La aseveración que los papas son los sucesores del apóstol Pedro, viene a ser la base o piedra angular del romanismo católico, y sin el la Iglesia Romana simplemente no podría funcionar: «El Pontífice romano, como sucesor de Pedro, es la perpetua y visible fuente y fundamento de la unidad de los obispos y de toda la compañía de los fieles « (Vatican Council II: The Conciliar and Post Conciliar Documents, Costello Publishing, 1988, vol.I, p.376).
Como ulterior prueba de la autenticidad de esta historia, está expedita para usted una narración de Thedoricus de Niem (secretario del Papa), “Juan llamado el Inglés, fue una mujer nacida en Mentz, y ella estudió en Atenas vestida como hombre, beneficiándose muy bien de las artes y que viniendo a Roma, leyó allí las ciencias liberales, guardando tan adecuada lectura, que muchos de la mejor clase llegaron a ser sus oyentes; posteriormente con un magnífico consentimiento fue elegida Papa y vivió en esa dignidad dos Años y más; pero soportando más que antes la ociosidad y el placer, no pudo vivir así continentemente como ella hizo en su mezquina y todavía erudita condición.
Estatua de la Papisa en la iglesia de Siena. La estatua de mármol y la calle de la vergüenza. Si estos autores no añaden peso a la veracidad de esta historia, puede hacerlo a mi entender, la imagen, que se levanta entre las demás imágenes de los papas, en la famosa Iglesia de Siena en Italia, y que es vista allí hasta este día; a la que el obispo de ese lugar no se angustiaría en desfigurarla en la pasada reparación de esa iglesia, aunque los jesuitas mucho le urgieron hacerlo.
JUAN EL INGLÉS, o la Papa Juana como usted puede leer en la Vida de los Papas de Platina, nació de padres ingleses en un lugar llamado Mentz en Alemania, y quien encubrió su sexo dentro de un hábito masculino.
El autor del siguiente tratado, fue un gran amante de la verdad, alguien altamente distinguido por la Iglesia de Roma, pero que pudo ser dispensado de ser un hijo provechoso del pecado, de la mentira y de la equivocación.
Probando indiscutiblemente a partir de copias impresas de auténticos manuscritos de los escritores papistas y de otros, que una mujer llamada Juana, fue realmemente Papa de Roma, y fue allí, en una calle abierta, donde alumbró un hijo Bastardo, cuando iba en solemne procesión.