Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Estábamos considerando en el estudio anterior, una lección espiritual en el relato del cuervo y la paloma que Noé envió desde el arca. Dijimos que Noé se ocupó ahora en observar a los pájaros y así envió al cuervo. Ahora, el cuervo no volvió al arca, y dijimos que no volvió porque cuando salió encontró muchísimos animales muertos y mucha carne disponible después del diluvio; y eso es precisamente lo que come el cuervo; no regresó, porque después de todo, tenía delante de sí un gran banquete y se dispuso a disfrutar de él. Y lo hizo así porque el cuervo era una ave inmunda. Ahora, la paloma es una ave limpia y se le considera como tal más adelante en la Biblia.
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el primer libro de la Biblia, el libro de Génesis. Nos encontramos hoy ante el capítulo 7 de este libro del Antiguo Testamento. Y concluimos nuestra lección del capítulo 6, notando la provisión que Dios había hecho para el alimento de todos aquellos que entrarían en el arca. En los versículos finales del capítulo 6, los versículos 21 y 22, leemos:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en Génesis, el primer libro de la Biblia. Prosiguiendo con este estudio, comenzamos hoy con el capítulo 6 de este libro de Génesis y vamos a considerar por unos momentos la causa del diluvio. Demos un vistazo a los versículos 1 y 2 del capítulo 6, que dicen:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Estamos aún considerando el cuarto capítulo de este primer libro del Antiguo Testamento, y al concluir nuestro programa anterior, mencionábamos el hecho de que Juan escribió en su epístola que las obras de Caín eran malas. ¿En qué forma fueron malas? Bueno, trajo una ofrenda a Dios que fue una manifestación de su naturaleza perversa. En nuestro estudio de hoy, encontramos a Caín saliendo de la presencia de Dios, y estableciendo una civilización que está completamente apartada de Dios. Y los hijos de Caín establecen una civilización impía. Y vamos a destacar dos o tres cosas de esta sección. Leemos en Génesis, capítulo 4, versículos 16 y 17, lo siguiente:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el tercer capítulo del libro de Génesis. Nos encontramos ya al final de este capítulo y vamos a considerar hoy la “Doctrina de la Redención”. En los versículos 20 y 21 de este capítulo 3 de Génesis, leemos lo siguiente:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento. Nos encontramos todavía en el tercer capítulo de este libro. Al concluir nuestra lección anterior, notamos el hecho de que al repetir Eva el mandamiento de Dios con respecto al árbol de la ciencia del bien y del mal, añadió las palabras ni le tocaréis, las cuales no fueron pronunciadas por Dios cuando dio el mandamiento original. Hoy comenzaremos nuestro estudio considerando el hecho de que la serpiente niega la Palabra de Dios. En los versículos 4 y 5 de este capítulo 3 de Génesis, leemos:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Nos encontramos todavía en el segundo capítulo de este primer libro del Antiguo Testamento. Y comenzamos a considerar en nuestro programa anterior, el sitio geográfico del hombre. Hablábamos acerca del huerto de Edén y concluimos considerando los árboles extraordinarios que se mencionan en el versículo 9 del capítulo 2. Y concluimos diciendo que estos árboles en el huerto de Edén, eran tanto bellos como funcionales, es decir prácticos. Esta tierra en la cual vivimos, todavía retiene algo de aquella hermosura a pesar del hecho de que la maldición de la caída está sobre la tierra. Ahora, brotan los espinos y los cardos, pero todavía podemos encontrar belleza aquí. Hace ya varios años, mi esposa y yo hicimos un viaje a la República Dominicana y tuvimos la oportunidad de visitar algunas ciudades en el interior del país. Mientras viajábamos por las carreteras, tuvimos la oportunidad de admirar la fantástica y fabulosa combinación de belleza natural que se encuentra en ese país. Pudimos admirar las altas palmas de coco; los árboles frutales, el verdor que cubría las montañas; las hermosas flores, todo formaba un conjunto de verdadera belleza natural. El panorama de veras que nos extasiaba. Pues bien, si a pesar de la maldición que ha caído sobre la tierra por el pecado del hombre, todavía podemos encontrar tanta belleza a nuestro alrededor, ¿cuánto más pudo existir en el huerto de Edén, amigo oyente? Debe haber sido un lugar bellísimo. Continuando ahora, con los versículos 10 hasta el 14 de este segundo capítulo de Génesis, leemos:
Continuamos hoy, considerando este primer capítulo del libro de Génesis, y nos detuvimos en la lección anterior en el versículo 28. Este versículo dice:
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Gen. 1:28)
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el primer libro del Antiguo Testamento, el libro de Génesis. En nuestro programa anterior, estábamos considerando la catástrofe en la tierra, tomando como base el versículo 2 de Génesis, capítulo 1, donde dice:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Proseguimos en nuestra lección de hoy, citando algunas de las declaraciones que los hombres han expresado con respecto al origen de la tierra. Escuche esta porción de un artículo que la revista “Life” publicó hace ya algún tiempo con respecto al origen de la tierra. Dice allí: “Tal vez durante la mitad del largo lapso de la historia antigua, la tierra quedó estéril y sin vida, bajo su capa de aire.