Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. En este capítulo 24 que daremos comienzo el día de hoy, encontramos cómo Abraham envía a su siervo de confianza a Mesopotamia en la tierra de Harán, a buscar una novia para su hijo Isaac; y también vemos el éxito que tuvo el siervo en hallar a Rebeca. Este es uno de aquellos bellos capítulos de la Biblia. Cuenta una historia encantadora, una historia muy bella. Vamos a ver una historia maravillosa de amor aquí. Nos va a revelar una vez más, que Dios tiene interés en el joven con quien usted, señorita, se va a casar; y tiene interés en la señorita con quien usted, joven varón, se va a casar. Dios tiene mucho interés en eso. Y creemos que hay dos instituciiones que Dios ha dado a la familia humana: una es el matrimonio, y la otra es el gobierno humano. Dios permite que el hombre se gobierne hoy y eso es algo universal. Estas, pues, son dos instituciones muy importantes.
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Nos encontramos ya al final del capítulo 19 de este primer libro del Antiguo Testamento. Y comentábamos en nuestro programa anterior, que Lot en realidad no había ganado mucho cuando se fue a vivir en la ciudad de Sodoma. Había perdido todo, menos su propia alma. Y dijimos que esto es una imagen de muchísimas personas hoy en día, que no quieren juzgar el pecado en su vida. Son salvos pero sólo así como por fuego. El Señor ha dicho de una manera muy definida, que cuando los hombres rehusan juzgar el pecado en sus vidas, Él lo juzgará. Y al parecer, ese es el caso de Lot. Bien, no queremos dejar este capítulo sin dar un vistazo a Abraham. Leamos los versículos 27 y 28 de este capítulo 19 de Génesis que estamos estudiando:
Continuamos hoy, nuestro estudio en el libro de Génesis, y llegamos al capítulo 18. Este capítulo tiene que ver con la destrucción de Sodoma y Gomorra. El capítulo 18 es un poquito más extenso que los demás, y vamos a estudiar algunos de los puntos principales. En el capítulo 18 se le dice a Abraham acerca del juicio de Dios sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra, y Abraham, entonces, intercede ante Dios por ellas. Bien podríamos llamarlo, el capítulo de la “Vida Bendecida”, porque muestra la vida cristiana en comunión con Dios.
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Estábamos considerando en nuestro programa anterior, el capítulo 17 de Génesis. Proseguimos hoy considerando este capítulo y vamos a continuar desde donde nos detuvimos la vez pasada. Vamos a leer los versículos 3 y 4, que dicen:
Continuamos hoy con nuestro estudio del libro de Génesis. Nos encontramos ya al final del capítulo 15 de este libro. Y en nuestro programa anterior, nos detuvimos en el versículo 15. Comenzamos hoy, entonces, con el versículo 16, que dice:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Nos encontramos hoy al final del capítulo 14, y en nuestro programa anterior, hablábamos sobre Melquisedec, y destacamos el hecho de que aunque el libro de Génesis es un libro de familias, no se nos dice nada de la familia o la genealogía de Melquisedec. La epístola a los Hebreos expresa con claridad que no se menciona la genealogía de Melquisedec, porque en lo que se refiere a su oficio de sacerdote, él fue un tipo de Cristo. Nuestro Señor es Rey, es hijo de Abram y es hijo de David. El evangelista Mateo nos dice esto y es importante que nosotros lo entendamos. Pero también Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote. Y es importante que entendamos que en lo que toca a la creación, Cristo no tuvo principio, ni fin de días. Es el eterno Dios. Juan nos dice en el primer capítulo de su evangelio, que: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y que dejó la gloria de los cielos y que fue hecho carne y vimos Su gloria. Por tanto, lo que vemos aquí en Melquisedec, es un tipo maravilloso del Señor Jesucristo. El versículo 18 nos dice: Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino. Esto nos recuerda las palabras del Señor Jesucristo cuando dijo: Todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga. (1 Cor. 11:26). Esta es la razón por la cual Melquisedec sacó pan y vino; porque él estaba anunciando aquí la muerte de Cristo.
En nuestro recorrido bíblico llegamos hoy al capítulo 13 de Génesis.
En este capítulo vemos el regreso de Abram de la tierra de Egipto. Lot le acompaña a la tierra prometida. Luego Lot se separa de Abram y va a Sodoma. Dios se aparece a Abram por tercera vez. Mientras que Abram esté en la tierra de Egipto y mientras esté con Lot, Dios no se le aparece; pero al regresar a la tierra prometida, y cuando se separa de Lot, entonces, Dios sí se le aparece. En Génesis capítulo 13, versículos 1 al 4 leemos:
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en el libro de Génesis. Nos encontramos ahora al otro lado del abismo que dijimos marcaba la gran división en el libro de Génesis. Comenzamos a considerar hoy el capítulo 12. A partir de este capítulo, el ambiente es completamente diferente. La Biblia va ahora a pasos más lentos y nosotros iremos también más despacio. El énfasis se quita de los cuatro eventos grandes que notamos en los primeros once capítulos y recae ahora sobre cuatro grandes personajes. Abram, está comprendido entre los capítulos 12 al 23; este es el hombre de fe. A Isaac lo encontramos en los capítulos 24 al 26; él es el hijo amado. A Jacob lo encontramos en los capítulos 27 hasta el 36; Jacob era el hijo escogido, pero también el hijo castigado. Y los capítulos 37 hasta el 50, nos presentan a José; el cual pasa por sufrimientos y llega hasta la gloria. Estos son los cuatro Patriarcas de suma importancia en el entendimiento de la Palabra de Dios y estamos tomando el relato de sus vidas en el resto del libro de Génesis. Amigo oyente, Dios se ha mostrado al hombre y confiamos que Él tiene para su satisfacción, no seguir luchando contra la raza humana, porque después de la caída del hombre tenemos el gran pecado de Caín. Y, ¿cuál fue ese pecado? Bueno, sin lugar a dudas fue el orgullo. Y podemos decir que Caín estaba enojado porque en el fondo de su corazón él se sentía satisfecho y hasta orgulloso por la ofrenda que presentó a Dios, pero que fue rechazada, trayendo como resultado el odio hacia su hermano Abel.
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro estudio en Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento. Comenzamos hoy, nuestro estudio del capítulo 11 de este libro de Génesis. Y llegamos ahora a lo que pudiéramos llamar, el movimiento de lenguas más grande del cual haya constancia, y ese fue la torre de Babel. Leamos el primer versículo que dice:
Continuamos hoy, nuestra consideración del capítulo 9 del libro de Génesis. Nos detuvimos en nuestro programa anterior en el versículo 11, donde Dios dijo:
11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. (Gén. 9:11)