La humanidad por entero está bajo ataque, pero más concretamente Estados Unidos, el que fuera en un tiempo un faro de luz en medio de las tinieblas espirituales. Los años 2020 y 2021 han sido terribles, asimismo los cambios y eventos aterradores que han ocurrido y se siguen sucediendo. En ese lapso, como en ningún otro en nuestra era moderna, hemos visto al enemigo intentando atacar a la humanidad de maneras muy específicas. Permítanos compartir con ustedes la forma cómo nosotros lo vemos.
Estamos viviendo en un tiempo de gran confusión y agitación. Lo único que percibimos a nuestro alrededor es angustia, inquietud y confrontaciones. Asimismo, sólo oímos hablar de guerras, el COVID-19, desastres naturales y plagas. Por muchos años ya, los temas principales eran los narcotraficantes, las guerrillas, los políticos corruptos, la perversión generalizada en nuestros países respectivos, el aborto y la inmoralidad sexual, pero lo que está sucediendo ahora mismo se trata de algo muy diferente. Hoy es imposible conocer la verdad, si prestamos atención a las noticias publicadas por los diferentes medios de comunicación. Por lo tanto, es importante que analicemos todos los aspectos de cualquier información, para decidir por nosotros mismos cuál es la verdad.
Ya ha transcurrido la mitad del año 2021 y las cosas a nuestro alrededor aparentemente habían comenzado a mejorar, a pesar de que por el otro lado, la situación económica, moral y social continúa empeorando en el mundo entero.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.
— Juan 3:36
Dios es quien pone y depone reyes. La Biblia enseña claramente que es Él, no el hombre, quien designa a los gobernantes para que controlen los negocios de la humanidad. Como dice Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.
¡Deje ya de decirle a Dios lo grande que son sus problemas, en lugar de eso dígale a ellos, cuán grande es Dios!
(Una historia verdadera traducida del periódico
The Florida Times Union de abril 22 de 2012)
Continuamos hoy estudiando el capítulo 46 de Génesis, que apenas logramos comenzar en nuestro programa anterior. Leímos el versículo 1 que dice: 1 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. (Gén. 46:1)
“¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas” (Salmo 2:1–3).
Continuamos considerando hoy, el capítulo 44 del libro de Génesis. Y vamos a proseguir este estudio, considerando los versículos 8 y 9, que dicen:
8 He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro? 9 Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor. (Gén. 44:8-9)
Comenzamos nuestro estudio hoy del capítulo 43 del libro de Génesis. Y en este capítulo notamos que debido a la gravedad del hambre, los hijos de Jacob se ven obligados a regresar a Egipto acompañados en esta ocasión por su hermano menor Benjamín. Y una vez en Egipto, tienen una audiencia otra vez con José y le presentan a Benjamín. Ahora, José aún no se da a conocer a sus hermanos.