Por esta razón, no podemos dejar de preguntarnos: ¿Es la actual ola de censura contra los expertos médicos y científicos que se oponen a las vacunas un presagio del ascenso del Anticristo? El mandato de la vacuna impuesto por el presidente norteamericano Biden sobre todo el territorio de Estados Unidos ha traído consigo, dolor, desasosiego y zozobra a todos los estadounidenses y millones de inmigrantes que residen allí, amantes de la libertad.
Su mandato ha obligado a millones de personas a adoptar una decisión trágica, forzándolos a recibir una vacuna que un número creciente de expertos y médicos condenan, ya que de no hacerlo enfrentan la pérdida del empleo. Si son militares, son despedidos en forma deshonrosa, de la misma manera están botando de sus trabajos al resto del personal del gobierno, incluyendo aseadores y empleados en el más bajo escalafón. Esta orden se está extendiendo en todos los lugares del país.
Incluso, las personas comunes y corrientes sin vacunación son rechazadas para el trasplante de un órgano que necesiten para mantenerse con vida, además de mil cosas que las mentes malvadas han planeado para todos esos que no quieren vacunarse.
Leilani Lutali, una residente del estado de Colorado, fue rechazada para un trasplante de riñón porque se negó a recibir la vacuna Covid-19. El 28 de septiembre de 2021 esta señora recibió una carta en la que le informaban que el equipo de trasplantes del Hospital de la Universidad de Colorado determinó designarla como “inactiva” en la lista de espera para trasplantes.
Tanto la señora Lutali como su donante, Jaimee Fougner, no quisieron vacunarse. Fougner dijo: “Aquí estoy yo, dispuesto a ser un donante directo para ella. Lo que vamos a hacer no afecta a ningún otro paciente en la lista de trasplantes. ¿Cómo pueden entonces forzarme a quedarme sentado y permitir que asesinen a mi amiga cuando tengo un riñón en perfecto estado y puedo salvar su vida?”.
La censura actual en Estados Unidos es un recordatorio sorprendente del poder de las grandes tecnologías sobre nuestras vidas. Afecta las noticias que la gente escucha y ve, la educación que reciben los niños y determina el resultado de las elecciones. Los votantes forman sus opiniones sobre los candidatos basándose en la información que reciben a través de los medios de comunicación, y estas distorsiones y mentiras de los medios, están actualmente destruyendo a esa nación de manera mucho más efectiva que cualquier invasión de un país hostil. El presidente Biden y su liderazgo de mano dura no se detendrán ante nada hasta que Estados Unidos sea un páramo en ruinas sin negocios y lleno de adolescentes que necesitan atención siquiátrica.
El verdadero doctor Fauci
Después de dar una conferencia en vivo a través de la Internet desde la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, se le preguntó al doctor Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en Estados Unidos NIAID, por sus siglas en inglés, respecto a cómo debemos abordar el valor de la libertad individual en el contexto de esta pandemia global. Y su respuesta fue muy significativa. Primero criticó a la agencia de noticias Fox News y otros medios de comunicación conservadores. Luego censuró la idea de la libertad individual, destacando la vacunación como la mayor responsabilidad moral de cada persona hacia su vecino. Pero luego reveló lo que realmente piensa, cuando dijo: “Creo que cada uno de nosotros, particularmente en el contexto de una pandemia que está matando a millones de personas, tiene que mirar todo y decir: 'Ha llegado el momento en el que tengo que darme por vencido, y poner a un lado lo que considero mi derecho individual a adoptar mis propias decisiones, por el bien de la sociedad '”.
Pero... ¿Cuál fue la conclusión final de la declaración del doctor Fauci? “Tenemos que hacerlo porque hay una pandemia que está matando a millones de personas”. Rahm Emanuel, Jefe de Gabinete de la Casa Blanca bajo la administración del señor Obama, reveló el pequeño secreto sucio de Fauci, quien ha declarado en diversas ocasiones: “Nunca debemos dejar pasar una buena crisis, porque es la oportunidad perfecta para hacer lo que normalmente no podríamos hacer”.
El 18 de mayo de 2020, el entonces presidente Donald Trump dijo: “Yo estoy ingiriendo hidroxicloroquina ahora mismo. Hace un par de semanas comencé a tomarla, porque creo que es buena, ya que he escuchado muchas historias fidedignas sobre su uso y resultados”. Sólo transcurrieron unos minutos para que fuera atacado y difamado de inmediato. ¿Por qué? Porque el hacer uso de un medicamento barato y disponible que evitaría la muerte de millones de personas NO es lo que la gente necesita que le digan. Si las personas pudieran tomar este medicamento, la crisis terminaría, y todas las oportunidades que están aprovechando ahora mismo los dirigentes y promotores del gobierno mundial para tomar control de la humanidad e instaurar su dictadura global, se evaporarían repentinamente.
Sin esta pandemia que está matando a millones de personas, nadie estaría dispuesto a renunciar a sus libertades individuales. Es por eso que existe la censura actual de materiales que de alguna forma contradicen al doctor Fauci, porque la élite globalista determinó: “No podemos permitir que la gente contradiga la afirmación de que morirán millones más. El testimonio de expertos médicos acreditados que apoyan los medicamentos que salvan vidas como la hidroxicloroquina e ivermectina, debe ser censurado”.
La crisis actual que vive el mundo no se trata de un virus, sino de control. Pero... ¿El principio rector del doctor Fauci es real, o es todo lo contrario? Esta no es una pregunta ridícula, porque la realidad es, que el testimonio de tantos expertos médicos que nos advierten sobre las vacunas, está siendo censurado, pisoteado y siendo ignorado. ¿Por qué se eliminan a las personas en la lista de trasplantes porque no quieren recibir una inyección que muy bien podría tener efectos nocivos?
El doctor Peter McCullough, quien ha escrito un número incontable de artículos en revistas médicas de primer nivel, advierte que el mundo se encuentra “En medio de una gran catástrofe biológica”. En un discurso que dio en la recaudación de fondos anual de la organización sin fines de lucro Michigan for Vaccine Choice, acusó a funcionarios de la salud pública fraudulentos, que están impulsando las vacunas de Covid-19 experimentales de “transferencia genética” las que contienen una proteína tóxica.
Al enfatizar la importancia de la seguridad en la medicina, McCullough dijo que es “Más que asombroso, que se le haya inyectado una sustancia a la gran mayoría de los estadounidenses, y que todavía no se haya publicado un informe sobre su seguridad”. Señalando al mismo tiempo que ese no fue el caso ocurrido en 1976, cuando el gobierno canceló la campaña de vacunación contra la influenza porcina después de que murieran 25 personas y a otras 550 se les manifestara el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno poco común que hace que el sistema inmunitario ataque el sistema nervioso periférico. El debate sobre si todo lo ocurrido había sido causado o no por la vacuna fue pasado por alto, lo que se tuvo en cuenta fueron las muertes inexplicables que ocurrieron después de la vacunación. McCullough le dijo a su audiencia: “Si están experimentando tensión en este momento, algo de angustia emocional, y presienten que las cosas no van bien... ¡Todas sus percepciones son correctas”.
El doctor McCullough acusó al doctor Anthony Fauci, el principal asesor del coronavirus en Estados Unidos, de “cometer fraude” al declarar que “No hay evidencia que respalde la eficacia de la ivermectina en el tratamiento del Covid-19, agregando: ‘La ivermectina está respaldada por más de 60 estudios, y más de 30 ensayos clínicos’”. Después de esto el Centro Médico de la Universidad de Baylor despidió a McCullough en febrero de 2021, igualmente la Facultad de Medicina de Texas A&M, la Universidad Cristiana de Texas y la Facultad de Medicina del Centro de Salud y Ciencia de la Universidad del Norte de Texas, acusándolo de difundir información errónea.
En la lucha continua entre la verdad y la falsedad, la verdad es persistente y surge de muchos lados. El sitio de Internet globalcovidsummit.org informa, “Que el epidemiólogo de Yale Harvey Risch, continúa expresando consternación por la forma cómo la hyrdroxicloroquina ha sido difamada por razones políticas por un sistema de medios controlados”.
La Cumbre Global de Covid informó, que el bioquímico Chris Martenson concluyó expresando: “Usted no tiene nada que perder si prescribe la ivermectina. Aquellos que la menosprecian por considerarla un ‘desparasitante de caballos’ probablemente no sean médicos, porque los facultativos en todo el mundo han estado utilizando con éxito este fármaco ganador del premio Nobel para tratar el Covid-19".
Si bien más de 10.000 médicos y científicos han firmado la “Declaración de Roma” en protesta, muchos de ellos han experimentado “Amenazas profesionales, asesinatos misteriosos, censura de artículos científicos e investigaciones de todo tipo, cuentas en las redes sociales bloqueadas, resultados de búsqueda en línea manipulados, ensayos clínicos y las observaciones de pacientes prohibidas, y su historial profesional y logros minimizados en los medios académicos principales”.
A cualquiera que lea este mensaje que sepa el idioma inglés, le aconsejamos que vaya a este sitio de Internet - https://globalcovidsummit.org/, para que se entere de la opinión de grandes científicos y médicos reconocidos en la comunidad mundial, con respecto a los efectos de una vacuna que muchos de nuestros hermanos en Estados Unidos se han visto forzados a recibir, moralmente forzados por sus propias familias.
Este es solo el comienzo de la épica lucha final entre el bien y el mal. El Señor Jesucristo lo dijo bien claro: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
El doctor Erwin Lutzer, pastor emérito de la Iglesia Moody la que pastoreó durante 36 años, un expositor de la Biblia, orador destacado en tres programas de radio que se escuchan en más de mil medios de comunicación en Estados Unidos y alrededor del mundo, dice en la introducción de su libro, La cruz de Hitler, que quería escudriñar cómo fue posible que Hitler lograra engañar a la iglesia cristiana en Alemania, y dice: “Sabía que el 95% de la población era protestante o católica, pero quería entender por qué los cristianos alemanes no condenaron a Hitler con una sola voz unificada y valiente, sino que millones voluntariamente adoptaron la esvástica, la cruz gamada que tiene cuatro brazos acodados como la letra gamma mayúscula del alfabeto griego y la adoptaron como símbolo, siendo que se trataba de un emblema religioso, político y racista, que superpusieron sobre la cruz de nuestro Redentor crucificado. Sólo más tarde pude comprender hasta qué punto esta confusión de cruces sedujo a la iglesia alemana y provocó el juicio de Dios”.
Eso es lo mismo que está ocurriendo hoy. Estamos viviendo en un momento crucial de la historia, por lo tanto es vital que los verdaderos seguidores de Cristo defendamos la verdad en el poder de Dios. Porque tal como declara el Salmo 22:3: “Dios habita entre las alabanzas de su pueblo”, y las palabras del profeta Jeremías siguen siendo verdaderas hoy: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jer. 29:11).