Leith Anderson, el pastor de Pagitt, ya le había estado ayudando a establecer la Iglesia Emergente. En el libro de Anderson publicado en 1992, titulado Una iglesia para el siglo XXI, dijo que se necesitaba un paradigma de cambio, y siguió diciendo: «La única forma de arreglárselas y ser efectivo durante tal período de cambio estructural en la sociedad, es reformando algunas de las formas cómo vemos nuestro mundo y la iglesia. Es lo que algunos llaman un modelo cambiante, una nueva forma de mirar algo. Tal cambio permitirá que veamos nuestro mundo con nueva perspectiva. Es como un mapa. Los mapas antiguos de la década de 1950 tenían lo suficiente antes de la construcción de la autopista inter-estatal y la expansión de las grandes ciudades, pero ahora son necesarios los mapas nuevos. Asimismo necesitamos un paradigma de cambio para el futuro». Esta idea del paradigma de cambio, se convertiría en un elemento integral de la Iglesia Emergente. El Diccionario Webster define «paradigma», «como una estructura filosófica o teórica de cualquier clase». De tal manera que el paradigma de cambio, es como una transformación desde la estructura presente. Anderson, Buford y Drucker, todos desempeñaron un papel en hacer de esto una realidad.
Mientras la Red de Líderes fue el catalizador que inicialmente impulsó a la Iglesia Emergente, muchos otros ministerios y organizaciones han ayudado a avivarla. Uno de los principales catalizadores es el apoyo que le brinda Rick Warren a Buford y a la Red de Líderes, el que se remonta a muchos años. Warren le hace propaganda a Medio Tiempo, al libro de Buford publicado en 1994, y le llama «una persona poco común». Pero quizá, más importante es el hecho que Warren comparte la gran admiración de Buford por Drucker. En la reunión del Foro sobre Religión celebrado en el año 2005, denominada «Mitos de la mega iglesia moderna», Warren declaró: “Dí una serie de conferencias para el profesorado en la Escuela Kennedy... Comencé con esta cita de Peter Drucker: ‘El fenómeno sociológico más significativo de la primera mitad del siglo XX, fue el auge de las corporaciones. El fenómeno sociológico más significativo de la segunda mitad del siglo XX, ha sido el desarrollo de grandes iglesias pastorales, (mega iglesias)’. Es la única organización que en realidad está trabajando en nuestra sociedad. Ahora, Drucker ha dicho eso por lo menos seis veces. Lo sé porque es mi mentor. He pasado veinte años bajo su tutelaje aprendiendo de él, sobre liderazgo, y escribió en dos o tres libros, y dice que piensa que la única cosa que verdaderamente funciona hoy en nuestra sociedad, es la mega iglesia». Incidentalmente, no sólo esta cita revela la devoción de Warren hacia Drucker, sino que también muestra por qué Drucker llegó a involucrarse con la Red de Líderes. La meta de Buford era ser un recurso para la mega iglesia, porque lo vio como un instrumento altamente influyente para cambios sociales. En primer lugar, tal vez fue Drucker quien convenció a Buford para que comenzara la Red de Líderes.
El punto de vista de Warren de que Buford era «una persona poco común» era mutuo. Buford correspondió a la admiración cuando en su página de internet describe a Warren y a Bill Hybells, pastor de la Iglesia Willow Creek, como «fabricantes de cambios» en los primeros días de la Red de Líderes. Respecto al papel de la Iglesia Willow Creek con la Red de Líderes, Buford declara: «La primera conferencia de la Fundación se celebró en Dallas y fue el principio de una sociedad entre Bob y Linda, la Red de Líderes y la Iglesia Willow Creek».
La sociedad de Willow Creek con la Red de Líderes ha demostrado ser muy beneficiosa para el cambio de la Iglesia Emergente. A través de varias conferencias muy concurridas en Willow Creek, y con el apoyo y promoción de libros, líderes como Leonard Sweet, Brian McLaren y Erwin McManus han podido seguir propagando el mensaje espiritual emergente. En su rápido paradigma de cambio, Warren reconoce el papel de la Red de Líderes en el éxito de la Iglesia Emergente. En uno de sus mensajes informativos electrónicos, Warren revela: «La Red de Líderes se denomina a sí misma como el explorador avanzado para la Iglesia Emergente».
Las corrientes de cambio de Rick Warren
Si la Red de Líderes fue «el explorador avanzado» para la Iglesia Emergente, el papel de Warren también fue vital para el crecimiento de la Iglesia Emergente. Incluso, antes que se iniciara la Red de Líderes Jóvenes, que más tarde se convirtiera en Emergente, Warren ya simpatizaba con los emergentes. En 1995 se unió con el líder emergente Leonard Sweet para hacer una serie de audio CDs, titulada Corrientes de cambio. Sweet es profesor de evangelismo en la Universidad Drew, un autoproclamado futurista, autor y conferencista popular. Para el año 2006 fue elegido como uno «de los cincuenta cristianos más influyentes en Estados Unidos», mencionado en octavo lugar, exactamente debajo de Bill Hybells de la Iglesia Willow Creek, Billy Graham y Joel Osteen, en una posición superior a la del presidente George Bush, Robert Schuller y Rick Warren.
En la serie de audio CDs, Corrientes de cambio, Sweet y Warren hablaron acerca de “una nueva espiritualidad” que se proyectaba en el horizonte. Tanto Warren como Sweet rivalizaron con Drucker en el audio CD, al hablar acerca de “nuevas fronteras, tiempos de cambio” y de abandonar las tradiciones y las formas viejas de hacer las cosas. De hecho, las similitudes entre el audio CD de 1995 y el de Drucker en 1957, son notables.
Dice Drucker en su libro Acontecimientos históricos del mañana: «Es así como vivimos en una era de transición, una era de superposición, en la cual lo ‘moderno’ antiguo de ayer ya no actúa efectivamente... pero lo que más nos importa (a la primera generación posmoderna), es el cambio en un punto de vista fundamental del mundo.
En el cambio del ‘progreso” de ayer a la ‘innovación’ de hoy... Este es un nuevo punto de vista».
En una forma, el audio CD de Warren y Sweet, subtitulado Avanzando con la siguiente corriente en el ministerio, es como una especie de globo experimental. Pero... ¿Cómo reaccionaron las personas a la idea de “nuevas fronteras” y “corrientes de cambio?” Sweet ya había anticipado lo que sería la siguiente oleada en 1991 cuando escribió Espiritualidad cuántica: Una apologética posmoderna. A la luz del papel de Sweet en el movimiento de la Iglesia Emergente, y considerando sus conexiones con alguien tan influyente como Warren, no deberíamos ignorar lo que tiene que decir en este último libro.
Las “Nuevas Luces” de Leonard Sweet
En la sección de «Reconocimientos» del libro de Sweet, detalla que su jornada de fe fue influenciada por una miríada de individuos a quienes llama «Nuevas Luces de Líderes». Escribe: «He seguido a estas ‘Nuevas Luces de Líderes’, mientras los estoy llamando desde distancias variables. Pero se debe mayormente a que debido a sus escritos y vidas me he visto movido a unirme a la jornada de Abraham. Ellos son mis modelos personales a seguir de la legítima naturaleza de la apologética posmoderna. Más que cualquiera otras personas, ellos han sido mis maestros respecto a cómo traducir el evangelio en su contexto autóctono del posmodernismo vernacular, sin comprometer su contenido».
Cuando Sweet dice que estas “Nuevas Luces de Líderes” le han enseñado a traducir “el evangelio” sin compromiso, esto ciertamente parece como lo correcto, sin embargo, pronto llega a ser aparente que muchos de los mentores de Sweet, las “Nuevas Luces” quienes lo guiaron hacia“una nueva luz” le hicieron un daño terrible. Su traducción de la fe cristiana ha destruido completamente la verdadera fe bíblica, tal como le mostraré. En el prefacio de Espiritualidad cuántica, Sweet escribe: «La prominencia de esta Nueva Luz apologética es un heraldo (un precursor) y espera que... la iglesia se encuentre ahora al borde de otro despertar espiritual. El movimiento de la Nueva Luz está caracterizado por alianzas extrañas, algunas veces ansiosas, por una mezcolanza variada de predicadores, teólogos, pastores, profesores, artistas, científicos, líderes en los negocios y eruditos. Lo que relaciona y une su creativa piratería, es el compromiso de una fe radical que está dispuesta a danzar a un nuevo ritmo». Para entender lo que quiere decir el señor Sweet con «danzar a un nuevo ritmo», es necesario examinar a esta «mezcolanza variada» de los líderes de la “Nueva Luz”, a la que se refiere. De acuerdo con sus propias palabras, ellos lo han moldeado y persuadido en los asuntos espirituales. De tal manera que si deseamos entender lo que Sweet cree, es razonable decir que sólo necesitamos examinar lo que profesan sus maestros, ya que él les ha otorgado un papel tan dominante en su vida, al decir: «Más que cualquiera otras personas, ellos han sido mis maestros».
Usted tal vez se sorprenderá al saber que las tres páginas de reconocimientos de los maestros de la “Nueva Luz”, son el quién es quién del movimiento de la Nueva Era. Mientras algunos nombres son menos conocidos, otros son completamente prolíficos, tal como M. Scott Peck, Mathew Fox, Willis Harman y Morton Kelsey. También se menciona a Ken Wilber. Es difícil entender cómo los proponentes de la espiritualidad de la Nueva Era pudieron ayudar a Sweet a «...traducir el evangelio en su contexto autóctono del posmodernismo vernacular, sin comprometer su contenido».
Emerge el Cristo cósmico
El reconocimiento de Sweet a Matthew Fox, revela muy bien sus propensiones espirituales. Fox, un pastor episcopal y promotor por largo tiempo de la espiritualidad de la Nueva Era, es el autor del libro La llegada del Cristo cósmico, en donde declara: «Preveo un renacimiento, ‘un nuevo nacimiento basado en una iniciativa espiritual’... Este nuevo nacimiento penetrará en todas las culturas y en todas las religiones y hará brotar la sabiduría común a todas las tradiciones vitales místicas, en un despertar espiritual religioso global, al cual yo llamo ‘ecumenismo profundo’». El tema del libro de Fox es que el “Cristo cósmico” en oposición a la persona histórica del Señor Jesucristo, reside en todos los humanos. Enseña que Jesús no era el Cristo, sino que tenía la conciencia de Cristo, y que fue sólo uno de muchos que también la tuvieron. Fox hace notar que Gandhi, Moisés, Martin Luther King Jr. y Buda, asimismo la tenían.
Igualmente revelador es la forma tan favorable como Sweet menciona a Ken Wilber y a M. Scott Peck, ya que ambos comparten los puntos de vista de Fox sobre asuntos espirituales.
En Espiritualidad cuántica, el señor Sweet pone el fundamento para el “manifiesto emergente”, cuando declara: «El misticismo que en un tiempo fuera puesto a un lado como una actividad suplementaria de la tradición cristiana, ahora en la cultura posmodernista está colocado cerca del centro... Demasiadas personas no son nada, mientras nuestros bancos vacíos están gritándonos, porque no les damos ni una experiencia energética del fuego de Cristo ni al Cristo de una experiencia energética de fuego. Podemos ayudarlos a que perciban la realidad por medio de los rudimentos de las especulaciones místicas, pero no el éxtasis del flujo de experiencias... El misticismo, al cual Einstein llamó ‘religiosidad cósmica’, es metafísica que llega a través de experiencias de mente y cuerpo. El misticismo comienza en la experiencia, termina en la teología».
Es muy importante ver por qué la alianza de Warren y Sweet es tan seria que no debe pasarse por alto. Adicionalmente, tampoco el punto de vista de Bob Buford de Sweet. Al examinar el significativo papel de Sweet en la Iglesia Emergente, Buford declara en su página de internet:«Yo pienso de Len Sweet como del rompehielos para la iglesia del siglo XXI, abriendo un sendero a través de ideas y métodos congelados hacia nuevas realidades que están moldeando el mundo venidero».
Así, el fundador del movimiento de la Iglesia Emergente le da la bienvenida y apoya al “movimiento de la Nueva Luz” de Sweet. Recuerde, en este momento de la historia, el movimiento de la Nueva Era está introduciendo radicalmente al mundo en el misticismo oriental. Ahora se está construyendo un puente para esos que profesan ser cristianos. El engaño en el cristianismo ahora ha cruzado una línea que pocos habrían creído que sería posible hace sólo una década. Si personas altamente influyentes tales como Warren, Hybels, Sweet y Buford están promoviendo este “nuevo hombre para la Nueva Era” en el nombre de Cristo, sólo será cosa de tiempo antes que el Señor Jesucristo sea reemplazado por el “Cristo cósmico”.
En el año 2003, Rick Warren le dio al movimiento de la Iglesia Emergente un tremendo impulso al respaldar y escribir el prólogo para el libro de Dan Kimball, titulado La iglesia emergente. Warren no cometió ningún error al expresar su admiración y apoyo a Kimball y a la Iglesia Emergente. Brian McLaren también escribió un prólogo en el libro.
Y dice Warren en su prólogo: «Este libro es un ejemplo maravilloso y detallado de cómo puede lucir una iglesia con propósito en un mundo posmoderno. Mi amigo Dan Kimball escribe apasionadamente... Mientras mi libro ‘Una iglesia con propósito’ explica lo que la iglesia está llamada a hacer, el libro de Dan explica cómo hacerlo».
A través del libro, Warren escribió varios comentarios en notas marginales y reafirmó su apoyo por la Iglesia Emergente.
Warren ha promovido de manera consistente a la Iglesia Emergente tanto en palabras como en hechos. No sólo ha sido su promotor a través de sus muchas citas de apoyo en sus libros, sino que comparte muchos de sus puntos de vista en una forma muy significativa. Con la ayuda de Warren y los recursos de la Red de Líderes, el movimiento de la Iglesia Emergente es algo seguro. Moldeando las mentes de los jóvenes
A finales de la década de 1960, Mike Yaconelli y Wayne Rice, dos jóvenes obreros en sus veinte, quienes estaban trabajando en ese tiempo en Juventud para Cristo, deseaban cambiar la forma cómo era visto y presentado el ministerio de los jóvenes. Ellos publicaron un pequeño folleto titulado Ideas. Comenzaron hablando a los pastores de mayor rango y a las iglesias, y en 1970 celebraron su primera conferencia. La llamaron Especialidades Juveniles. De manera interesante, el finado teólogo Frances Schaeffer asistió a la segunda conferencia anual de ellos. Schaeffer estaría muy sorprendido si hubiera sabido que treinta años a lo largo del camino, esta joven organización crecería rápidamente para convertirse en uno de los principales catalizadores para el movimiento de la Iglesia Emergente.
Sólo unos pocos años después que comenzara Especialidades Juveniles, los publicadores de Zondervan tomaron en cuenta el trabajo de los dos hombres, tal como ellos mismos relatan: «La pasión de Especialidades Juveniles por los obreros jóvenes, llamó la atención de la casa publicadora Zondervan en 1974. Mike recuerda que Zondervan era muy holandesa, de Grand Rapids y muy conservadora, pero se presentaron ante Especialidades Juveniles y les dijeron: ‘Ustedes muchachos, son raros e impredecibles. Deseamos poner sus libros en las librerías’. ¡Ellos creyeron en nuestra misión!»
El interés de Zondervan en Especialidades Juveniles sólo aumentaría, y durante los siguientes treinta años las dos compañías publicaron más de 500 recursos para obreros jóvenes. Vale la pena mencionar que Zondervan se convirtió en el propietario de la Corporación de Noticias de Rupert Murdoch en 1988. La corporación de Murdoch, quien también es propietario de la agencia de noticias Fox, ha sido el principal catalizador para Una vida con propósito y ahora lo vemos en la Iglesia Emergente por medio de Zondervan. Esto es significativo a la luz de la relación de Warren con Murdoch. En un artículo escrito por Malcom Gladwell, titulado Cómo construyó Rick Warren su ministerio, él dice que Warren declara que es el pastor de Murdoch. Es claro que ambos, tanto él como las Especialidades Juveniles se benefician de una corporación que para el año fiscal 2004, tuvo una ganancia neta de 21.000 millones de dólares, y cuyo fundador Murdoch, recibió el título de caballero que le otorgó el papa Juan Pablo II por sus donaciones, por las grandes sumas de dinero que le entregó a la Iglesia Católica.
En 1984, conforme Especialidades Juveniles crecía y su círculo de influencia se extendía a través del país, Zondervan firmó un convenio para publicar conjuntamente con ellos. Finalmente, se celebró la Convención Nacional de Obreros Jóvenes, la Convención Nacional de Pastores y otros cien seminarios a todo lo largo del año alrededor del país.
Doce años después, Especialidades Juveniles se asoció con el Seminario Teológico San Francisco, para formar el Ministerio Juvenil y el Proyecto Espiritual. Al año siguiente, a la joven organización le fue otorgada una donación por Lilly Endowment, una agrupación filantrópica con sede en Indianapolis. (En el año 2001 Lilly Endowment le otorgó al Ministerio Juvenil y Proyecto Espiritual otra gran donación de 691.000 dólares). Para este tiempo, Especialidades Juveniles se había puesto en contacto con los nuevos líderes “emergentes” y les dijeron que querían trabajar juntos. Al compartir muchas de las mismas afinidades espirituales de los Emergentes, Especialidades Juveniles esperaba ayudar a llevar al movimiento al próximo nivel con más libros, conferencias y más crecimiento.
En el año 2006, Zondervan compró Especialidades Juveniles. Después de la compra, Zondervan se comprometió a continuar apoyando a los líderes emergentes.
Mientras el papel de Zondervan en ayudar a edificar la Iglesia Emergente no puede ser minimizado, no es la única publicadora cristiana de libros que le haya añadido fuerza al movimiento. De hecho, la mayoría de editoriales cristianos han publicado por lo menos unos pocos libros escritos por líderes de la Iglesia Emergente o libros que tienen inclinación a la espiritualidad emergente. La industria secular de publicaciones también ha desempeñado una parte significativa en el tremendo éxito de la Iglesia Emergente al propagar su mensaje. En 1996, la Red de Líderes estableció un acuerdo con Jossey-Bass (una gran editorial con sede en San Francisco), el cual llegaría a ser de lo más beneficioso para los dos grupos. Incidentalmente, Jossey-Bass había mantenido una relación estrecha continua con Peter Drucker, quien era parte de la junta directiva de Jossey-Bass, y de su revista Leader to Leader Journal, que hasta este día publica Jossey-Bass.
Por medio de esta fuerte alianza de publicaciones, de Jossey-Bass y la Red de Líderes, el puñado de jóvenes seleccionados cuidadosamente comenzó a escribir libros, y con las energías de mercadeo de Drucker y Buford, estos jóvenes líderes emergentes llegaron a ser conocidos a todo lo ancho del mundo en sólo unos pocos años, hasta tal punto que en el año 2005, la revista Time mencionó a Brian McLaren como uno de los 25«evangélicos más influyentes del país». Además de los numerosos libros publicados por la serie de Red de Líderes de Jossey-Bass, han tenido lugar varias conferencias que también impulsaron este movimiento. La revista secular Mother Jones de julio y agosto de 1998 menciona al movimiento emergente de jóvenes y sus benefactores, declarando: «Los posmodernos reciben apoyo crucial (financiero y de otra clase) de las mega iglesias. Estos ministerios posmodernos están organizados libremente por la Red de Líderes, una organización con sede en Dallas, que representa a muchas de las mega iglesias de la nación. Es la Red de Líderes la que mantiene la Comunidad del Areópago, el ministerio bohemio de Driscoll en comunicación con la Universidad de la Iglesia Bautista en Waco, más tradicional, pero de rápido crecimiento, al ofrecer conferencias y seminarios en los que se reúnen los líderes posmodernos».
No hay duda que el movimiento de la Iglesia Emergente no sería lo que es hoy, sin el celo, respaldo y esfuerzos de la Red de Líderes, Rupert Murdoch, Jossey-Bass, Especialidades Juveniles, Willow Creek, Peter Drucker, Rick Warren, la casa de publicaciones Zondervan y Lilly Endowment. Bob Buford declara en su página de internet, «que unos pocos hombres pueden hacer una gran diferencia», y añade: «Ha llegado a ser mi firme convicción que la forma de influir a multitudes es concentrándose en unos pocos». Con tal respaldo furtivo, puedo ver por qué esto es cierto. Pero si esos «pocos» están predicando un evangelio diferente que influye en «multitudes» podría producir una terrible apostasía de la fe. Si tal proceso ocurre, ¿cómo lucirá? ¿Tendrá lugar de la noche a la mañana, o será una atracción seductora con el paso del tiempo? ¿Serán los jóvenes el blanco? ¿Qué le ocurrirá a esos que hagan advertencias sobre este engaño? ¿Serán considerados como personas aisladas y de mente estrecha, reteniendo “nuevas fronteras y oleadas de cambio?”
Para que el cristianismo pueda ser reestructurado, tiene que tener lugar un cambio en el paradigma espiritual de fuerza magnífica y brillante estrategia. Tendrá que involucrar todas las denominaciones, incluso esas que en un tiempo fueron bíblicas. Mientras que los seres humanos llevarán a cabo este cambio, sabemos que la Biblia enseña que la batalla que enfrentamos no es contra carne y sangre y que hay un maligno “…el cual engaña al mundo entero…” (Ap. 12:9b). Cuando el hombre le da la espalda a lo que Dios ha dicho, nada bueno puede provenir de esto: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada” (Jer. 17:5, 6).
Una “nueva fe” para el siglo XXI
Dice Doug Pagitt en su libro La iglesia concebida de nuevo: «Tal vez nosotros como cristianos hoy, no sólo debemos considerar lo que significa estar en una iglesia del siglo XXI, sino también y quizá más importante, lo que significa tener una fe del siglo XXI».
El proceso de volver a imaginar
Líderes de la Iglesia Emergente a menudo proveen testimonios explicando cómo llegaron a involucrarse en su jornada para “reinventar el cristianismo”. En su libro La iglesia concebida de nuevo, Pagitt dice cómo y por qué se originó esta iglesia: «Nuestro intento por ser una iglesia comenzó en enero de 2000, en un segundo piso, en un pequeño vecindario de moda en Minneapolis llamado Linden Hills. La iglesia de hecho se originó mucho antes, de las conversaciones entre unos pocos amigos que compartían el deseo de ser parte de una comunidad de fe, que no sólo tuviera una nueva forma para funcionar, sino también que generara un resultado diferente. A ese punto yo había dicho en más de una ocasión, que no pensaba que sería capaz de permanecer siendo cristiano útil en ningún sentido durante los próximos cincuenta años, si continuaba con la expresión del cristianismo que estaba viviendo actualmente, algo bastante desconcertante para un pastor».
Pagitt explica por qué sentía que necesitaba encontrar una nueva expresión de cristianismo que fuese diferente a lo que había estado acostumbrado previamente. Él dice en su libro: «Esta no era una crisis de fe, en el sentido típico; nunca dudé de Dios, Jesús o la fe cristiana. Sin embargo, experimentaba un profundo sentimiento, el cual de hecho creció más profundo desde entonces, de que necesitaba moverme hacia un cristianismo que de alguna forma se ajustara mejor con el mundo en que vivía, no una expresión reconstruida de otro tiempo».
Pagitt profundiza más respecto a cómo se ve “encajando mejor en el mundo” en que vive, y sigue diciendo: «También entendemos que somos parte de una comunidad global. Se nos requiere que vivamos nuestras expresiones locales de cristianismo en armonía con esas alrededor del mundo. Las creencias y prácticas de nuestra iglesia occidental nunca deben anular o negar las igualmente válidas y justas expresiones de fe que profesan los cristianos alrededor del mundo. Es esencial que reconozcamos nuestra propia versión cultural de cristianismo y que estemos abiertos al trabajo de las manos de Dios en la comunidad global de fe».
Note el énfasis en una «comunidad global de fe» que permita todas «las expresiones de fe» para cualquiera y todos los que afirman ser cristianos. Como vamos a ver, Pagitt basa sus ideas de cambiar el perfil del cristianismo en un punto de vista ecuménico que permita creencias y experiencias que no encontramos en la Biblia. No sólo no se encuentran en la Escritura, sino que el plan no puede funcionar con una Biblia intacta. Para que la Iglesia Emergente alcance el éxito, hay que mirar la Biblia a través de un cristal enteramente diferente, y el cristianismo necesita estar abierto a un nuevo tipo de fe. Brian McLaren le llama a esta nueva fe una «generosa ortodoxia». Mientras tal ortodoxia permite una variedad de ideas para ser proclamadas en el nombre de Cristo, muchas de estas ideas son de hecho prohibidas y rechazadas por la Escritura.
Pagitt cree que es parte de una respuesta cortante al nuevo mundo posmoderno. Es una respuesta que él y otros ven como completamente única, que nunca antes había sido tratada en la historia del hombre. Pagitt declara en su libro: «Me parece que nuestros tiempos post-industriales requieren que hagamos nuevas preguntas, preguntas que a las personas hace cien años nunca se les habría ocurrido formular. ¿No podría ser posible que nuestras respuestas nos muevan a volver a reconstruir la forma cómo se practica el cristianismo en nuestro mundo? Tal vez nosotros como cristianos hoy, no sólo debemos considerar lo que significa estar en una iglesia del siglo XXI, sino también y quizá más importante, lo que significa tener una fe del siglo XXI». Muchas personas con las que me encuentro en las conferencias quienes provienen de una amplia variedad de iglesias diferentes, me cuentan que la congregación a la que habían estado asistiendo por años ha cambiado radicalmente. Sus pastores ya no acuden a la Palabra de Dios. En lugar de eso, el servicio matutino dominical es una narración de una serie de historias. La Biblia parece haberse convertido en el libro prohibido. Mientras hay pastores que todavía la enseñan, se están convirtiendo en la excepción en lugar de ser la regla.
Los líderes emergentes a menudo dicen que el mensaje permanece siendo el mismo, pero que nuestros métodos deben cambiar si vamos a ser relevantes para nuestra generación. La medida del éxito para muchos pastores hoy, es cuántas personas asisten a los servicios, en lugar de cuántos están escuchando y obedeciendo lo que Dios ha dicho en su Palabra. Vamos a considerar cómo Pagitt usa la Biblia en su propia iglesia. Declara en la página 166 de su libro: «Ante el pórtico de Salomón, los sermones no son principalmente acerca de cómo extraer verdad de mi Biblia para aplicarla a la vida de las personas. En muchos sentidos el sermón no es tanto una conferencia o un discurso motivacional, sino que es como una especie de poesía, de colocar palabras alrededor de la experiencia de las personas para permitirles encontrar conexiones más profundas en sus vidas... Así que nuestros sermones no son lecciones que definen precisamente creencias, sino que son historias gratas para nuestras esperanzas, ideas y participación».
Lo que Pagitt está describiendo es una teología contextual, es decir, que no usa la Biblia como un medio teológico o como la regla para medir la vara de la verdad y las normas por las cuales vivir. En lugar de permitir que la Biblia moldee la vida cristiana, son los cristianos los que moldean la Biblia. A eso es a lo Pagitt llama «colocar palabras alrededor de la experiencia de las personas». Conforme esta idea se desarrolla, los proponentes emergentes tienen que apartarse de las enseñanzas de la Biblia y utilizar un acercamiento dialéctico. En esa forma, en lugar de que una persona predique la verdad o enseñe doctrina bíblica, todos pueden expresar algo y así llegar a un consenso de lo que la Biblia“podría” estar diciendo.
Pagitt explica en la página 167: «Para ir más allá de este enfoque pasivo a la fe, hemos tratado de crear una comunidad que es como una comida informal en la que cada invitado come y trae además un plato de comida para compartirlo con los otros. Nuestra creencia se construye cuando todos comprometemos nuestras esperanzas, sueños, ideas y entendimiento, con la narrativa de Dios tal como se desarrolla a través de la historia y a través de nosotros».
La “teología” contextual
Tal vez usted no ha escuchado este término antes, pero la teología contextual es un mensaje prominente de la Iglesia Emergente. En su libro Modelos de la teología contextual de Stephen B. Bevans, publicado en 1992, él define la teología contextual como «...una forma de hacer teología en la cual uno toma en consideración: el espíritu y mensaje del evangelio; la tradición del pueblo cristiano; la cultura en medio de la cual se teologiza; el cambio social en esa cultura, así sea originado por un proceso tecnológico de occidente o sea de origen rural o popular que lucha por igualdad, justicia y liberación». En otras palabras, la Biblia por sí misma no es suficiente, sino que hay que tomar en consideración otros factores tales como cultura, raza o lugar de origen e historia, y con esos factores, adaptar el mensaje de la Biblia a fin de que sea adecuado. Tal como lo dice Paul L. Lehmann bajo el subtítulo de Teología contextual en el volumen 29 de Teología hoy, publicado por el Seminario Teológico de Princeton: «El objetivo de la teología contextual es la humanización de la teología». Pero es necesario hacer dos preguntas:
1. ¿Causará tal distorsión de la verdad la contextualización de la Escritura, que dejará de ser la Palabra de Dios?, y
2. ¿Es inefectiva la Escritura sin esta contextualización?
A la primera pregunta, responderé con un «¡sí!» sonoro. Y a la segunda con un «¡no!» absoluto. La Palabra de Dios, la cual es una obra inspirada del Creador vivo, es más que cualquier otro libro de inspiración humana y ha sido escrita en tal forma, que cada ser humano, rico o pobre, hombre o mujer, inteligente o con deficiencias mentales, entenderá el significado del mensaje del evangelio, si se le presenta en su lengua nativa. Gracias a la labor incansable por siglos de los misioneros, el evangelio en las lenguas autóctonas se ha convertido en una realidad en la mayoría de culturas hoy.
Dean Flemming es un maestro del Nuevo Testamento en el Colegio Europeo Nazareno en Alemania y el autor de Contextualización en el Nuevo Testamento. En su libro, defiende la teología contextual. Dice en la página 14: «Cada iglesia en cada lugar en particular y tiempo, debe aprender a exponer la teología en una forma que tenga sentido para su audiencia, mientras les presenta un reto al nivel más profundo. De hecho, algunas de las conversaciones más prometedoras acerca de la contextualización hoy (así sean o no reconocidas como tal), provienen de iglesias en el occidente que están descubriendo nuevas formas de personalizar el evangelio para una cultura posmoderna emergente».
Estas iglesias en el occidente que Flemming considera «más prometedoras» son las Iglesias Emergentes. Él estaría de acuerdo con el modelo de la teología de Bevans, pero tiene una respuesta para el dilema de la Iglesia Emergente. Dice: «Muchos cristianos sinceros todavía sospechan de que el intento para contextualizar la teología y el comportamiento cristiano conllevará al compromiso de la verdad bíblica... debemos mirar al Nuevo Testamento por consejo acerca de cómo presentar la teología en nuestros varios escenarios».
Hay buena razón para que algunos cristianos sospechen. Pero puede parecer inofensivo en principio, porque Flemming sugiere que la respuesta se encuentra en el Nuevo Testamento, el cual cree que debe usarse como un prototipo o patrón en lugar de ser algo para doctrina o teología. Él dice que la teología del Nuevo Testamento siempre está abierta al cambio, que podemos aprender cómo llevar a cabo estos cambios al estudiar las historias y personajes del Nuevo Testamento. La premisa que presenta Flemming de contextualizar la Escritura, es que como las culturas y sociedades siempre están cambiando, la Palabra debe cambiar con ellas, y ser ajustada a esos cambios. Pero yo lo desafío con estas palabras: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (He. 4:12). Y si la Palabra es poderosa, entonces es estable y asimismo eterna. Dios en su magnificencia, es el autor de la Escritura, y sobrepasa tiempo, cultura y sociedades. La contextualización declara que las personas y las culturas cambian, y que por consiguiente la Palabra de Dios debe cambiar. Pero contrariamente, son las personas las que necesitan cambiar para amoldarse a la Escritura. Si realmente creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, esto sería claro de ver, pero si pensamos que la Palabra no es infalible, ni inspirada, entonces la contextualización sería la expectativa obvia.
Mientras ciertas partes de la Escritura pueden ser leídas como poesía, tal como sugiere Doug Pagitt, la realidad es que la Biblia es una hermosa obra maestra escrita, y es también un mecanismo vivo que no puede ser alterado, sino que más bien altera el corazón y la vida del lector. Es más que poner palabras alrededor de la experiencia de las personas como sugieren los emergentes.
La Biblia nos dice que Dios siempre está correcto, que es el hombre quien se equivoca a menudo. Cuando confiamos en el consenso humano, terminamos con la perspectiva del hombre, y no con la revelación de Dios. Esta es una forma peligrosa de perfeccionar una vida espiritual, los resultados pueden llevarnos a un engaño terrible.
Brian McLaren lo expuso bien cuando admitió que no se trata sólo de la forma cómo se presenta el mensaje que los proponentes de la Iglesia Emergente desean cambiar... es el propio mensaje el que ellos están cambiando. Dice McLaren en la página 68 de su libro La iglesia en el otro lado: «Se ha convertido en una moda entre los pastores innovadores emergentes que conozco, decir: ‘Nosotros no estamos cambiando el mensaje, sólo estamos cambiando el medio’. Este reclamo es probablemente menos que honesto... debemos reconocer que en la nueva iglesia, tanto el medio como el mensaje están entremezclados. Cuando cambiamos el medio, el mensaje que se recibe asimismo cambia, sin embargo sutilmente. Nosotros igualmente podemos ir más allá de nuestra ingenuidad o negación acerca de esto».
La mujer junto al pozo
Si escucha la conversación de los emergentes por largo tiempo, oirá este tema recurrente: Los cristianos están equivocados al confrontar a los no regenerados directamente con la Palabra de Dios. En lugar de eso, debemos poner a un lado nuestro deseo de predicar o compartir las verdades de la Palabra y pasar más tiempo fomentando relaciones y amistades con quienes no pertenecen a ninguna iglesia (un nombre políticamente correcto para los no salvos). Ellos a menudo usan a Jesús como un ejemplo, diciendo que Él no confrontó a las personas, sino que siempre las aceptó por lo que eran.
Un ejemplo está en el libro publicado por Dan Kimball en el año 2007, titulado A ellos les gusta Jesús, pero no la iglesia. En su capítulo «La iglesia arrogantemente asegura que todas las religiones están equivocadas», Kimball se refiere a la historia en donde Jesús está sentado solo cerca de un pozo, los discípulos han ido al pueblo cercano, y Él le habla a una mujer samaritana. Kimball altera la historia diciendo en la página 167: «Dice el capítulo 4 de Juan, que Jesús se detuvo y le hizo preguntas a la mujer samaritana, que no sólo brincó y le dijo: ‘Todos los samaritanos están equivocados’».
Pero Kimball está errado, ¡Jesús hizo exactamente lo opuesto! Él no le hizo preguntas, sino que la confrontó directamente, algo que tal como Kimball dice a través de su libro, es una cosa terrible para hacerle a un no regenerado. Lea las palabras de Jesús a la mujer: “Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo” (Jn. 4:21-26).
Kimball en gran manera basa su premisa en el razonamiento que los cristianos no deben hacer o decir algo que pueda ofender a los no regenerados, incluso aunque sea verdad y esté en la Escritura.
El hecho es, que Jesús sí confrontó a las personas con la verdad, como lo hicieron sus discípulos, asimismo los profetas del Antiguo Testamento. ¿Y por qué lo hizo? Él le dijo a la mujer junto al pozo la razón: “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Jn. 4:10). No hay preguntas al respecto, la Palabra de Dios es ofensiva a los no regenerados, tal como declara 1 Corintios 1:18: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.
Y una vez más en 2 Corintios 2:15, 16, cuando Pablo explica así la actitud que encontró cuando les testificaba a los incrédulos: “Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida…”
Si Pablo hubiera estado ajustando, contextualizando la Palabra de Dios para adaptarla a la cultura y contexto de las vidas de esos a quienes les hablaba, no se habría referido al “olor de muerte para muerte”. Él tomó el estado espiritual de esas personas muy seriamente, y tenía plena confianza que la Palabra de Dios, no alterada e incambiable podía llegar hasta el corazón y alma de cualquier persona que reciba a Cristo por fe. Así sea que el individuo fuere joven, con deficiencias mentales o de una cultura o grupo étnico diferente, el evangelio es el evangelio de Dios, y él lo hizo así para que todo el que le reciba por fe entienda su amor y perdón y tenga vida eterna.
Pensando fuera de la caja
Will Sampson es parte de una comunidad emergente en Kentucky llamada Comunalidad. También sirve en el Grupo Coordinador de la Villa Emergente (la Villa Emergente es el grupo que integró la Red de Líderes. La página de internet de la organización, www.emergentvillage.com, es una presencia fuerte e influyente en internet).
En un Manifiesto emergente de esperanza, Sampson escribe: «El clamor de los partidarios de la Reforma Protestante fue la frase en latín ‘sola scriptura’ o ‘únicamente la Escritura’. Y mientras esta doctrina debe haber surgido como un correctivo necesario a los abusos de los líderes de la iglesia en el período de la Reforma, está en pleno efecto hoy. Los predicadores hablan de la Biblia como un libro de instrucción o como la única referencia necesaria para la vida espiritual. Pero esto disminuye algunos elementos críticos de conocimiento teológico... La ‘sola scriptura’ también tiende a restarle importancia al papel del Espíritu de Dios en darle forma a la dirección de la iglesia».
Sampson declara que las personas que caen en esta categoría «no toman en cuenta la subjetividad de los intérpretes humanos». En otras palabras, lo que quiere decir es que esos hombres que redactaron la Escritura tal vez después de todo no fueron inspirados. Puede ser más bien un punto de vista de ellos basado en las experiencias de sus propias vidas. Sampson añade en la página 157: «La teología contextual tiene sus raíces en la noción que el Reino de Dios es vasto y diverso, y es nuestra labor como seguidores de Jesús entender la diversidad de la obra de Dios en el mundo y unirnos a ese esfuerzo». En otras palabras, lo que quiere decir es que no debemos limitarnos a la Escritura, sino ver a Dios “fuera de la caja”, por decirlo de alguna manera. Sampson dice que demasiados “occidentales” ven a Dios científica y racionalmente, y que este es un problema para las creencias de la Iglesia Emergente. Explica en la página 158: «El sugerir que Dios está haciendo algo que tal vez no concuerda con nuestra previa comprensión, requiere que pensemos ‘en forma más amplia’».
Pero entonces... ¿Hasta dónde cree el señor Sampson que debemos ampliar nuestro pensamiento? ¿Acaso sugiere que nos desviemos de las verdades de la Biblia? La respuesta es sí. Dice: «La noción de ser capaces de unirnos a la obra de Dios simplemente debido a las creencias, ha tenido un impacto negativo en la salud de la iglesia». Y añade en la página 159: «Otra de las grandes deltas en la iglesia: la Reforma protestante, la creencia en la justificación sólo por fe, ha causado que grandes partes de la iglesia se apartaran de lo que fuera la iglesia global unificada».
Sampson está implicando que si no hubiera sido por la determinación de los reformadores de apegarse a las doctrinas bíblicas, tal vez esta iglesia global unificada habría permanecido intacta. Tomando esta línea de razonamiento, Sampson da un gigantesco paso más adelante, y dice: «Algunos argumentarán que estas divisiones fueron necesarias para corregir falsos conceptos de lo que significa ser el pueblo de Dios... Si por nuestras acciones decimos que el estar correctos es más importante que estar juntos, ¿qué dice eso acerca del Dios que formó nuestras comunidades, o cómo desea Dios que interactuemos con la humanidad contemporánea?»
Este cambio teológico está desafiando la premisa de la reforma del siglo XVI, sugiriendo que la unidad y las obras son más importantes que el evangelio o la justificación por fe. Incluso hasta RickWarren está hablando en esta forma. Respecto a lo que llama una nueva reforma, Warren declaró lo siguiente en una entrevista con David Kuo registrada en el sitio de internet www.beliefnet.com/story177/story_17718.html: «Estoy esperando una segunda reforma. La primera reforma de la iglesia que tuvo lugar hace 500 años, fue ‘acerca de las creencias’. Esta que vamos a tener, es ‘sobre las obras’. No va a ser respecto a lo que cree la iglesia, sino de lo que está haciendo la iglesia». Una reforma que le dé más crédito a las obras y a los hechos, que a las creencias y la doctrina está defectuosa desde el principio. Con creencias y doctrina apropiadas, siguen las obras y los hechos. Pero no en la otra forma. Las buenas obras no son siempre indicación de verdadera piedad, tal como declara la Escritura: “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia...” (2 Co. 11:14, 15a).
Cuando no se escucha la Palabra
Dice Brian McLaren en la página 22 de su libro Una ortodoxia generosa: «Mi abuela tenía un buen consejo para leer la Biblia... Leer la Biblia es como comer pescado. Disfrute primero la carne que es fácil de comer; luego regrese y trabaje con los huesos si todavía tiene hambre».
Antes de la reforma del siglo XVI y durante el período conocido como la edad del oscurantismo, la Biblia era conocida como el libro prohibido. Gracias a los reformadores y a los sacrificios que hicieron, la Escritura fue traducida al idioma de las personas comunes y corrientes. La luz de la Palabra de Dios comenzó a brillar en la oscuridad, la humanidad se vio libre del control y corrupción de la Iglesia Católica y el poder del Papa y de los sacerdotes. (El término «Iglesia Católica» hace referencia a los sacramentos, las prácticas, los padres de la iglesia y místicos, y todo lo que abarca lo que se conoce como Iglesia Católico Romana).
La gracia de Dios se reveló y las personas fueron salvas y libradas de la esclavitud. Una vez más, los seres humanos pudieron comprender que la salvación es un don de Dios y que el Señor Jesucristo fue sacrificado una vez y para siempre cuando murió sobre la cruz.
El punto que quiero dejar claro es simple: Cuando los líderes que profesan ser cristianos, con o sin intención le ocultan la Palabra de Dios a las personas, se crea la oscuridad porque esto conlleva a un deseo por encuentros espirituales y experiencias. A fin de convencer a los seguidores de que están siendo alimentados espiritualmente por estas enseñanzas sin contenido bíblico, los líderes implementan toda clase de experiencias basadas en rituales y parafernalia, es por esta razón que los iconos, las velas, el incienso, la liturgia y los sacramentos, son considerados necesarios para la experiencia de adoración de la Iglesia Emergente.
Ahora, examinemos algo que le ha ocurrido a la iglesia de Doug Pagitt conforme la Palabra literal llegó a ser menos y menos importante. Dice en sus propias palabras en la página 102 de su libro La iglesia concebida de nuevo: «Durante un foro reciente de Desarrollo de Vida, ofrecimos una sesión sobre prácticas cristianas. En una de las cuatro semanas, introducimos la acción de hacernos sobre nosotros la señal de la cruz. Este gesto se ha convertido en una experiencia muy poderosa para mí. Es rico en significado e historia y es una forma simple de proclamar y expresar mi fe con mi cuerpo. Coloco los dedos de mi mano derecha en la forma de una cruz, mi dedo índice colocado en la punta de mi dedo pulgar extendido. Uso el patrón ortodoxo oriental de tocar primero la cabeza, luego el corazón, después el pulmón derecho seguido por el izquierdo. Otros en el grupo siguen la práctica católico romana, de tocarse el lado izquierdo antes que el derecho».
Experiencias poderosas similares a las que ocurrieron durante la edad del oscurantismo, están ocupando el lugar de la enseñanza expositiva de la Biblia. Esto tiene sentido a la luz de lo que pasa cuando la Biblia se convierte en “el libro prohibido”.
La declaración de Pagitt, de que «tal vez nosotros como cristianos hoy, no sólo debemos considerar lo que significa estar en una iglesia del siglo XXI, sino también y quizá más importante, lo que significa tener una fe del siglo XXI», tipifica una de las creencias básicas del movimiento de la Iglesia Emergente: Que en su celo por “alcanzar” a esta generación presente, el cristianismo debe cambiar. Un cambio que requiere que la Palabra de Dios, el propio fundamento de la fe cristiana, sea alterada. Simplemente no hay otra forma de interpretar la declaración de Pagitt.
Sin embargo, su propuesta crea un problema. Si como declara Romanos 10:17, “…la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”, una fe que no se base en la Palabra no es bíblica y, por consiguiente, no puede ser la fe cristiana.
Mientras que el alcanzar la generación de hoy para la causa de Cristo es algo que todos los cristianos debemos desear, es necesario que recordemos que el Señor Jesucristo nos instó a que lo siguiéramos y fuésemos obedientes a su Palabra. Dijo por medio del apóstol: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Ro. 12:2). Pero los emergentes están guiando a sus seguidores en la dirección opuesta, enseñando que la Palabra de Dios necesita ser adaptada a las personas y culturas, en lugar de permitir que transforme las vidas por medio del Señor Jesucristo. Como vamos a ver, el volver a reinventar el cristianismo permite una especie de libertad peligrosa, es como cortarle las cuerdas de suspensión a un balón con aire caliente: la caída libre puede ser estimulante, pero el resultado catastrófico.