líder de Libia, Muammar Qaddafi, envió cuarenta aviones supersónicos de la clase “Mirage III” construidos en Francia y cien tanques. Irak envió aviones supersónicos de combate “MIG” y también tanques y divisiones de infantería de combate a la región de Golan, mientras que un escuadrón de aviones supersónicos “Hunter” era utilizado en Egipto. Los árabes pronosticaron la exterminación de la nación judía y “la ‘liberación’ de Palestina...”
La Unión Soviética impidió cualquier atentado de las cesaciones de hostilidades mientras que reforzaba las fuerzas armadas árabes con armamentos y provisiones por la vía aérea y marítima. Nunca estuvo Israel tan cerca de ser destruido como en ésa etapa de su existencia. Pero cuando la guerra finalizó, columnas de tanques israelitas estaban en las afueras de Damasco y Cairo y pudieron haber tomado ésas ciudades si no hubieran decidido a retroceder. Trágicamente Israel sufrió aproximadamente 3.000 muertes (que si uno lo compara con los Estados Unidos serían aproximadamente 150.000) Excepto por una serie de milagros de Dios, Israel no hubiera podido sobrevivir.
¿Dónde estaba su amigo Los Estados Unidos? Numerosos avisos fueron enviados a la Casa Blanca del Presidente Nixon advirtiéndole que un ataque inminente se avecinaba en contra de Israel (semejante al ataque sorpresivo de parte de los Japoneses a los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawai, en 1941) pero aparentemente Nixon no tomó ninguna acción. Henry Kissinger, el Secretario de Estado en ese entonces permaneció en el Hotel Waldorf Astoria por tres días antes de convenir al Concilio de Seguridad de las Naciones Unidas. Hubo una demora en el envío de urgentes provisiones y armamentos a Israel aparentemente para no enemistar a los árabes y causar una crisis petrolera.
Seis años antes de la guerra de Yom Kippur, en Junio 8 de 1967, el cuarto día de la “Guerra de los Seis Días” el barco americano USS Liberty estaba en la costa de la península del Sinaí escuchando las comunicaciones militares israelitas y comunicándolas al Servicio Secreto Británico el cual tenía una computadora gigante en Chipre. Desde allí, mapas completos de cada movimiento militar de parte del ejército israelí fueron transmitidos de antemano a las fuerzas armadas árabes. Con ésa clase de ayuda los árabes hubieran podido haber usado su superioridad numérica para cambiar el curso de la guerra. Israel no tuvo otro recurso que hundir el barco Liberty. Por supuesto los medios de difusión puso “el grito en el cielo” acerca de éste “ataque a sangre fría”. Nadie creyó la explicación pública de Israel que lo confundió con un barco egipcio y hasta hoy en día ni los Estados Unidos ni Israel han declarado la verdad en público.
Sí, los Estados Unidos también atacarán a Israel y será castigado en Armagedón. Dios declara muy claramente que Él traerá a todas las naciones en contra de Israel para destruirlas: “En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel...Yo haré que tú... vengas contra mi tierra... mi ira se encenderá con furor... en aquel momento habrá un gran terremoto en la tierra de Israel. Ante mí temblarán los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo, los reptiles que se arrastran, y toda la gente que hay sobre la faz de la tierra... De ésta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor” (Ezequiel 38:16-23).
¡Este es un lenguaje aterrador! ¿Qué puede causar éste gran terremoto en todo el planeta y que cada ser viviente va a ser afectado? ¡Dios personalmente vendrá a la tierra como lo hizo en el Monte Sinaí cuando dio la Ley y Él descargará su venganza en los enemigos de Israel! Hay dos razones específicas para que el juicio de Dios se lleve a cabo: “reuniré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat. Allí entraré en juicio contra los pueblos en cuanto a mi propiedad, mi pueblo Israel, pues lo dispersaron entre las naciones y se repartieron mi suerte" (Joel:3:2).
Por supuesto, todas las naciones han sido responsables en haber perseguido y haber desplazado a los judíos de país a país por 2.500 años. La segunda razón por la que la venganza del Señor va a ser aplicada a todas las naciones es algo que ha ocurrido durante nuestra presente generación: “se repartieron mi tierra”. Israel ha sido invadido por otros países a través de los siglos muchas veces, pero nunca el país conquistador dividió la tierra. El país victorioso no comparte su botín con otros. Sin embargo, desde la Primera Guerra Mundial todas las naciones se han unido con el propósito de dividir la tierra de Israel.
La Declaración de Balfour en 1917, la Conferencia de Paz en París en 1919 y la Declaración de Principios por la Liga de las Naciones en 1922, todas éstas conferencias y declaraciones han reconocido que la tierra donde está situada Israel y que es conocida como “Palestina” (desde que los romanos le pusieron ese nombre en el año 135 DC.) pertenece a los judíos y fue separada para que fuera exclusivamente para la gente judía, fue garantizada internacionalmente y formalmente reconocida basada en antecedentes históricos. Es obvio, que la historia une a Israel con toda la tierra conocida actualmente como “Palestina”.
A Inglaterra le fue dado el mandato de asegurar que los judíos se establecieran con toda seguridad y sin peligro alguno en Palestina. Pero el descubrimiento de inmensos depósitos de petróleo en las tierras árabes ocasionó que Inglaterra impidiera la inmigración de los judíos y permitiera la inmigración de los árabes. Fue en ésa época precisamente que los judíos desesperadamente necesitaban un refugio al cual podían huir de la Alemania Nazi. Un documento británico firmado en 1939 y llamado “El papel Blanco” limitaba la inmigración de los judíos a 10.000 personas por año por un máximo de cinco años y un número adicional de 25.000 judíos “refugiados” serían también admitidos y después de esto la puerta de admisión a la tierra Palestina sería cerrada completamente a los judíos. Teniendo en cuenta que los Nazis habían decidido eliminar a 11 millones de judíos, la cuota de 25.000 era un insulto a Dios y a la conciencia de todo ser humano.
El año anterior, El Presidente Roosevelt había reunido delegados de 32 países en Evian, Francia, para discutir la situación de los judíos que ya en ése entonces estaba empeorando día tras día. Roosevelt dijo muy claramente que los Estados Unidos no haría nada para aliviar la situación de los judíos mientras que Inglaterra decía que no había más lugar en Palestina y que el asunto no se volvería a discutir. Aunque manifestando una gran compasión y solidaridad con los judíos de Europa, quienes todo el mundo sabía que iban a ser exterminados, las naciones ofrecieron varias excusas por las cuales no podían intervenir para ayudar en la situación de los judíos.
Hitler declaró en ése entonces “Nosotros (los alemanes) estamos dispuestos a enviar éstos criminales (el pueblo judío) a la disposición de éstos países (Estados Unidos, Inglaterra y otros países del oeste) aún en barcos de lujo” Cuando la conferencia terminó con el completo abandono de los judíos, Hitler se burló de los participantes diciendo: “Recientemente el mundo había acusado la actitud de Alemania como algo inconcebible, el hecho que no quiera mantener entre sus habitantes a los judíos, pero vemos que éstos países tampoco están ansiosos en recibirlos ahora que le presentamos la oportunidad” El mundo entero fue partícipe y cómplice con Hitler en la destrucción de los judíos.
En 1944, Hitler ofreció vender a los aliados 500.000 Judíos Húngaros por $2.00 cada uno ¡y ningún país los quiso recibir! Inglaterra dijo que “no había lugar” en Palestina para ellos. In 1943 Inglaterra y Estados Unidos habían acordado a no decir o hacer nada acerca del Holocausto, con el temor que si presionaban a Hitler, éste podría enviar a todos los judíos a los países que lo criticaban. Los Aliados ignoraron los pedidos urgentes de Organizaciones Judías de bombardear las líneas de trenes que iban en dirección a los campos de exterminación. ¡Dios juzgará a éstas naciones!
Después de la guerra un pequeño número de escuálidos supervivientes de las máquinas asesinas de Hitler trató de llegar a “Palestina” en barcos de tan mal estado que estaban en peligro de naufragar. Algunas de estas personas que llegaron hasta poder contemplar visualmente la tierra que Dios les había dado como una herencia para siempre, fueron obligadas a regresarse por la Marina Inglesa y fueron puestos en Campos de Internamiento en la isla de Chipre. Muchos que pudieron lograr encontrar refugio en la tierra que vendría a ser el Nuevo Estado de Israel, fueron removidos de la tierra prometida y llevados a los campos de Internamiento. Inglaterra creó el país de Jordania en la mayor parte de la Tierra Prometida. El decaimiento del Imperio Británico, “donde el sol nunca se oculta”, puede ser el resultado desde la época en la cual Inglaterra traicionó a los judíos, lo cual nos demuestra que nuevamente la profecía es cumplida: “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan..." (Génesis 12:3).
Cuándo la ONU finalmente llevó a cabo el voto para la división de Palestina en Noviembre 29, 1947 (ONU Resolución 181) ¡el “pueblo escogido” de Dios recibió el 13% de la tierra que una vez había pertenecido a ellos! La profecía del profeta Joel se cumplió cuando él dijo que las naciones se unirían para dividir Israel. La única parte de la profecía que todavía no se ha cumplido es el juicio de las naciones por haber dividido la tierra de Dios: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía y ustedes no son aquí más que forasteros y huéspedes” (Levítico 25:23).
La ira de Dios está acrecentando en contra de las naciones de éste mundo por haberle robado a Israel de lo que Él le dio a ésa nación. Y aún así en continuo desafío de Dios, cada tratado o propuesta de paz que los países occidentales han impuesto sobre Israel siempre ha involucrado más división de la tierra de Dios. El entonce Presidente Bush, que profesa ser cristiano, originó lo que se conoce como “El Mapa del Sendero hacia la Paz”, que también pide que Israel renuncie a más tierra. Él debería temblar y arrepentirse, al igual que el presidente Putin, la Unión Europea y la ONU, quienes se han unido a Bush y forman el “cuarteto” que auspician éste plan.
Por su parte Israel ha accedido a dar más y más tierra a cambio de las promesas de “paz” de los “Palestinos” a pesar que en los documentos de ésta organización árabe existe la demanda pidiendo por la destrucción de Israel y en sus mapas y en todos los mapas del mundo árabe la nación de Israel no es mostrada geográficamente, como si no existiera.
El hecho que Israel es forzado por los países occidentales, de hacer éstos tratos y a renunciar a su tierra, no excusa a Israel. Por esto la nación israelita será juzgada severamente en lo que es llamado “un tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7) Sí, Dios va a salvar a su gente escogida pero solo después que dos-tercios en que todos los judíos en la tierra hayan perecido (Zacarías 13:8,9) No hay un lugar más apropiado y no hay mejor manera de destruir las naciones que han abusado de Israel que cuando ellos, con el mismo espíritu de Satanás, actúan y ponen en efecto lo que Hitler llamó “la solución final del problema judío”. Los creyentes deben reunirse para alentarse y exhortarse, y recordemos lo que la Escritura dice en Hebreos 10:25: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”. Las profecías cumplidas anuncian tal día como nunca ha ocurrido antes.