16Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. 17Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. (Gén. 4:16-17)
Esto es lo que los hombres han estado haciendo desde los días de Caín. A ellos les gusta dar a las ciudades y a las calles sus propios nombres y apellidos. Aún entre los cristianos encontramos que hay escuelas, universidades y organizaciones con nombres de individuos. A los hombres les gusta hacer esto, ya sean cristianos o como Caín. Pero, aquí es donde todo comenzó. Y es aquí donde comenzó la vida urbana. Las ciudades han llegado a ser uno de los problemas más grandes que tenemos en nuestros días. Dicen que las ciudades están desapareciendo gradualmente, pero aún así. ;a gemte está inundando las ciudades, procedente de todas partes. Ahora, el versículo 19 de este capítulo 4 de Génesis, nos dice:
19Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. (Gén. 4:19)
Tenemos aquí el principio de la poligamia. Este hombre hace ahora lo que es contrario al plan de Dios. Nunca en las Escrituras encontramos que Dios apruebe la poligamia. Si usted lee los relatos con cuidado, se dará cuenta que Dios condena la poligamia. La razón por la cual la hallamos en la Biblia es porque Dios da el relato de ella como un relato histórico. Por eso se relata aquí.
Ahora, Ada significa “placer”, o “adorno”, y suponemos que ella fue la primera mujer que entró en un salón de belleza. El nombre de Zila, de la otra mujer, significa “esconder”; debió pues haber sido una coqueta. ¡Qué mujeres tenía Lamec como esposas! No es de sorprenderse, entonces, que tuviera problemas. Veremos más adelante lo que sucedió. Ahora, encontramos aquí el principio de la civilización, la civilización de Caín. Dice el versículo 20 de este capítulo 4:
20Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. (Gén. 4:20)
Tenemos aquí al primer ganadero. También era tendero y sin duda era también el primer contratista. Luego, el versículo 21 nos dice:
21Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. (Gén. 4:21)
Notamos, entonces, aquí el principio de los músicos. Al escuchar algo de la música moderna de hoy, no dudamos que empezara con la civilización de Caín. El versículo 22, dice:
22Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama. (Gén. 4:22)
Vemos aquí el artífice, y seguimos leyendo el versículo 23 y el versículo 24 de Génesis, capítulo 4:
23Y dijo Lamec a sus mujeres:
Ada y Zila, oíd mi voz;
Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:
Que un varón mataré por mi herida, Y
un joven por mi golpe.
24Si siete veces será vengado Caín,
Lamec en verdad setenta veces siete lo será. (Gén. 4:23-24)
Lamec está diciendo aquí que si Caín pudiera quedar absuelto, luego él también podría quedar absuelto. Caín no mató en defensa personal; sin embargo, Lamec dice que lo hizo en defensa propia. No sabemos si lo hizo así o no. Él dijo que sucedió así. Tal vez las dos esposas estuvieron metidas en esto y de alguna manera tuvo que defender una de ellas; no se nos dice aquí cómo sucedió esto; se nos dice sólo que él cree que será vengado 70 veces siete. Recuerda usted, amigo oyente, que nuestro Señor Jesucristo le dijo a Simón Pedro que debemos perdonar al enemigo. Esta experiencia del perdón ilimitado la encontramos en el evangelio según San Mateo, capítulo 18, versículos 21 y 22, donde el Apóstol Pedro formula esta pregunta: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Nuestro Señor Jesucristo le respondió: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Veamos ahora, que Adán y Eva tuvieron otro hijo que se llamó Set. Los versículos 25 y 26, los finales de este capítulo 4 de Génesis, dicen:
25Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová. (Gén. 4:25-26)
Se nos ha dado la línea de Caín, y ahora se la deja de lado. No se la mencionará de nuevo sino hasta cuando cruce la línea piadosa. Este es el patrón que será establecido aquí en el libro de Génesis: Primero se da la línea impía y se la deja de lado; luego el libro continúa con la línea piadosa. Fijémonos aquí también que es en esta parte cuando los hombres comienzan a invocar el nombre de Jehová. Y así concluye la consideración del capítulo 4 del libro de Génesis, y entramos a considerar el capítulo 5.
La primera sección del Génesis abarca los capítulos uno hasta el once. Esta es la sección acerca de los eventos mundiales. Primero, hubo la creación, y luego la caída del hombre. Ahora, llegamos a la sección que tiene que ver con el diluvio, y que incluye los capítulos cinco hasta el nueve. El capítulo cinco nos informa sobre las circunstancias que rodeaban al diluvio. Este capítulo nos da el libro de las generaciones desde Adán hasta Set.
Este es uno de los capítulos más tristes de la Biblia. Es algo desalentador y desesperanzado. La razón simplemente se debe a que es como dar una caminata por el cementerio. Es como leer los nombres escritos sobre las lápidas; ellos nacieron, vivieron, y murieron. Dios había dicho que en el día que Adán comiera del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, moriría. Y encontramos aquí que todos los que fueron hijos de Adán murieron. El Apóstol Pablo, en su primera carta a los Corintios, capítulo 15, versículo 22, dice que en Adán todos mueren. Ahora, los versículos 1 y 2 de Génesis capítulo 5, dicen:
1Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 2Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. (Gén. 5:1-2)
Dios llamó el nombre de ellos Adán. Eva es la otra mitad de él. Luego tenemos la expresión extraña, el libro de las generaciones de Adán. Veremos que el Nuevo Testamento principia con: El Libro de la genealogía de Jesucristo. Existen estos dos libros. Y esto nos hace recordar que ya hemos visto dos líneas, dos simientes, las cuales son contrarias la una a la otra. Va pues, a existir una larga lucha. Existe la línea de Satanás y hay la línea aceptada de Jesucristo. Nos
dicen estos versículos que la línea que vamos a seguir aquí es la línea de Adán que corre hasta la Segunda Epístola a Timoteo. El versículo 3 de Génesis 5, dice:
3Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. (Gén. 5:3)
Cuando Adán llegó a tener los ciento treinta años, ¿cuál era su edad en realidad? Cuando Dios creó a Adán, ¿lo creó de treinta años? ¿o quizá de quince? ¿tal vez de 45 años? Bueno, no lo sabemos, y cualquier cosa que dijéramos a este respecto sería pura especulación. Lo que sí sabemos es que lo creó ya un hombre adulto. Ahora, ¿cuál era en realidad su edad? Bueno, eso da la respuesta a muchas preguntas en cuanto a la edad de la tierra. Alguien dice que algunas de nuestras rocas tienen billones de años. Es probable que no sepamos. Quizá cuando Dios lo creó, lo creó ya de billones de años. ¡Claro que bien pudo haberlo hecho!
Pero, lo que sí se dice aquí es que cuando Adán había estado aquí en la tierra por ciento treinta años, le nació un hijo. Notemos que el hijo fue conforme a su imagen. Adán había sido creado a la imagen de Dios, pero el hijo de Adán fue nacido a la imagen de Adán, y llamó su nombre Set.
Comenzamos ahora nuestro paseo por el cementerio. Adán engendró hijos e hijas. Pero,
¿qué le pasó a Adán? Leamos el versículo 5 del capítulo 5 de Génesis.
5Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió. (Gén. 5:5)
Bueno, esto fue lo que le pasó: murió. Consideremos ahora la genealogía de los hijos de Set hasta Enoc. ¿Qué le sucedió a Set en el versículo 8? Leamos:
8Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió. (Gén. 5:8)
Set, pues, murió. Le nació un hijo que fue llamado Enós. Ahora, ¿qué es lo que le sucedió a Enós en el versículo 11? Murió. Pero él también tuvo un hijo y su nombre fue Cainán. En el versículo 14, encontramos que Cainán murió también; pero que a él le nació un hijo llamado
Mahalaleel, y en el versículo 17 leemos que él también murió. El hijo de Mahalaleel, fue Jared; y en el versículo 20 hallamos que él también murió.
Veamos ahora la historia conmovedora de Enoc. Jared tuvo un hijo llamado Enoc. Leamos el versículo 21 de este capítulo 5; dice así:
21Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. (Gén. 5:21)
Ahora, ¿murió él? No, él no murió. Aquí encontramos algo muy consolador, en este capítulo tan desesperanzado. Los versículos 22 al 24 nos dicen:
22Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. (Gén. 5:22- 24)
Amigo oyente, esta es una cosa muy notable que en medio de tanta mortandad, de tanta muerte, Dios se lleva a un solo hombre de esta tierra. Dice allí: Caminó con Dios. Eso es muy admirable. Veremos en el próximo capítulo que la Escritura dice lo mismo en cuanto a Noé. Aquí están estos dos hombres que caminaban con Dios: Enoc y Noé. Estos fueron hombres que vivieron antes del diluvio; los que llamamos antidiluvianos. Es interesante que en el Antiguo Testamento hay sólo dos hombres que no murieron. Enoc es uno, y Elías es el otro.
Enoc se singulariza como uno de los pocos hombres antes del diluvio, de los cuales sabemos algo. No tenemos ningún dato de la mayor parte de aquellos hombres. Pero se nos dice que Enoc no murió, sino que Dios lo llevó, es decir, fue traspuesto.
Ahora, ¿qué quiere decir eso? En el trabajo de traducción o traslación, como también lo registra el diccionario, una palabra se lleva de un idioma y se introduce en otro idioma con el sentido igual. Del mismo modo, Enoc fue llevado de esta tierra. Fue trasladado. Tuvo que deshacerse de su cuerpo. Permaneció el mismo individuo exactamente como en el caso de la
palabra, debe quedar con el mismo sentido. Pero, llegó a ser un individuo diferente porque fue llevado a los cielos; Enoc fue trasladado.
Este hombre, Enoc, vivió por sesenta y cinco años antes de que naciera Matusalén. No nos informa este pasaje cómo vivió durante aquellos años. Pero sabemos que después del nacimiento de su hijo Matusalén, caminó con Dios. No sabemos lo que Enoc hacía durante aquellos años y es posible que ni él lo supiera. Pero, sí sabemos que si un niño pequeño no nos lleva más cerca de Dios, entonces, seremos insensibles a una manera mayor en que Dios pueda llamarnos.
Después de eso, por trescientos años, Enoc caminó con Dios y engendró tanto hijos como hijas. Después de que Enoc tuvo 365 años, entonces, Dios se lo llevó. La única forma en que podemos describirle esto es en la manera en que lo describió una niñita al llegar al hogar después de asistir a una clase de Escuela Dominical. Cuando llegó a su casa, la mamá le preguntó: ¿De qué hablaron hoy? ¿Qué es lo que te dijo tu maestra? La niñita le respondió que habían escuchado la historia de Enoc, y cómo él caminó con Dios. Ella continuó: “Parece que todos los días Dios iba a buscar a Enoc y le decía: ‘Enoc, ¿te gustaría caminar conmigo hoy?’ Y, Enoc salía de su casa y paseaba con Dios. Pues, sucedió que se gozó tanto en caminar con Dios, que esperaba a Dios en la puerta todos los días. Y cada día Dios llegaba para decirle: ‘Enoc, vamos a pasear un rato largo. Tengo mucho que decirte’. Por tanto, caminaban y caminaban, y por fin Enoc dijo: ‘Pues, se está haciendo tarde. Tengo que regresar a mi casa’. Luego Dios le dijo: ‘Enoc, estás más cerca de la casa mía que de la tuya. Pues, ven conmigo a Mi casa’. De modo que Enoc le acompañó a Dios a Su casa”. Así lo explicó esta niñita. Y no creemos que podamos explicarlo mejor que eso, amigo oyente. Esa es exactamente la historia que tenemos aquí.
A nuestro parecer, esta es una ilustración de lo que ha de venir. Hay muchas grandes verdades en Génesis que son semillas de grandes verdades que todavía deben ser desarrolladas. Creemos que esto representa el Rapto de la Iglesia. Aquí, pues, antes de que llegue el juicio del diluvio, Dios se lleva a Enoc del mundo.
Veamos ahora la genealogía de Enoc hasta Noé. Continuamos ahora con el versículo 27 y vemos que Matusalén vivió novecientos sesenta y nueve años. Vivió más tiempo que Adán.
Francamente estos dos hombres, Adán y Enoc, llenaron el vacío entre la creación y el diluvio. El hecho es que este hombre Matusalén, pudo haberle contado a Noé toda la historia desde la creación del mundo, según esta genealogía.
Opinamos que hay un vacío en la genealogía que se da aquí. Sabemos que en la primera parte del Nuevo Testamento se encuentra la genealogía del Señor Jesús y que hay vacíos en esa genealogía también. Omite unos pocos nombres expresamente porque hay la intención de presentarlos en tres secciones iguales. Omite unos, pero sigue con una exactitud completa. Por tanto, estamos seguros que esta genealogía aquí es exacta, pero que puede haber nombres que han sido omitidos. Si es así, eso explica por qué el hombre está en esta tierra por un tiempo mucho más largo del que podemos calcular sobre la base de las genealogías.
Debemos incluir aquí algo de interés. Hay ocasiones cuando se llega a disputas como ésta, y no se encuentra la respuesta absoluta que se busca en las Escrituras. Un profesor en Biblia que enseñaba el libro de Apocalipsis en su programa radial, dijo que no sabía quiénes eran los dos testigos. Se quedó maravillado cuando recibió un gran número de cartas de muchas personas que le escribieron informándole quiénes eran los dos testigos que se mencionan en el Apocalipsis. Pero, dice él que después de leer esas cartas, todavía se quedó convencido de que no sabía quienes eran esos testigos. Claro que él había estudiado muchas teorías en cuanto a esto antes. Pero, la verdad es que es hasta perturbador el hecho de que algunas personas piensan estar tan seguras que saben algo, cuando en realidad no lo saben.
La Escritura, amigo oyente, no es siempre explícita o clara en todos los puntos. Ahora, ¿por qué no lo es? Porque Dios no trata de aclararnos todos los puntos. Nos ha dado las Escrituras para revelarnos la historia redentora del género humano.
El nombre de Matusalén significa “enviado”. Es muy interesante que le haya sido dado un nombre que signifique esto. El Dr. Newberry en su libro “El Diluvio”, da el significado siguiente del nombre Matusalén: “Cuando él esté muerto, se lo enviará” ¿Qué es lo que enviará? El diluvio. Mientras que viviera Matusalén, no pudo llegar el diluvio.
Es algo muy interesante, que si se calcula la cronología como se anota aquí, el año en que murió Matusalén es el mismo año en que llegó el diluvio. “Cuando él esté muerto, se lo enviará”. ¿Por qué pues, vivió más años que cualquier otro hombre? Porque Dios estaba aguardando, es decir, esperando aquí para dejar saber a todo el género humano que Dios es paciente y misericordioso.
Dios es paciente y misericordioso para con usted, amigo oyente. Le está esperando. El Apóstol Pedro, en su segunda epístola, capítulo 3, versículo 9, lo dice de esta manera: El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pedro explica también que Dios era paciente antes del diluvio. El mismo Apóstol dice en su primera epístola, capítulo 3, versículo 20: los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
En la consideración de esta genealogía de Enoc a Noé, Lamec se menciona. Luego, murió. También tuvo un hijo que se llamaba Noé. Ahora, el versículo 32, el último versículo del capítulo 5, dice:
32Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet. (Gén. 5:32)
Es asombroso que los hombres sigan a ciegas creyendo en una teoría. Hay una teoría popular en el mundo de hoy, y es que la naturaleza humana por modo ingénito es buena y que se la puede perfeccionar. Esa es la base del programa que se divulga hoy en día. Si podemos simplemente mejorar el ambiente del hombre y su herencia, luego realmente podemos mejorar al hombre. Hay filosofías ateas que buscan mejorar al hombre. Hay quienes enseñan que el hombre puede ayudar a obtener la salvación. El modernismo dice que el hombre se puede salvar a sí mismo. En otras palabras, la salvación llega a ser un tipo de ‘equipo’ para hacerlo usted mismo. Y luego, una de las sectas nos dicen que la naturaleza humana es totalmente buena y que no hay tal cosa como pecado.
Ahora, ¿qué dice Dios tocante al hombre? Dios dice que el hombre es totalmente depravado, totalmente malo. Esa es la condición de todos nosotros. El Apóstol Pablo en su carta a los Romanos, capítulo 3, versículo 10, lo declara de esta manera: Como está escrito: No hay justo, ni aun uno. Esa es la consideración de la Palabra de Dios. Amigo oyente, si usted acepta la Palabra de Dios, tendrá una concepción más verídica de la vida de nuestros días, que no puede conseguir a través de otras teorías.
Vemos aquí al género humano, y seguimos la genealogía de la línea divina. ¿A dónde nos conducirá? ¿Va a conducirnos al milenio aquí sobre la tierra? ¿Va a llegar a los campos elíseos y establecer una utopía? ¡Por supuesto que no! El próximo capítulo nos dice que vino el diluvio sobre la tierra. Y, el diluvio fue un juicio de Dios.
En nuestro próximo programa veremos que hubo un motivo para enviar el diluvio. Será, pues, hasta entonces, es nuestra oración ¡que Dios le bendiga en gran manera!