El Libro de Daniel, además de las lecciones tan poderosas que contiene, también es un texto de valor, que ha sido y es una inspiración para los cristianos que han tenido que soportar dificultades increíbles a través de los siglos en manos de sus verdugos que los han atormentado.
Esta frase se escucha como si fuera una contradicción, pero esas son las palabras que utiliza el Arzobispo Carlo María Vigano, Exnuncio Apostólico en los Estados Unidos, para describir al Papa Francisco. De hecho, rara vez usa el término “Papa Francisco”, sino que a cambio, se refiere a él como “Bergoglio” y cuando habla de su pontificado, le llama el “Papado bergogliano”.
En el pasado, los gobiernos tiránicos no solo prohibían los mensajes religiosos, sino también las novelas, poemas y cuentos, junto con pinturas y otras formas de arte visual que se consideraban “antigubernamentales”. El 10 de mayo de 1933, estudiantes de 34 ciudades universitarias de Alemania quemaron más de 25.000 libros. En esta lista negra estaban incluidos las obras de autores judíos como Albert Einstein y otros, asimismo libros de estadounidenses entre los que se contaba a Ernest Hemingway y Helen Keller, los que fueron reducidos cenizas. Mientras las voraces llamas iluminaban el cielo nocturno, 40.000 estudiantes y adultos daban el saludo nazi. Esto marcó el empobrecimiento intelectual y el declive de una gran nación y un gran pueblo que había contribuido inmensamente con la humanidad.
La humanidad por entero está bajo ataque, pero más concretamente Estados Unidos, el que fuera en un tiempo un faro de luz en medio de las tinieblas espirituales. Los años 2020 y 2021 han sido terribles, asimismo los cambios y eventos aterradores que han ocurrido y se siguen sucediendo. En ese lapso, como en ningún otro en nuestra era moderna, hemos visto al enemigo intentando atacar a la humanidad de maneras muy específicas. Permítanos compartir con ustedes la forma cómo nosotros lo vemos.
La raíz de todos los problemas actuales en este mundo no son los políticos corruptos, la explosión demográfica, las catástrofes globales, o la economía, ni siquiera la pandemia, sino que es el pecado. “La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones” (Prov. 14:34).
El mundo entero está cada vez más dividido. Nos diferenciamos por nuestras respectivas naciones de origen, por la raza, género, identidad sexual, nivel económico, la fe que profesamos y ahora por el estado de vacunación y otros factores que nos obligan a enfocarnos en lo que nos hace diferentes. El concepto se conoce como “política de identidad” o “tribalismo”. Los políticos empeoran las cosas al fomentar esto y presentarse a sí mismos como los campeones de varios grupos de identidad. Decir o hacer algo desaprobado por una comunidad determinada, se considera políticamente incorrecto.
Este mundo está enfrentando un gran engaño basado en mentiras que han sido planificadas hasta el más mínimo detalle. El Gran Reinicio - que se ha estado estructurado desde la década de 1950, es parte de una dictadura global planificada por la élite globalista. Algunos de los detalles del plan para esclavizar y subyugar a la humanidad, han sido publicados en libros y periódicos, revistas, comentados y considerados por grupos e individuos internacionales, desde hace décadas, además de los estudiosos de las profecías quienes han escrito muchos libros a este respecto.
No hace falta ser un estudioso de la profecía bíblica, ni un erudito sobre la historia del Medio Oriente para comprender, que la dinámica que está teniendo lugar en ese lugar del planeta, es la preparación para una guerra inminente. Los gobernantes de la geopolítica mundial, tal como la élite de la ONU, temen que esta región sea el punto de ignición de un conflicto futuro que explotará tal vez pronto, en una conflagración nuclear en toda regla.
Todas las cosas parecen empeorar con cada día que pasa, y muchos estudiosos de la profecía bíblica creen que eso es exactamente lo que sucederá al final de esta era. Mientras tanto los creyentes en Cristo experimentamos un sentimiento agridulce: agrio porque todo lo que está sucediendo de alguna forma implica que el mundo se acerca al Período de la Tribulación; y dulce porque es una indicación de que el Señor Jesucristo regresará muy pronto para sacar a su Iglesia fuera de este mundo.
Es increíble la forma tan acelerada como este viejo mundo está cambiando hoy. No pasará mucho tiempo para que los redimidos, el pueblo de Dios purificado por la sangre de Cristo, desaparezca del planeta y la sociedad restante se hunda aún más en la depravación.